Igualdad y ¿Justicia?
Pasen y lean, este minirrelato de Slawomir Mrozek, uno de los grandes escritores satíricos polacos contemporáneos. La igualdad llevada a sus últimas consecuencias...
HAMLET
Me llamó el director y dijo:
-Le felicito, hemos decidido confiarle el papel de Hamlet.
Como todo actor, siempre había soñado con hacer ese papel. De modo que no cabía en mí de felicidad. Le di las gracias con efusión, prometiendo hacer lo posible para cumplir con el gran cometido que se me confiaba.
Los ensayos estaban a punto de comenzar, cuando el director volvió a llamarme. Parecía un poco turbado.
-Hay novedades. El equipo considera que el hecho de confiarle el papel de Hamlet significa favorecer a un individuo.
-¿Quiere decir que el papel lo hará otro?
-No, eso también significaría favorecer a un individuo. Pero hemos dado con la solución. El papel de Hamlet lo harán usted y ocho actores más. Por suerte, no tengo en el equipo más que a nueve que puedan parecerse a Hamlet.
-Comprendo; es decir, que yo y ocho más nos turnaremos.
-No, lo haréis todos a la vez.
-¿Cómo "todos los a vez"? No querrá decir en la misma función...
-Sí, en la misma, cada noche.
-Pero, ¡eso es imposible! ¿Nueve Hamlets en un Hamlet?
-Sí.
-¡Ah! Es decir, uno sale, entra el segundo, sale éste, entra el tercero, etcétera.
-No, porque entonces surge el problema del orden de aparición y de la violación de la igualdad de derechos. Nadie debería ser ni el primero ni el segundo ni el noveno. Usted olvida que todos deben tener las mismas oportunidades.
-Entonces, ¿cómo?
-A coro.
Me dejé caer sobre la silla. El director se levantó, salió detrás del escritorio y me puso una mano en el hombro.
-¡Anímese! Desde el punto de vista social seremos correctos, y desde el punto de vista artístico puede ser un gran éxito. Ya tenemos al director de escena encargado de la función. Será un experimento muy interesante, vanguardista. La división de Hamlet en nueve personalidades, ¿comprende?
-Comprendo. Psicología profunda.
-Eso es. Lo ha expresado perfectamente.
Luego se inclinó y añadió más bajo:
-Y, entre nosotros, nadie le prohibirá hablar más alto que los demás.
Empezaron los ensayos. Estábamos un poco apretados en el camerino, y en el escenario también tropezábamos los unos con los otros, pero en cambio se creó un fuerte sentimiento de colectividad.
Llegó el día del estreno. El primer acto estuvo pasable, pero cuando llegamos a la escena del cementerio faltó para mí una calavera de Yorick, pues el encargado del atrezzo se había equivocado y había preparado sólo ocho piezas. Por lo tanto, quise quitarle la calavera al colega de la izquierda, pero él no la quería soltar y caímos juntos a la tumba. Mientras tanto, los de arriba también empezaron a pegarse porque nuestra calavera se había quedado allí, de modo que seguía habiendo ocho calaveras, pero ellos eran siete y cada uno quería tener dos.
Hubo nueve casos de contusiones, cinco lesiones en la cara y tres heridas de arma blanca. ¿Quién dijo que Hamlet era la tragedia de un individuo?
Etiquetas: Cuentos y leyendas
1 Comments:
muy buenas historias ,luego te envio algunas a tu correo
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