Cuéntame un cuento...

...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

jueves, febrero 29

Supercalentamiento y estado metaestable del agua

 (Leído en el blog "curioso pero inútil" hace un montón de años)

Alguien había visto este mensaje en un foro y se lo había mandado a los del blog, para que dijeran qué pensaban:

"Hace 5 días mi hijo de 26 años decidió tomarse una taza de café instantáneo. Puso a calentar en el horno de Microondas algo que había hecho antes en varias ocasiones una taza con agua sola.
No se exactamente por cuanto tiempo lo programo, pero me dijo que quería que el agua hirviera. Cuando el tiempo se acabo, el horno se apago y mi hijo procedió a sacar la taza de microondas.
Mientras miraba la taza se dio cuenta que el agua no estaba hirviendo EN ESE MOMENTO, EL AGUA BROTO DIRECTAMENTE A SU ROSTRO !!! Lógicamente, el soltó el recipiente, pero YA ERA DEMASIADO TARDE. La energia acumulada le OCASIONO QUEMADURAS DE PRIMERO Y SEGUNDO GRADOS y es muy probable que su CARA LE QUEDE MARCADA PARA TODA SU VIDA, ADEMAS DE HABER PERDIDO LA VISTA PARCIAL DEL OJO IZQUIERDO .
Mientras estábamos en el hospital, el doctor que lo atendía comento que este tipo de accidentes eran muy frecuentes y que nunca debe ponerse agua sola a calentar en el microondas. Si se calienta agua de esa forma, siempre se debe poner algo en el agua, (un palito de madera o una bolsita de te), pero si se va calentar solamente agua, es mejor usar la cocina."

Y ésta fue la respuesta dada en el mismo foro, dada por un maestro de física: 

"Gracias por enviarme este mensaje advirtiéndome acerca del agua en el microondas. He sabido de varios casos. Esto es causado por un fenómeno conocido como "super calentamiento". Puede suceder en cualquier momento que el agua se este calentado, especialmente si el utensilio que se esta usando es nuevo.
Lo que sucede es que el agua se calienta mucho mas rápido de lo que las burbujas se comiencen a formar. Si la taza es nueva, no tiene ningún raspón o ranura por donde las burbujas se puedan ir formando y pueda empezar a burbujear el agua que ya esta hirviendo, de tal manera, que el agua se va calentando sobrepasando el tiempo de hervir (como dice hierve...y hierve...y hierve...). Lo que sucede entonces
es que el agua se atora, queda estancada y al contacto con el aire, el agua brota con fuerza por la energía contenida. Es lo mismo que sucede con todas las bebidas carbonatadas. Cuando se agita la botella estando cerrada, al momento de abrirla el liquido brota por la energía acumulada y contenida.

++

Se nos pregunta si es cierto lo que en este correo se cuenta, y a ello nos ponemos:
Dictamen rápido: El correo dice la verdad. Pero usa algunos símiles y expresiones que son claramente incorrectos. Maticemos...

1.- Sobre hervores y otras hierbas
El agua, cuando la calentamos en una olla, se calienta más por abajo que por arriba, ya que la fuente de calor está debajo de la olla. El agua caliente tiende a ascender, y el agua fría desciende para ocupar el hueco que aquélla deja. Cuando calentamos agua en una olla se forman corrientes que ascienden por el centro de la olla y descienden por los lados. A esto se le llama convección, y es la convección, entre otros factores, la que ayuda a que el agua empiece a hervir. ¿Se han fijado nuestros lectores en que cuando ponen agua a hervir en un cazo se forman unas burbujitas como de aire en el fondo del mismo? Pues las burbujitas no son de aire. son de vapor de agua ya evaporada. Lo que ocurre es que la condición para que un líquido rompa a hervir es que su presión de vapor se iguale a la presión atmosférica. La presión de vapor de un líquido es la que mediríamos si hiciéramos un vacío en un recipiente cerrado con ese líquido y esperáramos hasta que no pudiera evaporarse más. Es constante para cada líquido (si fijamos la temperatura). Por eso el agua hierve a menor temperatura cuanto menor sea la presión atmosférica en el sitio donde estamos. El agua en la cima del Everest no llega a los 90ºC y ya está hirviendo. Sin irnos tan lejos, en Madrid el agua no llega a los 100ºC al hervir, porque estamos a 600 metros sobre el nivel del mar, con lo que la presión atmosférica es menor (levemente) que una atmósfera y el líquido empieza a hervir antes. Con este dato podemos fabricar un titular: "En los días de tormenta tardas más en hacerte un huevo pasado por agua", ya que una tormenta suele venir acompañada de bajas presiones, que harán que el agua hierva a menor temperatura, tardando más en hacer el huevo. El efecto, aunque medible, es muy pequeño. También podemos explicar con este dato el funcionamiento de una olla a presión. En el interior de la olla pueden alcanzarse presiones de tres atmósferas, por lo que el agua hierve a 130 ºC o así. Y claro, la comida tarda menos en cocinarse. He ahí el fundamento de la olla a presión.

2.- Hervores en el microondas.
En un microondas la fuente de calor no está debajo del vaso o recipiente. Está por todos lados. Por ello es más difícil conseguir corrientes de convección en el interior del vaso. A esto hay que añadir que la transferencia de calor de un microondas es mucho más rápida que la de un fuego normal (metemos más energía al agua en mucho menos tiempo). Por último, al venir la energía de todos los lados, es más difícil que se formen las burbujas de vapor que serán semillas cuando el agua rompa a hervir (cuando esas burbujas se desprenden del fondo "abren camino" para que se formen más burbujas y comience el hervor). Por ello, el uso de un microondas hace mucho más fácil que alcancemos un estado metaestable para el agua. Un estado metaestable es aquél en el que teóricamente el agua debería haber cambiado de estado pero aún no lo ha hecho. El agua líquida a 101 ºC está en estado metaestable (igual que el agua líquida a -0'5 ºC, pero eso es otra historia).

3.- Estados metaestables.
Y ahora ya vamos llegando a donde queremos. Cuando tenemos un líquido en estado metaestable, variaciones muy pequeñas en las condiciones pueden hacer que, de golpe, el líquido cambie de estado. Al añadir algo soluble (por ejemplo, sopa de sobre) al agua a 101 ºC podemos permitir que se formen las burbujas de vapor sobre los gránulos de sopa de sobre que estamos echando al agua y provocar el hervor del agua. Y claro, es un hervor no paulatino, el agua rompe a hervir no desde el fondo del recipiente sino desde cualquier lugar donde haya un gránulo de sopa. Al hervir tan de golpe tanta agua, es muy probable que se salga del vaso. Oí hablar de este efecto de "calentarse hasta 100ºC sin hervir" del agua en primero de carrera. Como buen protofísico, aquella tarde me fui a casa y comencé a usar el microondas con fines científicos. Y sí, conseguí esta explosión. Calentando en un vaso y echando sopa de sobre -con mucho cuidado y desde lejos- conseguí derramar el agua (más de la mitad del vaso se salía). Es como un borboteo. Es peligroso porque si estamos sujetando el vaso nos escaldaremos la mano, pero nunca conseguí que saltara el agua a más de cinco o seis centímetros de altura. Por tanto, lo de que el agua saltó al rostro del infortunado joven lo atribuyo a una licencia poética del autor de la cadena original.

Ahora veamos qué incorrecciones contiene el correo:

1.- "El agua se atora y queda estancada". ¿?¿?¿? No. El agua está estupendamente libre. Son las burbujas de vapor las que no encuentran sitio donde fijarse para crecer.

2.- "el agua brota con fuerza por la energía contenida". No. Simplemente rompe a hervir y no sólo desde el fondo, por lo que suele salirse del recipiente.

3.- "Es lo mismo que sucede con todas las bebidas carbonatadas". Falso de toda falsedad. En las bebidas carbonatadas se libera el gas que hay disuelto en ellas. En el agua del microondas es la propia agua la que pasa a estado gaseoso. Nada que ver.

Nota:

Se puede leer sobre el efecto contrario, el superenfriamento, aquí:

http://f0rked.com/articles/supercooling

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martes, febrero 27

Hay mujeres

(Una canción de Joaquín Sabina)

Hay mujeres que arrastran maletas cargadas de lluvia.
Hay mujeres que nunca reciben postales de amor.
Hay mujeres que sueñan con trenes llenos de soldados.
Hay mujeres que dicen que sí cuando dicen que no.
Hay mujeres que bailan desnudas en cárceles de oro.
Hay mujeres que buscan deseo y encuentran piedad.
Hay mujeres atadas de manos y pies al olvido.
Hay mujeres que huyen perseguidas por su soledad.
Hay mujeres veneno, mujeres imán.
Hay mujeres de fuego y helado metal.
Hay mujeres consuelo, mujeres fatal.
Hay mujeres que tocan y curan, que besan y matan.
Hay mujeres que ni cuando mienten dicen la verdad.
Hay mujeres que exploran secretas estancias del alma.
Hay mujeres que empiezan la guerra firmando la paz.
Hay mujeres envueltas en pieles sin cuerpo debajo.
Hay mujeres en cuyas caderas no se pone el sol.
Hay mujeres que van al amor como van al trabajo.
Hay mujeres capaces de hacerme perder la razón.

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domingo, febrero 25

Algunas direcciones en París

 (Sacado de un artículo de ocholeguas.com publicado en 2009)

Decía Coco Chanel que «la moda pasa y el estilo permanece». Lo mismo les ocurre a estas ocho direcciones parisinas que no pasan de moda por mucho que pase el tiempo. Emprendemos un itinerario dedicado a la moda, el arte y la gastronomía, como no podía ser de otro modo en París.

1. El rojo legendario del Plaza Athénée

En esta primera parada no seguiremos los pasos de mademoiselle sino los de monsieur, monsieur Dior, a quien encontraremos en la avenue de Montaigne. A pocos pasos de la Torre Eiffel, la avenida de la moda de París es célebre no sólo por albergar las mejores firmas sino por acoger uno de los hoteles míticos de París, el Plaza Athénée. Sus estancias palaciegas de estilo Luis XVI, Regencia y Art Déco, por las que han pasado desde 1911 un sinfín de personalidades, alternan con algunos de los mejores restaurantes de la capital, donde el afamado chef Alain Ducasse reinventa con imaginación la gastronomía francesa, así como como con dos direcciones imprescindibles: Le Bar, decorado por Patrick Jouin, un lugar que es mucho más que un bar para ver y dejarse ver, y el Dior Institut, uno de los mejores centros de bienestar y belleza del mundo.

2. Universo Vuitton: la modernidad 150 años después

Desde hace 150 años no ha habido mortal que haya podido resistirse a las iniciales de este artesano de Asniéres-sur-Seine por cuya vida se cruzó Eugenia de Montijo para convertirlo en el creador de eternos objetos de deseo. Louis Vuitton jamás habría podido imaginar que sería el niño terrible de moda de finales del siglo XX, un bohemio Marc Jacobs, quien le tomaría el relevo para entrar en el siglo XXI como la marca líder del mundo del lujo.

Su flagship store, una descomunal boutique tan repleta como cualquier museo parisino, alberga las colecciones de Jacobs y las reinterpretaciones de Murakami y otras tantas figuras contemporáneas. Sin embargo, es en el Espace Culturel Louis Vuitton donde se reúnen las últimas tendencias del arte contemporáneo. [...]

3. Saboreando magdalenas, que no las de Proust

Fauchon podría ser el Mejor lugar a donde ir en busca del tiempo perdido, al menos en lo que a delicatessens francesas se refiere. Emplazado en la Place de la Madeleine, justamente donde vivió (en el número 9) Marcel Proust (el autor de la más célebre magdalena de la literatura), Fauchon es desde 1886 toda una institución de la gastronomía gala. Este clásico francés, que en 2004 apostó por la modernidad, es la referencia del lujo alimenticio y el lugar perfecto donde detenerse a desayunar, merendar, comer o cenar. Cualquier momento del día es perfecto para mimar el estómago bien con un tentempié como con una plato elaborado, y, cómo no, para llevarse un souvenir de la capital francesa. Pero no abandonamos todavía la plaza de la Madeleine, que además de la iglesia homónima alberga unos urinarios públicos de lo más artísticos con su estilo Art Déco.

4. Más allá del Louvre, la Pinacothèque

París bien vale una exposición aunque en ocasiones sea misión imposible acceder a sus más importantes museos si el tiempo es escaso. También es cierto que la capital francesa no se agota en el Louvre, el Musée d' Orsay, el Pompidou, o el Quay Branly, de ahí que nos detengamos en la Pinacotèque, en la plaza de la Madeleine [o] en el museo Jacquemart-André, [...]. Vale la pena acercarse hasta este museo emplazado junto a los Campos Elíseos para respirar su atmósfera del siglo XIX y disfrutar de su salón de té, uno de los lugares más bellos de la capital.

5. Una plaza de piedras (preciosas)

La belleza se hizo piedra en la Place Vendome, donde se yergue la columna de Napoleón a modo de emperador Trajano. El aire marcial de esta plaza de sobriedad exultante se suaviza por las joyerías que se suceden bajo sus arcadas, en lo que albergó a los batallones del ejército. Y es que no hay mejor accesorio del poder que una joya. Eso lo entendió muy bien Nitot, el joyero de Napoleón y fundador de la casa Chaumet. Justo encima de esta joyería, en el que es el salón más antiguo de la plaza (se remonta a 1777) se puede visitar la trayectoria legendaria de esta emblemática firma a través de sus afamadas creaciones de piedras preciosas, una viaje por la historia del poder a través de piezas de valor incalculable, por el que pasaron mandatarios pero también, y por caprichos del destino, un moribundo polaco, quien en esta misma habitación que se asoma a la Place Vendome compuso su última (e inacabada) mazurca. Se llamaba Frederique Chopin. Hoy visitar este lugar tan exclusivo que la joyería sólo abre a sus clientes más especiales es posible gracias a compañías como Paris Privé, que organizan visitas alejadas de los tópicos turísticos.

6. La otra casa de Dalí

Si hubo dos artistas que durante toda su existencia esquivaron los tópicos esos fueron Pablo Picasso y Salvador Dalí, cuyas vidas en París se entrecruzaron en el hotel Le Meurice. Allí se casó el genial Pablo con Olga y allí, durante tres décadas, se hospedaba un mes al año el delirante Dalí. Fue éste último quien ha dejado la impronta más indeleble en este lujoso hotel de las Tullerías, que epitomiza el lujo dieciochesco adaptado a la actualidad de la mano del prolífico Philippe Starck, quien ha ayudado a forjar esta obra de arte del siglo XIX para el siglo XXI. Le Meurice no es sólo una parada obligada para los amantes de los hoteles con firma, sino para los coleccionistas de estrellas, las que atesora el chef Yannick Alléno en sus templos culinarios Le Dali y Le Meurice.

7. Por amor al arte

Descubrir los templos del arte contemporáneo no siempre es fácil cuando se visitan urbes en constante movimiento como son las grandes capitales del mundo. En un afán por guiar al visitante por el laberinto artístico de la capital agencias como Art Process permiten experimentar el París más creativo en un recorrido que explora los 50 museos de la ciudad y sus más de 300 galerías. Se encuentran las últimas tendencias especialmente en Le Marais, en espacios vanguardistas como los de Emmanuel Perrotin (76 rue de Turenne y 10 impasse Saint Claude), Jean-Luc y Takako Richard (74 rue de Turenne) o Anne Barrault, Eric Mircher, Alain Gutharc (todas en la Rue Saint Claude). Art Process no sólo brinda un pasaporte a las direcciones más vanguardistas, sino que organiza recorridos bien sea en limusina, en barco o en bicicleta, como organiza encuentros con artistas, cenas con galeristas o cualquier actividad relacionada con el arte contemporáneo.

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viernes, febrero 23

Megaproyectos subterráneos que fueron abandonados por sus enormes sobrecostes

 (Un texto leído en Muy Interesante el 30 de septiembre de 2021)

Lo creas o no, debajo de tus pies hay una cantidad impactante de megaproyectos abandonados cuyos costes fueron disparatados. Desde redes enteras de metro hasta bases militares ultrasecretas, yacen enterrados en numerosos lugares alrededor de todo el mundo. Aquí hacemos un recorrido por algunos de los megaproyectos subterráneos que fueron abandonados debido a sus enormes sobrecostes:

Línea Maginot

Llamada así en homenaje al Ministro de Guerra francés en ese momento, André Maginot, la Línea Maginot es una serie de fortalezas fronterizas de hormigón semisubterráneas conectadas por túneles ferroviarios también subterráneos que se construyeron durante la década de 1930 para proporcionar defensa permanente contra una hipotética invasión alemana. El gobierno francés gastó 3.000 millones de francos en su construcción, el equivalente a 3.700 millones de euros en la actualidad. Solo hubo un fallo, pero fue el más importante, ya que mientras que la frontera con Luxemburgo, Alemania, Suiza e Italia estaba fuertemente defendida, la frontera con Bélgica tenía poca o ninguna protección, y los nazis la cruzaron sin problema.

Central nuclear

Debajo de las montañas de Sichuan, en China, se encuentra el túnel artificial y la estructura de cuevas más grande del planeta. Construida por decenas de miles de obreros que trabajaron en condiciones infrahumanas, la vasta red de túneles se extiende por casi 120 kilómetros y la cueva más grande, que es una de las 18 que contiene el complejo, mide más de un millón de metros cuadrados. En total, el complejo subterráneo cuenta con 13 niveles. Con un coste de 359 millones de euros, la estructura de alto secreto fue encargada por el gobierno chino cuando las tensiones de la Guerra Fría estaban en su punto máximo durante la década de 1960. La instalación albergaba una central nuclear capaz de producir plutonio apto para armas.

Ciudad nazi

Con la Segunda Guerra Mundial fuertemente orientada a favor de los Aliados, los nazis se propusieron construir una gigantesca ciudad subterránea en abril de 1943. Envuelto en el total secretismo, el Proyecto Riese ('riese' significa gigante en alemán) encluyó la construcción de siete estructuras subterráneas conectados por 60 kilómetros de túneles bajo las montañas Owl en la Polonia actual. Miles de prisioneros de guerra, incluidos niños, se vieron obligados a trabajar en el misterioso megaproyecto y muchos murieron en el proceso.

Supercolisionador

Apodado el Deserton, el Superconductor Super Collider (SSC) de Texas habría sido el colisionador de partículas de Estados Unidos, rivalizando con el famoso colisionador que construyó la Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) en Suiza. Si hubiera sido acabado, el SSC bien podría haber vencido al CERN en la carrera para descubrir el bosón de Higgs, o partícula de Dios. El SSC fue propuesto por primera vez en 1976 y su construcción comenzó a finales de la década de 1980. A principios de la de 1990, los costes se estaban descontrolando, y los poderes empezaron a poner en duda la viabilidad del proyecto y si valía la pena continuar invirtiendo. No hace falta decir que el SSC, tras sobrepasar cientos de veces el presupuesto inicial, se canceló en 1993.

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miércoles, febrero 21

Recuérdame

 (Un poema de David Harkins)

Puedes llorar porque se ha ido, o puedes
sonreír porque ha vivido.

Puedes cerrar los ojos
y rezar para que vuelva o puedes abrirlos y ver todo lo que ha
dejado;
tu corazón puede estar vacío
porque no lo puedes ver,
o puede estar lleno del amor
que compartisteis.

Puedes llorar, cerrar tu mente, sentir el
vacío y dar la espalda,
o puedes hacer lo que a ella le gustaría:
sonreír, abrir los ojos, amar y seguir.

 

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lunes, febrero 19

Celestina en Zaragoza

(La columna de Guillermo Fatás en el Heraldo de Aragón del 5 de abril de 2020)

La fascinante obra, de género imprecisable, que llamamos ‘La Celestina’ narra lo que en los siglos XV y XVI eran peripecias impías y pecaminosas de una pareja de amantes, rodeados de servidores, amigos y parientes de toda condición, entre los que descuella una tortuosa alcahueta, curandera, partera y casamentera a un tiempo, que ha dado nombre en español a todas las de su condición: Celestina.

Tuvo, según los más, un primer autor ignoto y un segundo que la amplió grandemente, Fernando de Rojas. El libro, un superventas, fue reimpreso, con permiso o sin él, por toda Europa. Mª Remedios Moralejo recordó hace poco que solo el siglo XVI (luego vinieron muchas más) vio ciento diez ediciones, con traducciones al italiano, francés, neerlandés y alemán.

Zaragoza era un centro editorial descollante. Jorge Coci (Jürgen Koch), en 1507, imprimió aquí la tercera edición absoluta. La primera fue burgalesa (1499) y la segunda, toledana (1500). Algunas que dicen ser de 1501 o 1502 falsifican la fecha (la piratería es muy vieja). La edición de Coci es la primera con el texto como se conoce hoy, ya rehecho por Rojas. Pedro Bernuz compró a Koch su negocio y en 1554 reeditó el libro en Zaragoza. Este dato era desconocido hasta que Alfonso Fernández González, fino bibliófilo navarroaragonés (de Cascante, afincado largos años en Zaragoza y, hoy, en Sabadell), compró cierto día un fajo de fotocopias en el que vio algo insólito. Un amigo suyo, el impresor leridano Francesc Fusté, limpió con paciente pericia sus muchas imperfecciones y ello le permitió, hace año y pico, editar a su cargo un facsímil de la obra en cien ejemplares no venales. Loado sea por su agudeza y generosidad.

El argumento de la obra es atrevido: Calisto contrata a Celestina para ganar los favores de Melibea y los tres acaban muertos (hay más cadáveres). Pero lo fascinante es el ambiente creado por un elenco pasmoso de personajes, hablas y situaciones: prostitutas, amoríos, bebedizos, sicarios, asesinatos, suicidios... No en vano se trata de una ‘tragicomedia’.

La crítica ha estudiado bien esta fascinante obra de autoría doble. Pero, de entre cuantos la conocen a fondo, destaca para nuestros fines José Guillermo GarcíaValdecasas (Madrid, 1940), jurista que fue rector, por casi cuarenta años, del esclarecido Colegio de los Españoles en Bolonia. Este cumplido humanista descubrió, por ejemplo, un manuscrito del ‘Cántico espiritual’ de San Juan de la Cruz (el ‘códice Valdecasas’). Y defendió, con argumentos afinados, pero poco aplaudidos, que el ambiente de la obra (y acaso su primer autor) es aragonés; y que bien puede ocurrir en Zaragoza.

El autor hubo de estar embebido de Italia, lar de todo refinamiento, y ya había muerto en 1500. Varios indicios abonan la condición aragonesa del relato. Se alude a san Jorge, de menos fama en Castilla. La pena por bruja que sufre Claudina, maestra de Celestina, es leve (exposición en una plaza con un «rocadero pintado en la cabeza»), propia de la Inquisición episcopal en Aragón y más benévola que la impuesta por Fernando e Isabel desde 1480.

Las dos mujeres (que son sanadoras, casamenteras y parteras, no brujas ni hechiceras) buscan material en tumbas de judíos y moros, abundantes estos en Aragón. Celestina usa al hablar alguna voz aragonesa y diminutivos en ico. Se bebe vino de Sagunto (’Monviedro’, en la obra), que no se vendía en Castilla por causa fiscal. No son castellanos los ‘rogadores’ que interceden por el reo, según se hacía en Aragón. Celestina habla de las tasas del rey, cuando en Castilla había reina (Isabel). La ejecución ipso facto de unos criados ignorando, además, la menor edad de uno de ellos es típica en el delito flagrante según ley de Aragón. Y Calisto pregunta no qué juez la sentenció, sino qué ‘justicia’.

Juicio de sumo interés a este respecto es el formulado, en el siglo siguiente, por Baltasar Gracián, que gustaba mucho de la obra, a la que llama ‘ingeniosísima’, como hecha con suma inteligencia, y a cuyo autor alude como «el encubierto aragonés».

Se une a ello que la cocina de Celestina radica en la primera planta de la casa, cosa común en Zaragoza; que en el mercado se corrían toros y se ajusticiaba; que Celestina habla de un templo de la Magdalena, una calle del Arcediano y del brillo de las reuniones de Cortes, con mitrados y próceres...

Todo eso, es verdad, no certifica que se trate de la capital de Aragón, pero ni mucho menos puede descartarse la probabilidad de que esta obra impar de la literatura europea tuviera un sólido vínculo con el viejo reino. La hipótesis del profesor Valdecasas no solo resulta grata a un lector aragonés, sino que tiene fundamentos que fue el primero en identificar.

El feliz hallazgo de Alfonso Fernández da pie para este recordatorio, que quiere aliviar un poco la fatiga mental inducida por el impertinente y artero virus chino.

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sábado, febrero 17

Sobre Conradino de Hohenstaufen

(Una entrada en el facebook de Gozarte del 29 de octubre de 2020)

El 29 de octubre de 1268 murió ejecutado Conradino de Hohenstaufen. Y diréis, ¿este señor de qué nos toca a nosotros? Pues de bastante, vais a ver.

¿Qué ocurrió? Lo primero que hay que decir es que el papa consideraba que Nápoles y Sicilia eran un feudo de la Santa Sede, y quería tener un aliado al sur. Tras serios enfrentamientos con los Hohenstaufen, la monarquía que había reinado allí durante más de medio siglo, decidió excomulgar a Manfredo y entregó el reino a Carlos de Anjou, hermano del rey de Francia. En enero de 1266 coronaba a Carlos en Roma como rey de Sicilia y Nápoles. Al mes siguiente Manfredo moría en la batalla de Benevento, y poco después el príncipe Conradino, nieto de Federico II, era apresado y ejecutado en público en Nápoles. Cuentan que el último acto de su vida fue arrojar un guante a la multitud…

A la muerte de Conradino la línea sucesoria pasó a Constanza, hija de Manfredo y casada unos años antes con el heredero de Aragón, el futuro Pedro III. En su corte acogieron a miembros de las familias partidarias de Manfredo huidas de Sicilia, que se dedicaron a organizar la oposición con Pedro como candidato. Mientras, en la isla la población estaba cada vez más descontenta con los franceses. La chispa prendió en Palermo (dolida por el traslado de la capital a Nápoles), donde cuentan que unos franceses ultrajaron a unas damas. El Lunes Santo de 1282, al toque de la oración de vísperas, la población se levantó (se dice que uno de los instigadores fue un noble, Giovanni da Procida, que años antes había recogido… ¡¡¡el guante de Conradino!!!) y masacró a la guarnición presente en la ciudad, extendiéndose rápidamente la sublevación por toda la isla. Los sicilianos enviaron entonces una embajada a Pedro III, que puso a su flota rumbo a Sicilia y fue coronado rey en Palermo ese mismo año. La cosa no acabó ahí, ni mucho menos, pero eso... para otro día.

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