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...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

jueves, enero 31

Rita Hayworth. Más allá de Gilda: cien años de un mito explosivo


(Un texto de Magdalena Tsanis en el Heraldo de Aragón del 20 de octubre de 2018)

Antes de convertirse en uno de los mayores mitos de la Historia del Cine gracias a la pelirroja explosiva de Gilda, Rita Hayworth (1918-1987) ya había filmado más de dos tercios de su filmografía, muchas de ellas películas de serie B que explotaron el estereotipo de belleza exótica y latina.

Con motivo del centenario de su nacimiento, que se cumple el […] 17 de octubre [de 2018], se acaba de publicar El universo de Rita Hayworth (Notorius Ediciones), un volumen enciclopédico e ilustrado, en el que una veintena de autores analizan la trayectoria de la actriz, película a película, y las claves de su vida.

Lo suyo fue una auténtica carrera de fondo, condicionada y a menudo manipulada por los hombres a los que amó, empezando por su padre, el bailarín español Eduardo Cansino, que la puso a bailar con sólo tres años, la explotó laboralmente y, según contó su segundo marido, Orson Welles, llegó a abusar sexualmente de ella.

La vida de Hayworth estuvo marcada por acontecimientos extremos: fue la más deseada, pero en la intimidad rechazaba la etiqueta de icono erótico y soñaba con dejar el cine; también fue la primera actriz de Hollywood que se convirtió en princesa (al casarse con Ali Khan) y la primera celebridad que padeció Alzhéimer, con la desgracia añadida de que tardaron 20 años en diagnosticárselo.

Una aún adolescente Rita Cansino —su nombre original era Margarita Carmen Cansino—, morena y con la raya al medio, exhibía sus dotes como bailarina en los primeros títulos de su carrera, como Amor de gaucho (1935), Charlie Chan en Egipto o Contrabando humano (1936).

Su primer marido, Edward Judson, con quien se casó con solo 18 años para escapar de su padre, se encargó de su primer cambio de imagen, incluido un doloroso proceso de electrólisis para modificar el lugar de nacimiento de su cuero de cabelludo, y movió cielo y tierra para convertirla en una estrella. Fue él quien le consiguió su primer contrato con Columbia, pero también la dejó casi en la ruina cuando ella pidió el divorcio.

La primera película que empezó a cambiarlo todo para Hayworth fue "Sólo los ángeles tienen alas" (1939), todo un clásico del cine de aventuras de Howard Hawks. La actriz no aparece hasta el minuto 50, pero lo hace de un modo espectacular que hizo que todo el mundo se fijara en ella.

En "La dama en cuestión" (1940), Charles Vidor explotó por primera vez el gran magnetismo que tenía con Glenn Ford, aunque con resultados a años luz de "Gilda".

La película que la lanzó definitivamente a la fama llegó un año después, "Sangre y arena" (1941). En la adaptación de la novela de Blasco Ibáñez, Rouben Mamoulian saca partido de nuevo a su origen hispano para convertirla en esa "femme fatale" que es Sol y que bebe del mito de Carmen.

Pero la actriz decía que los únicos papeles con los que se sentía identificada eran los de las películas que hizo con Fred Astaire, en los que interpretaba a chicas ingenuas. "Desde aquel beso" (1941) y "Bailando nace el amor" (1942) le dieron más satisfacciones personales que "Gilda" o "La dama de Shanghai".

Pero fue sin duda "Gilda" (1946) el título que la consagró como una estrella de Hollywood, dejando para la posteridad escenas como el 'striptease' más breve y sensual y la bofetada más sonora de la historia del cine.

Su impacto fue tal que hasta el Ejército de EE.UU. bautizó con su nombre e imagen la bomba atómica lanzada el 1 de julio de 1946 sobre el atolón de Bikini. Welles contaba que Hayworth sufrió un auténtico ataque de ira, pero no podía oponerse porque había sido decisión del capo de Columbia, Harry Cohn.

"La dama de Shanghai" (1947), obra cumbre del cine negro y otra de sus películas más recordadas, se filmó cuando Welles y Hayworth llevaban ya dos años separados. La cinta, en la que sorprendió con un rubio platino espectacular, no tuvo éxito comercial en su momento.

Hayworth tuvo que pelear mucho para superar su frívola imagen de "sex symbol" y ser respetada como actriz, pero también lo logró gracias a interpretaciones como "La bella del Pacífico" (1953), adaptación de la obra de W. Somerset Maugham o "Separates Tables" (1958), donde interpreta a una altiva exmodelo en horas bajas y que según dijo era el papel que llevaba esperando toda su vida.

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miércoles, enero 30

Las novias secuestradas de Kirguistán

(Un texto de Paka Díaz en la revista Mujer de Hoy del 31 de marzo de 2018)

Aunque ilegalizada, una antigua tradición de este país asiático da carta blanca a los hombres para raptar a mujeres (a veces, incluso niñas) y forzarlas al matrimonio.

En Kirguistán, dos tercios de las mujeres casadas no tuvieron ni un vestido ni un amor. Por no tener, no tuvieron ni posibilidad de elegir. Las obligaron a casarse con una tradición a la que llaman ala-kachuu, que se traduce como "átrapala y corre", y que consiste en raptar a la novia.

Para llevar a cabo el secuestro, el hombre suele contar con la ayuda de sus amigos. También deja avisada a su familia, para que puedan organizarlo todo, ya que no se trata de llevársela sin más, sino de conseguir convertirla luego en su esposa.

La documentalista catalana Roser Corella es la autora de Ala-kachuu (Grab and run/Atrápala y corre), un impresionante documental que se estrenó en España en el festival internacional de cine documental MiradasDoc, en Guía de Isora (Tenerife), y se proyectará en el próximo Festival de Málaga. Hasta la fecha ha cosechado ya ocho premios internacionales, entre ellos el que se entrega al Mejor Documental Internacional en el DocLa, uno de los mayores festivales del género en Los Ángeles.

Kirguistán es un país montañoso de Asia central, sin salida al mar y que comparte fronteras con China, Kazajistán, Tayikistán y Uzbekistán. Está aislado geográficamente por sus altas montañas, lo que ha ayudado al país a preservar costumbres como el rapto de mujeres. El Ministerio de Desarrollo Social admite que un 60% de los matrimonios se producen así. Eso supone unas 15.000 mujeres secuestradas al año. En dos tercios de los casos, sin el consentimiento de la mujer, o de las niñas, ya que el 20% es menor de edad. Corella ha hablado con muchas de ellas, con sus maridos (y secuestradores), y con sus familias. Y el resultado es hipnótico y desolador.

Según explica la directora, lo normal es que el aspirante a novio se reúna con sus amigos y vayan a buscar a la "elegida", que es engañada o arrastrada a la fuerza hasta el coche. Luego la llevan a casa del hombre, donde la familia los espera con los preparativos de la boda. Cuando la chica está dentro, las mujeres de la familia del secuestrador (la madre y las más ancianas) juegan un papel clave para calmarla y convencerla de que lo mejor es unirse en matrimonio.

En ese proceso, durante el cual la chica no deja de resistirse, ellas tratan de cubrir su cabeza con un pañuelo blanco, símbolo de aceptación. Tras horas de lucha, la mayoría se rinde. Sobre todo porque, si se niega, se la conocerá como "la chica que ha cruzado el umbral" y, según la creencia popular, nunca será feliz y nadie querrá casarse con ella. Además, si pierde su virginidad, queda estigmatizada. La simple duda ya es motivo para ello. En muchos casos, sus padres ya no querrán aceptarla de vuelta y, en caso de hacerlo, lo más probable es que los vecinos los condenen al ostracismo y tengan que mudarse.

Las novias, así, se ven en una trampa sin salida. Lo que en antropología se denomina "la cultura de la vergüenza". "La mayor paradoja es el papel activo de las mujeres mayores para convencer a la secuestrada de que "debe quedarse" y aceptar el matrimonio -explica la documentalista-. Así, se convierten en cómplices de la dominación a la que están sometidas, perpetuando la "tradición".

La primera vez que visitó el país en 2012 para presentar su corto 'Hombre máquina' en el Festival de Derechos Humanos Bir Duino, Roser Corella escuchó hablar de los raptos de novias y se propuso investigarlo. Lo más complicado fue rodar el secuestro. "Me invitaron a varias bodas, pero me di cuenta que era casi imposible presenciarlo, ya que ocurría muchas veces de manera improvisada o planeado en secreto por los amigos del novio. Además, al ser ilegal, nadie quería exponerse delante de la cámara, a la vez que suponía un conflicto por mi parte si llegaba a ser partícipe".

Sin embargo, la documentalista logró que un joven le pasara la grabación, con un móvil, del secuestro de la novia de un amigo. Una de las escenas más tremendas es cuando ella, ya casada, le pregunta por qué lo hizo. La actitud de él es infantil. Le pide que lo olvide. Al fin y al cabo, dice, ahora son felices. La mirada de ella duele.

Una vez casadas, las mujeres tienden a justificar lo que ocurrió. "Intentan olvidar el sufrimiento y prefieren entenderlo como un ritual necesario para tener una familia y cumplir con su función social", reflexiona la directora. Y los familiares, ¿qué opinan? Algunos padres lo justifican, y otros lo rechazan de pleno. En la película aparece el hermano de una joven secuestrada, que reconoce su enfado al enterarse. "Pero cuando conocí a mis nuevos familiares se me pasó. Al fin y al cabo, el destino femenino es casarse", dice.

Con tanta justificación, casi parece que fuera un juego pero, mientras estás viendo película, tienes la sensación de que debajo de lo que cuentan subyace una violencia terrible. La directora confiesa que sintió lo mismo al rodarla. "Me daba la impresión de que las mujeres omitían detalles del secuestro y dibujaban un escenario mucho más suave e inofensivo de lo que viven. Si no profundizas, puedes pensar que los secuestros son un teatrillo sin violencia, ya que suele silenciarse por ambas partes una vez se forma la familia". 

En el filme queda claro lo habitual de está práctica en la sociedad kirguisa y su aceptación social. Según las estadísticas, más del 50% de las mujeres no ven nada malo en que se siga practicando esta costumbre, pese a estar castigada con hasta 10 años de prisión. Aunque las condenas por secuestro de novias son muy raras y las autoridades locales incluso ejercen presión sobre las víctimas y sus familiares para que no vayan a los tribunales. "Solo uno de cada 700 casos es perseguido por la justicia. Y solo uno de cada 1.500 acaba con una sentencia", dice Rimma Sultanova, experta del Centro de Apoyo a las Mujeres del Fondo de la ONU para la Igualdad de Género. "En Kirguistán, un hombre tiene más posibilidades de ir a prisión si roba una oveja que si rapta a una mujer. El riesgo de ser procesado es muy bajo, mientras el castigo por robar ganado es de 11 años de cárcel", cuenta Altyngul Kozhogeldieva, de la Federación Nacional de Comunidades Femeninas de Kirguistán (NFFCK), que lucha contra la violencia de género.

"Cada día, unas 32 mujeres son raptadas. De ellas, aproximadamente seis serán violadas", afirma Kozhogeldieva, que advierte que tras el "cuento romántico" se esconden abusos muy graves. Las novias pueden sufrir palizas, violaciones y acabar convertidas en mano de obra esclava. Además, se corta su ciclo vital. La gran mayoría deja los estudios y pasa a formar parte de la familia de su marido que, al encargarse de su manutención, la tiene atrapada. Porque lo más terrible es la negación que sufren del derecho más fundamental: la libertad. "Me gustaría que los chicos se dieran cuentan de que no somos cosas, que no pueden robarnos como si fuéramos una silla o una mesa", dice una de las mujeres en el documental.

El caso que más conmovió a Roser Corella fue el de Denara, a la que conoció en un Centro de Mujeres. "Acababa de sufrir una paliza de su marido alcohólico y estaba en estado de shock, pero tenía ganas de contar su historia". Denara trabajaba en una cafetería. Allí la vio su futuro marido, que la raptó una noche cuando ella salió a tirar la basura. Sus padres la rescataron, pero él volvió a llevársela y la violó. "Acepté casarme para no deshonrar a mi familia", cuenta Denara y explica que, cuando intentó denunciar su caso en comisaría, solo encontró incomprensión. Esperó hasta que sus hijas fueron mayores y, tras 20 años de matrimonio, se divorció. Su sueño ahora es emigrar a Moscú y ser libre.

Pese a las prohibiciones del Gobierno y las tímidas campañas, el rapto de novias es tan habitual que hasta la instagramer más famosa del país, Eldana Foureyes, se ha visto envuelta en una polémica tras protagonizar una publicidad para una empresa constructora. En el anuncio era secuestrada por un pretendiente que la llevaba a un piso de lujo. Al ver las maravillas de la vivienda, ella aceptaba casarse, feliz. A todo el mundo le pareció divertido hasta que a un periodista local se le ocurrió cuestionar el uso de un acto ilegal para publicitar viviendas y se incendiaron las redes sociales. Sin embargo, esta costumbre sigue siendo usada por el nacionalismo para exacerbar el sentimiento kirguís. Algunas razones más prosaicas sugieren que para muchos hombres, por timidez o falta de habilidades sociales, el rapto es la forma más sencilla de buscar pareja. Además, abarata el coste de la boda, al evitar la dote.

Para romper este círculo y con el apoyo de Naciones Unidas, NFFCK desarrolla programas para promover los derechos de la mujer. "Gracias al proyecto, mi hermana mayor se salvó -explica una de las beneficiarias-. Cuando un grupo de chicos la intentó secuestrar, ella mantuvo la calma. Les explicó que lo que estaban haciendo era ilegal, por lo que recurriría a la ley. Ellos le pidieron perdón y la dejaron ir".

Sin embargo, Kozhogeldieva no es optimista. Según NFFCK, los secuestros han bajado de manera insignificante y, además, si antes el rapto de la novia era practicado por jóvenes, ahora no es raro que las niñas sean secuestradas por adultos e incluso ancianos. "El secuestro de novias no debe ser visto como una tradición, sino como una violación flagrante del derecho de las mujeres a contraer matrimonio voluntariamente, a ser libres" asegura.

Cuando secuestran a una mujer en Kirguistán, ella hace lo imposible para impedir que le pongan el pañuelo en la cabeza. Una vez puesto, no hay marcha atrás: está casada. Sin embargo, para eludir el "matrimonio", debe pasar tres pruebas, tras tirar el pañuelo. La primera es salir de la casa y pasar sobre trozos de pan que tiran al suelo y que los kirguisos consideran casi sagrado. Si lo pisa, tendrá que pasar después sobre la mujer de más edad de la casa, que estará tirada bajo el umbral de la puerta, lo que supone una brutal falta de respeto a la anciana. En la última prueba, el hombre más anciano pone un pañuelo en la cabeza a un animal, una cabra, como diciendo: "Tengo que cogerlo, porque me rechaza mi nuera". Si ella logra salir a la calle, nadie le impedirá irse. Pero quedará estigmatizada.

Una práctica extendida
  • Kazajistán. Se realiza mediante engaños o a la fuerza, de forma parecida a Kirguistán.
  • Uzbekistán. En la región de Karakalpakstan, casi una quinta parte de los matrimonios se lleva a cabo mediante rapto. Los hombres poco deseables, con estudios inferiores o problemas de drogas o alcohol son los más propensos a hacerlo.
  • Azerbaiyán. Es una práctica común. Además, haya habido o no violación, a la mujer se la considera impura tras el secuestro. Algunas acaban convertidas en esclavas de la familia del "novio".
  • Daguestán, Chechenia e Ingusetia. En esta zona del Cáucaso Norte, han visto el aumento de esta práctica desde la caída de la Unión Soviética. Según la ley rusa, aún vigente, el secuestrador no será procesado si libera a la víctima o se casa con ella con su consentimiento. Si no, irá a la cárcel hasta 10 años.
  • Georgia. Human Rights Watch advierte que, debido a la estigmatización, la propia policía anima a las mujeres a reconciliarse con sus secuestradores.
  • Ruanda. Sobre todo en las zonas rurales. Suele ir acompañado de violación, para asegurar la sumisión de la mujer.
  • Etiopía. Se secuestra incluso a niñas en edad escolar. Luego las esconden hasta que quedan embarazadas. Entonces el secuestrador negocia la dote con la familia de ella.
  • Kenya. Hasta los años 60, el matrimonio por secuestro solía ser habitual en la etnia Gusii.

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martes, enero 29

El gran amor de Audrey Hepburn

(La columna de Cristina Morató en la revista Mujer de Hoy del 14 de abril de 2018)

A Hubert de Givenchy le gustaba recordar cómo conoció a la actriz que se convertiría en su musa y su mejor amiga. Él tenía 25 años y acababa de abrir su propio salón de costura cuando le anunciaron que la “señorita Hepburn” acudiría a verle. Aunque Audrey ya era una famosa estrella de Hollywood tras el éxito de 'Vacaciones en Roma', en Francia aún no se había estrenado la película y era una desconocida. A finales de julio de 1953, la actriz se presentó de manera inesperada en el estudio de Givenchy en París para encargarle el vestuario de su siguiente película, 'Sabrina'. Cuando el modisto salió a recibirla pensó que se trataba de la actriz Katherine Hepburn y se quedó sorprendido al encontrarse frente a una joven encantadora vestida muy chic, con pantalón tobillero, camisa blanca, bailarinas y una diadema que sujetaba su melena corta. Congeniaron de inmediato y, aunque él no podía encargarse del diseño del vestuario de 'Sabrina' porque no había tiempo, le propuso que eligiera algunos modelos de su nueva colección. Las prendas, entre ellas un vestido blanco de fiesta bordado con flores y con larga cola desmontable, fueron uno de los aciertos de la película.

Para ambos aquel encuentro fue algo más que el inicio de una relación profesional. Juntos compartirían 40 años de complicidad y sincera amistad. Givenchy estuvo a su lado en los momentos más importantes y difíciles de la vida de Audrey. Cuando a finales de 1992 fue operada de un tumor maligno en Los Ángeles, los médicos descubrieron que el cáncer ya se había extendido y no había curación posible. La actriz le pidió a su esposo y a sus hijos que la dejaran regresar a su casa de campo en Suiza; quería morir en La Paisible, su hogar durante más de 30 años. Para la familia, trasladarla en avión era complicado, porque las compañías no aceptan pasajeros enfermos. Además los médicos les desaconsejaron el viaje debido a su estado. Creían que no llegaría con vida.

Sin embargo, sus deseos fueron cumplidos y el 20 de diciembre Audrey descansaba en su refugio al pie de los Alpes. Givenchy fletó un jet privado y llenó su interior de rosas blancas para hacerle más llevadero el viaje desde California hasta Suiza. A ella, que no le gustaba derrochar y se negaba a viajar en primera, aquel gesto de su incondicional amigo la conmovió. Cuando su hijo Sean se lo contó, sus ojos se llenaron de lágrimas de alegría y gratitud. Le pidió entonces que le llamara por teléfono para despedirse de él. Aunque apenas podía hablar, le susurró: “Oh, Hubert…estoy tan emocionada”. Él le respondió: “Tú has sido lo más importante de mi vida”. Un mes más tarde, Audrey Hepburn fallecía serena rodeada de sus seres queridos. Tenía 63 años y, hasta su último momento de lucidez, no olvidó la generosidad de Givenchy. El diseñador fue una de las cinco personas que portaron el féretro de la actriz que fue enterrada en una íntima ceremonia.

Ahora que el gran maestro de la edad de oro de la alta costura nos ha dejado es un buen momento para recordar esta anécdota que demuestra hasta donde llegó su maravillosa historia de amor y de amistad.

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lunes, enero 28

Gingivitis: causas, tratamiento y lo que se esconde detrás

(Un texto de S. Vivas en la revista Mujer de Hoy del 15 de abril de 2018)

Encías que sangran al cepillarnos los dientes. No parece preocupante, pero detrás de este síntoma se esconde una enfermedad que puede complicarnos, y mucho, la salud.

Nuestras encías son vulnerables y su peor enemigo se llama gingivitis. Una enfermedad que, en sus comienzos, no resulta dolorosa, por lo que puede pasar desapercibida. Por su culpa, las encías se muestran enrojecidas o inflamadas y el sangrado de las mismas durante el cepillado puede ser el primer síntoma de que algo no va bien. Parece poca cosa, pero es la única pista que podemos tener de que sufrimos una enfermedad inflamatoria crónica de lo más común. Tanto que, en ocasiones, no le damos importancia y lo tomamos incluso como algo “normal” y poco peligroso. Aunque sí lo es.


Una historia de microbios

Para saber quién está detrás de todo este proceso debemos tener claro un concepto: placa bacteriana. “Se trata del conjunto de ecosistemas plagados de bacterias que habitan en nuestra boca, adheridos a nuestros dientes. Se forma por las proteínas de saliva, que crea sobre los dientes una capa invisible en la que se depositan diferentes especies de bacterias”, explica el odontólogo Iván Malagón.

Normalmente, la gingivitis está inducida por la acumulación de esta placa dental y bacteriana, aunque otros factores propician su aparición: sufrir infecciones con virus (como el herpes) u hongos, la genética o tener los dientes mal colocados.

Si no nos cepillamos los dientes de forma adecuada (y a menudo), estas bacterias empiezan a hacer de las suyas; o lo que es lo mismo, aparece la gingivitis. Y si esta no se trata a tiempo, se convierte en periodontitis, una enfermedad en la que las encías se alejan de los dientes y forman espacios o bolsas que se infectan. Y entonces comienza la batalla: el sistema inmunitario lucha contra las bacterias a medida que la placa se extiende y crece por debajo de las encías. Las bacterias y la respuesta natural del cuerpo contra esa infección empiezan a destruir el hueso que mantienen a los dientes en su lugar. Y si la periodontitis no se trata, los huesos, las encías y los tejidos que sostienen la dentadura se destruyen y los dientes pueden aflojarse.

Pero perder piezas dentales es solo la consecuencia más obvia de ignorar la gingivitis y su evolución. Existen otras más preocupantes. En los últimos años se ha relacionado esta afección bucal con problemas cardíacos, como la ateroesclerosis coronaria. “La teoría es que las proteínas inflamatorias y las bacterias del tejido de las encías entran en el torrente sanguíneo y causan varios efectos en el sistema cardiovascular. Los investigadores han concluido que el engrosamiento de los vasos sanguíneos está asociado a la presencia de una de las bacterias encontradas en la placa dental conocida por causar, además, la periodontitis”, expone Elena Criado, odontóloga de la Dirección Asistencial de Sanitas Dental.

Enemigas del cerebro

El corazón es el principal afectado por las bacterias bucales (además de, obviamente, los dientes), pero las nuevas investigaciones están buscando otras víctimas de estos molestos inquilinos. Ahora se sabe, por ejemplo, que hay una conexión entre la periodontitis y el infarto lacunar, un tipo de accidente vascular que causa lesiones de pequeño diámetro en la zona más profunda del cerebro y que es el causante del 25% de los ictus. “Según varios estudios, las personas que padecen enfermedad periodontal aumentan hasta cuatro veces su riesgo de padecer un infarto lacunar en comparación con las personas que no la sufren. Esto puede ser debido, bien a que la periodontitis provoca una inflamación que debilita la salud de los vasos sanguíneos o a que ambas dolencias comparten diversos factores de riesgo, como la hipertensión, el colesterol alto o la diabetes”, explica Iván Malagón.

El siguiente problema que afecta a nuestro cerebro y que parece estar relacionado con la salud de las encías es el alzhéimer. Esta dolencia, de origen aún hoy desconocido, se caracteriza por provocar pérdidas de memoria y desorientación a quien la padece, además de inflamar el cerebro. “En la boca proliferan más de 900 bacterias, y algunas de ellas, como la P. gingivalis, C. pneumoniae, H. pylorio y la del herpes simple tipo I, se considera que puedan afectar a dicha enfermedad. Hay sospechas de que la infección oral podría ser la puerta de entrada en el torrente sanguíneo para las bacterias que habitan en la boca, y que una vez dentro, si logran traspasar la barrera hematoencefálica del cerebro, muchas de ellas podrían estar implicadas en el desarrollo de alzhéimer”, dice Iván Malagón. En este sentido, una investigación realizada por científicos de la Universidad de Southampton y el Kings College de Londres asoció la periodontitis con un aumento de seis veces en la tasa de deterioro cognitivo.

Otro factor que sustenta esta teoría es el descubrimiento de moléculas de hongos en el cerebro de pacientes con esta dolencia y el aumento de las infecciones fúngicas severas en ancianos en los últimos 30 años, como comprobó un equipo de científicos del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (de la Universidad Autónoma de Madrid y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas). Estas moléculas también se localizan en la boca de personas con periodontitis.

Poniendo soluciones

Ahorrar estos riesgos es, sin embargo, sencillo: tratar la gingivitis en cuanto aparezca. Para curarla hay que eliminar el sarro con una limpieza específica (tartrectomía) y realizar un seguimiento exhaustivo. “Si las encías sangran hay que acudir al periodoncista, que es el especialista en su cuidado. Él elaborará un diagnóstico y realizará sesiones de limpieza bucal profesional o profilaxis, que puede incluir el uso de ultrasonidos para combatir el sarro y el de una pasta para aumentar los niveles de flúor, mejorar la limpieza y eliminar manchas”, explica Criado.

Tras el tratamiento profesional llega el trabajo duro: seguir las instrucciones de higiene dental, que serán rigurosas y que, en muchos caso, incluyen el uso de cepillos interproximales, hilo dental, enjuagues bucales específicos... Todo sea por conservar un corazón, un cerebro y una boca sana.

Los otros factores

En la gingivitis, no todo es consecuencia de la mala higiene bucal. Los siguientes factores también aumentan el riesgo de sufrir esta enfermedad, que puede reaparecer con frecuencia, según la salud de dientes y encías, a pesar de lavarnos bien los dientes.
Otras causas:
  • Padecer ciertas infecciones (herpes, bacterias) y enfermedades (inflamatorias, autoinmunes, diabetes mal controlada...).
  • Estar embarazada (los cambios hormonales aumentan la sensibilidad de las encías).
  • Tener los dientes mal alineados, los bordes de los empastes ásperos y la aparatología oral mal colocada o contaminada (como correctores dentales, prótesis, puentes y coronas).
  • Usar ciertos medicamentos, como fenitoína, bismuto y algunas píldoras anticonceptivas.
  • Sufrir alteraciones hormonales. La gingivites aparece generalmente durante la pubertad o durante las primeras etapas de la edad adulta, debido a los cambios hormonales.


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domingo, enero 27

Róterdam, la nueva (vieja) Europa

(Un texto de María León en la revista Mujer de Hoy del 15 de abril de 2018)

Quedó arrasada en la II Guerra Mundial y se reinventó con su arquitectura de vanguardia.

Hay una frase de Erasmo de Róterdam que encaja como anillo al dedo con mi pasión viajera: "Para alguien dichoso, todos los países son su patria". Viajar abre la mente y el alma. Y en Róterdam, la ciudad donde nació el filósofo y humanista, esa sensación (y esa alegría) se multiplican por 10.
Esta es la segunda ciudad más importante de Holanda, por detrás de Amsterdam, la capital. Su puerto, el más grande de Europa, tuvo un papel determinante durante la Segunda Guerra Mundial y la ciudad acabó arrasada por culpa de los bombardeos. Reconstruida casi por completo tras la guerra, en ella se fueron integrando diferentes estilos arquitectónicos. Y, paradójicamente, la pérdida de su cuantioso patrimonio cultural durante la contienda permitió el renacer de Róterdam a partir de la segunda mitad del siglo XX.

Desinhibida y tolerante, con una intensa vida nocturna y una increíble oferta cultural, gastronómica y de shopping, descubrir esta ciudad es una experiencia fascinante y cosmopolita, ya que en ella conviven 170 nacionalidades diferentes.

El puente Rijnhavenbrug, justo al lado del Hotel New York, nos lleva al barrio de Katedrecht, una de las zonas de moda. Allí destacan el Fenix Food Factory, un pequeño mercado de comida orgánica, donde es habitual encontrar a gente tomando algo con una cerveza. ¿Una sugerencia alternativa? El restaurante Posse, una nave con aire retro donde, además de comer, podéis disfrutar de galería, librería y tienda.

Otro barrio en auge es Kruisplein/Kruiskade. En él comienza China Town y, aunque hasta hace poco tiempo esta no era la mejor zona de la ciudad, los jóvenes emprendedores están apostando por ella. Merece la pena probar restaurantes como Share Dining, donde se aplica el concepto de "todo para compartir". Y me gustó especialmente el restaurante Ayla, con cocina mediterránea con un toque conceptual, a cuyo frente está el chef Hette Hettema.

La Capilla Sixtina en un mercado

Hacer shopping en Róterdam es toda una experiencia que pasa, en primer lugar, por el Markthal, el mercado interior más grande de Holanda. Diseñado por el estudio MVRDV, alberga en su interior un centenar de puestos de producto local y una grandiosa obra de arte: el Cuerno de la abundancia, de los artistas Arno Coenen e Iris Roskam, realizada con más de 4.000 azulejos. Este megamural, con gigantescos peces, frutas y vegetales, es conocido por muchos como la Capilla Sixtina de la arquitectura contemporánea. En el mercado encontraréis, entre otras cosas, las flores de las que este país es un gran productor -¡y que no solo son tulipanes!-. En las inmediaciones, los martes y los sábados podréis disfrutar del mercadillo Binnenrotte, ubicado donde estuvo el primer asentamiento de la ciudad.

Muy cerca de allí también podréis disfrutar de las famosas casas cúbicas del arquitecto Piet Blom, que se construyeron en los años 80. Para Blom, una casa cúbica era como una cabaña en lo alto de un árbol, así que él veía su diseño como un árbol abstracto y el complejo total como un bosque.
Nuestra ruta de shopping sigue por Nieuwe Markt, con tiendas maravillosas como Pantoufle (diseño relajado de inspiración japonesa), Imagine (multimarca), Very Cherry (vintage), Louen (con mucho estilo) o Fleur (moda minimalista). Y entre tienda y tienda, nada mejor que reponer fuerzas en Sajoer, un juice bar perfecto para hacer una pausa.

Tras una jornada de tiendas se impone un buen almuerzo, que disfrutamos en Aloha Bar, en el edificio Tropicana. Decorado con motivos polinesios, este garito parece vivir en un verano eterno, gracias a una terraza desde donde el río Maas se dibuja con pinceladas más paradisíacas. Me encantó el ambiente surfero de este lugar, con su terraza tan agradable junto al río.

En bici, por supuesto

La zona más alternativa de Róterdam está al norte, junto al emblemático puente Hopflein, de madera amarilla. Allí hay una antigua estación con restaurantes muy apetecibles. Y después de un buen paseo, la mejor opción es una sana y suculenta cena orgánica en Dertien, para luego disfrutar de una copa en la calle Witte de Withstraat, una de las más animadas y bulliciosas de la ciudad. Los que prefieran una cita romántica, pueden optar por De Matroos en Het Meisje, en la calle Delistraat, un restaurante con un menú sorpresa, a gusto del chef, siempre con cocina de mercado.

Pero si de paseos hablamos, una de las opciones más recomendables es hacer una ruta arquitectónica en bicicleta con Urban Guides, aunque también hay "taxibotes". Aquí el paseo en bici es obligatorio llueva, truene o nieve, porque es la mejor manera de entender el estilo de vida holandés. Y, además, Róterdam es totalmente llana.

Paseando en bici junto a Gritta Ewald, descubrimos algunos de los edificios más interesantes de la ciudad, como el Museum Rotterdam, que combina su estructura original de 1662, con otro edificio firmado por Rem Koolhaas en 2016, el Stadstimmerhuis New Addition. También visitamos la Oficina de Correos, una de las pocos construcciones que sobrevivió a los bombardeos de la II Guerra Mundial, junto con el Hotel New York; el Ayuntamiento, de 1921; el Hotel Hilton, de Hugh Maaskant, el primero construido tras la guerra, en 1958; la Estación Central, ya contemporánea, realizada por los holandeses Benthem Crouwel y West8, en 2014; y mi favorito: el Unie Cafe, un edificio de estilo Mondrian que creó el arquitecto J. J. P. Oud en los años 30.

Nuestra ruta concluye en la tienda de la diseñadora Susan Bijl, famosa por sus shopping bags sostenibles. Cada año, Bijl convoca a diversos artistas que crean ediciones limitadas que se venden en más de 80 tiendas.

Pero si Róterdam es un auténtico museo de arquitectura al aire libre, no podemos pasar por alto los museos más tradicionales que descubrí alrededor de Het Park, una zona ideal para disfrutar de un paseo y de un brunch dominical, como el de The Harbour Club Restaurant.

¿Los que no deberías perderte? El Museo Marítimo, el Belasting & Douane Museum o el Museum Park; el Kunsthal, de arte contemporáneo; el Boijmans van Beuningen, ubicado en un edificio de 1935 que alberga una colección de arte desde 1400 hasta la actualidad, con obras de Van Eyk, Rembrand, Rubens, Monet, Van Gogh, Picasso o Dalí; y el Fotomuseum.

A Róterdam se puede volar desde Madrid, o bien llegar a Ámsterdam y coger un Intercity que solo tarda media hora hasta destino. El Hotel Mainport nos acogió en nuestra visita y fue una maravilla, ya que está muy bien ubicado, justo enfrente del Puente Erasmo. Nada más cruzarlo llegamos a Wilheminapier, la zona del muelle de Kop van Zuid, y donde mejor se aprecian los contrastes entre los nuevas y los antiguos edificios. Precisamente allí se ha inaugurado el hotel Room Mate Bruno, en un edificio monumental. Y es que esta ciudad está en perpetuo movimiento. Con arte por dentro y por fuera, respeto al medio ambiente, color y cosmopolitismo: cada vez que la visitas es distinta.

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sábado, enero 26

'El paraíso', de Tintoretto, al desnudo

(Un texto de Suzana Mihalic en el XLSemanal del 30 de marzo de 2013)

Este inmenso y famoso lienzo recuperado está en el Museo Thyssen de Madrid.

Abarca más de ocho metros cuadrados y es un boceto presentado por Tintoretto al Senado veneciano para conseguir el encargo de sustituir el fresco gótico de Guariento di Arpo, destruido en un incendio en 1577, en la sala del Gran Consejo del palacio de los Dux, en Venecia. El primer concurso lo había ganado Paolo Veronés, pero murió antes de poder comenzar nada y así Tintoretto aprovechó su segunda oportunidad. La pieza restaurada que vuelve al Thyssen es, en realidad, el segundo de los dos bocetos que Tintoretto presentó a concurso. El primero se conserva en el Museo del Louvre, pero no es en el que el artista se basó para realizar el que está en Venecia, sino este del Thyssen. En 1588, Tintoretto ya había cumplido 70 años y, al estar ya mayor, pintó la obra en su taller utilizando este boceto como punto de partida. Le llevó seis años terminarlo. Lo acabó en 1594, poco antes de morir.

La pieza representa el paraíso, el más allá de las nubes donde se encuentran todos aquellos salvados tras el Juicio Final. El tema central de la composición es la coronación de la Virgen como reina del cielo por su hijo, Jesucristo. Ambas figuras se presentan de medio perfil, giradas una hacia la otra, y flotan sobre la misma nube hecha de querubines. Inspirado en el paraíso de la Divina comedia, de Dante, el cuadro está repleto de significados metafóricos que Tintoretto expresa a través de la luz; también de personajes representativos del mundo bíblico. Sin embargo, al tratarse de figuras abocetadas, no son tan identificables como las de la obra final. El cuadro es parte de la colección permanente del Museo Thyssen y ya puede ser visto.

Secretos venecianos

El minucioso proceso de restauración se realizó durante todo 2012 en el hall de entrada del propio Museo Thyssen, a los ojos del público. Entre las restauraciones precedentes, los expertos descubrieron cambios en la composición que habían quedado ocultos, como la presencia de figuras desnudas a las que luego Tintoretto cubrió de ropa, la modificación o eliminación de personajes y la existencia de inscripciones. En el laboratorio, los análisis químicos permitieron conocer con precisión los materiales originales utilizados por el artista -algunos, muy valorados en la época, como el lapislázuli- y su secreto: emplear polvo de vidrio mezclado con la pintura para reflejar la luz y dar luminosidad a la obra.

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viernes, enero 25

Tintoretto, retrato de una ambición

(Un texto de José Segovia en el XLSemanal del 15 de abril de 2018)

El hijo de un tintorero logró convertirse en el pintor más importante de Venecia entre el Renacimiento y el Barroco.

Cuando las autoridades de Venecia hicieron público el concurso para pintar El paraíso, un cuadro que es considerado el mayor del mundo sobre lienzo, con sus más de 22 metros de largo por 9 de alto, Tintoretto rezó a Dios para que los senadores lo eligieran a él. Pero prefirieron a Veronés, que falleció poco después (1588), sin haberlo comenzado. La mala conciencia no dejaba dormir a Tintoretto. ¿Había matado a Veronés con sus plegarias?

Una vez que se convenció de que todo había sido producto del destino, el pintor instaló su gigantesco lienzo en la Escuela de la Misericordia, donde se esforzó en finalizar la obra que Veronés no pudo llevar cabo.

Antes de concluirla, la trasladaron a la Sala del Gran Consejo del Palacio Ducal, donde todavía se exhibe al público. Allí dio las últimas pinceladas antes de presentarla públicamente.

Muchos venecianos no supieron ver su grandeza. Les pareció una obra malograda, excéntrica y fuera de la estética de su tiempo. Sin embargo, para Tintoretto fue su momento de mayor gloria. El más grande de sus cuadros se exhibía en el Palacio Ducal, el edificio que simbolizaba el protagonismo de la Serenísima República en el comercio internacional.

Nacido en Venecia en 1518, el pintor era el mayor de 21 hermanos. Lo llamaban Tintoretto, porque su padre tenía una tintorería. Pero su verdadero apellido era Comin, un dato descubierto en 2007 por Miguel Falomir, director del Museo del Prado y experto en pintura italiana. Desde muy pequeño, a Tintoretto le dio por pintarrajear las paredes de la tintorería con dibujos de gran factura. Tanta que su padre lo llevó al taller de Tiziano para que aprendiera el oficio.

Pronto surgieron enfrentamientos con su maestro. Tintoretto era un hombre de fuerte carácter y una ambición desmedida, lo que dificultó su relación con Tiziano y con otros artistas, que nunca lo consideraron un igual. Su proverbial mal genio, por el que fue conocido también como El Furioso, fue el detonante por el que Tiziano no le permitió seguir en su taller, aunque algunos estudiosos opinan que lo hizo para que el joven pintor no eclipsara su propia obra.

La escritora italiana Melania G. Mazzucco, autora de la novela La larga espera del ángel, basada en la vida de Tintoretto, pone en su boca una reflexión sobre Tiziano. «Ese hombre lo tenía todo, era el faro del siglo y, sin embargo, no soportaba ni la sombra de una hoja». El joven pintor tuvo que soportar durante mucho tiempo la misma cantinela cuando alguien admiraba sus cuadros. «Es bueno, pero está claro que no es un Tiziano». El viejo maestro no tuvo reparos a la hora de criticar al joven pintor ante sus protectores, intentando que estos renegaran de él.

A Tintoretto no le quedó otra alternativa que esperar con impaciencia la muerte de Tiziano, aunque siempre pensó que el viejo maestro era un artista fabuloso, tal y como dejó claro en una inscripción que colocó sobre la entrada de su taller: «El diseño de Miguel Ángel y el colorido de Tiziano».

«A Tintoretto siempre le gustaron los desafíos», afirma Mazzucco. Se educó como autodidacta y, cuando comprendió que no podía ser discípulo de Tiziano, decidió formarse con pintores menores. «En los círculos artísticos de Venecia lo consideraban un plebeyo y nadie lo quería en palacio», afirma la novelista italiana. Todo cambió con el fallecimiento de Tiziano. A partir de entonces, Tintoretto se convirtió en el pintor de moda en la capital del Véneto.

En 1548 entregó a la prestigiosa cofradía benéfica Escuela Grande de San Marcos la obra San Marcos liberando a un esclavo, lo que supuso su consagración como uno de los grandes pintores de la ciudad. Estar en el consejo directivo de esta institución era de vital importancia para una persona tan ambiciosa como Tintoretto.

Entonces, Tiziano se encontraba en Augsburgo con el emperador Carlos V. Algunos historiadores aseguran que, de haber estado en Venecia, la Escuela habría rechazado ese cuadro, cuya ejecución representó un punto y aparte en la escuela veneciana, ya que nadie hasta entonces había transmitido con tanta fuerza los movimientos de los personajes.

Dos años más tarde, Tintoretto se casó con Faustina de Vescovi, hija de un noble veneciano, y así afianzó su posición social. A partir de entonces, El Furioso no paró de trabajar, realizando unos 300 cuadros en su vida. En su taller, Tintoretto hacía figuras de cera de sus modelos para aplicarles focos de luz y estudiar el efecto en ellas. Sentía pasión por los claroscuros y por los fuertes cromatismos.

Faustina le dio cinco o seis hijos. Uno de ellos, Domenico, lo ayudó en su taller, aunque no tenía el talento de su padre ni tampoco el de su hermana Marietta, que fue fruto de la relación que mantuvo Tintoretto con otra mujer antes de casarse con su esposa.

Tras sus éxitos en la Escuela de San Marcos se ofreció en 1564 a pintar gratis el piano nobile de la Escuela Grande de San Roque, un organismo que fue creado para asistir a los venecianos durante una plaga. Cinco pintores fueron invitados a mostrar sus bocetos para realizar la pieza central de la Sala dell’Albergo.

Pero Tintoretto se adelantó a todos, entregando el cuadro ya finalizado y cediéndolo sin cobrar nada a cambio, lo que desató la protesta de los otros candidatos. El astuto Tintoretto sabía que un reglamento de la institución prohibía rechazar ningún regalo. Una vez que fue admitido, prometió dedicarse durante el resto de su vida a entregar tres lienzos al año en la festividad de San Roque, patrón de Venecia, lo que le proporcionó grandes beneficios económicos. Uno de sus colegas, Sebastiano del Piombo, afirmó que el artista era tan prolífico que podía ejecutar en dos días lo mismo que él en dos años.

«Fue un pintor avanzado para su tiempo», señala Melania Mazzucco. Tiziano comprendió que ese joven pintor tenía su propia identidad pictórica. Por eso intentó obstaculizar su carrera y difundió una leyenda negra contra él que le hizo muchísimo daño en su tiempo. Ese talentoso y violento artista pintó a príncipes, obispos y aristócratas mirándolos a la cara, sin dejarse intimidar por su condición social.

Ya al final de sus días, cuando tenía 75 años y apenas podía mover su cuerpo, la mente de Tintoretto permanecía todavía lúcida y era capaz de recordar aspectos muy concretos de su pasado. Como los dichosos días que vivió junto con la arrebatadora Verónica Franco, a la que supuestamente retrató mostrando sus pechos en un lienzo que puede admirarse en el Museo del Prado, aunque la pinacoteca madrileña atribuye esta obra a su hijo Domenico. Otro retrato de esta cortesana pintado por Tintoretto se exhibe en el Worcester Art Museum de Massachusetts.

Las grandes dimensiones de sus lienzos han impedido su salida de Venecia, lo que ha perjudicado su conocimiento. Pese a todo, sus pinturas de juventud pueden admirarse ahora en la exposición Tintoretto, el nacimiento de un genio, que se presenta estos días en el Museo de Luxemburgo de París para conmemorar el quinto centenario de su nacimiento.

La Tintoretta

Marietta Robusti, fruto de una relación anterior a su matrimonio, fue la mejor discípula de Tintoretto. De niña lo acompañaba a todas partes vestida de chico. Fue pintora de mucho talento. El emperador Maximiliano y Felipe II la quisieron como pintora de cámara, pero lo rechazó: Tintoretto no se quiso separar de ella. La llamaban la Tintoretta.
‘El paraíso’ mide 22 por 9 metros. Lo empezó con 70 años para el Palacio Ducal de Venecia.
Velázquez compró para Felipe IV ‘Esther ante Asuero’ y otras obras de Tintoretto.

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jueves, enero 24

Florencia y la hoguera de las vanidades


(Un texto de Luis Reyes en la revista Tiempo del 9 de febrero de 2016)

Florencia, 7 de febrero de 1497. Quema de libros, pinturas, juegos y perfumes.

El ajedrez es una “obra de Satanás” según la máxima autoridad religiosa saudí, que acaba de condenarlo en una fatua. Los talibanes prohibieron que los niños volasen cometas en Afganistán. La brutal serie de atentados yihadistas de París estaba dirigida contra las más populares expresiones del ocio en Europa, el fútbol, los cafés y bares, la música. Está claro que el fanatismo religioso tiene un problema con la diversión, se le atraganta.

También le sucedió al cristianismo, aunque afortunadamente hay que ir muchos siglos hacia atrás para encontrar actitudes violentas contra lo de pasárselo bien. El ejemplo de este fanatismo religioso que ha quedado como paradigma, por el choque cultural que suponía, fue La hoguera de las vanidades de Florencia, en el carnaval de 1497.

Florencia culminaba el Quattrocento, el espléndido siglo del pleno Renacimiento italiano. No había lugar donde la civilización brillara más, con una pléyade de artistas y humanistas como Miguel Ángel, Leonardo o Maquiavelo, por citar solo los famosísimos. Esto no quiere decir que Florencia fuese el Paraíso, naturalmente, existían muy sucias luchas por el poder, corrupción, vicio y crueldad... lo normal en la época. En aquel Quattrocento florentino destacaba, en lo bueno y en lo malo, una figura política, Lorenzo el Magnífico, de significativo apodo. Su familia se enriqueció importando de China píldoras medicinales, por lo que adoptó el apellido de Medici (Médicos) y un escudo que representaba seis pastillas. Los Medici, con la sangre que hizo falta por medio, lograron la primacía entre la aristocracia ciudadana hasta ser la familia reinante de la República florentina. Lorenzo el Magnífico sería el gran mecenas de Florencia, pero también el tirano que pervirtió la forma republicana de Gobierno.

Confesor. Como a Florencia tenía que ir lo mejor, Lorenzo llamó como confesor al más famoso predicador, el dominico Girolamo Savonarola, un auténtico fenómeno de masas cuyas misas reunían a 15.000 personas. Fue un error imperdonable en el gobernante para quien Maquiavelo había escrito El Príncipe, pues el confesor no solo atormentó a Lorenzo en el lecho de muerte amenazándolo con el infierno, sino que le arrebataría el poder a la familia Medici.

A la muerte de Lorenzo el Magnífico Savonarola se puso al frente del partido democrático, expulsó al hijo de Lorenzo, Piero de Medici el Infortunado, y restauró la República. Savonarola tenía el apoyo no solo del sector popular, sino de muchas personalidades destacadas, como el famoso Botticelli, hartas de la tiranía medicea y de las corrupciones que imperaban sobre Florencia. Pero el fraile no era un político ni un estadista, era un visionario religioso, un hombre de fe exaltada que pretendía sanear no solo Florencia, sino a la Iglesia. De haber triunfado su movimiento reformador es posible que no hubiera surgido el protestantismo luterano, en vez de ello el Papa le declararía una guerra a muerte que culminaría con su excomunión.

Como siempre ha pasado en la Historia con los líderes populistas, los que llegan como liberadores del pueblo terminan oprimiéndolo con nuevas formas totalitarias. En el caso de Savonarola su odio a las corruptelas desembocó en un puritanismo extremo que condenaba lo que no fuese vida ascética, y en una dictadura religiosa como forma de lograr la “salvación” de la sociedad. Sus militantes los Piagnoni (llorones) se convirtieron en temibles bandas inquisitoriales contra el arte, la literatura, el amor o la diversión, que callejeaban expoliando a la gente y vejando a las mujeres vestidas con poca modestia.

La intolerancia fue in crescendo en Florencia, cualquiera que tuviese un libro de Ovidio o de Dante sentía miedo de ser delatado como desleal a la República, y alcanzó su zénit en el martes de carnaval del tercer año de la dictadura de Savonarola. Era costumbre florentina despedir el carnaval la víspera del Miércoles de ceniza, inicio de la Cuaresma, con hogueras en las plazas, alrededor de las cuales se celebraban “bailes amorosos, donde un hombre y una mujer giraban cogidos de las manos”, según cuenta Vasari. Las fiestas alrededor del fuego, no hay que decir, eran costumbre antigua, anterior al cristianismo y por tanto paganas, pero de un atractivo persistente que ha llegado a nuestros días con las fallas valencianas o las hogueras de San Juan.

Savonarola decidió darle la vuelta a aquellas manifestaciones de carácter lúdico con una hoguera de las vanidades sin precedentes. Durante la primera mitad del siglo XV otro fraile reformador, San Bernardino de Siena, había hecho campañas moralizadoras de costumbres en las que se quemaban libros irreverentes, pinturas eróticas o juegos de azar. Los Piagnoni ya habían hecho quemas de libros, pero el martes de carnaval de 1497 se formó en la Plaza de la Señoría la más extraordinaria pira imaginable. La base estaba formada por máscaras y disfraces, sobre la que se pusieron libros de los más grandes poetas latinos e italianos, incluidos Ovidio, Dante y Bocaccio. Sobre los libros venían los objetos para la belleza, cosméticos, perfumes, espejos... Otra capa estaba formada por instrumentos musicales, barajas y ajedreces, y por último esculturas y pinturas de desnudos, culminando la pira con los retratos de las mujeres famosas en Italia por su belleza.

Algunos artistas contribuyeron voluntariamente al auto de fe contra la belleza, como Baccio da la Porta, devoto seguidor de Savonarola que luego sería conocido por Fra Bartolomeo, el cual llevó a la hoguera todos los estudios de desnudos de su taller. Botticelli también aportó pinturas, aunque lo hizo presionado por el miedo al dictador dominico.

Aquel bárbaro espectáculo contribuyó a destruir la popularidad de Savonarola en una ciudad tan amante de las artes como Florencia. Se formó un partido, también popular y contrario a los Medici, pero alternativo de los Piagnoni del fraile. Estos adversarios eran conocidos por Arrabiatti, pues estaban rabiosos con las extravagancias fanáticas de Savonarola. Y el Papa aprovechó las circunstancias para lanzar una ofensiva contra Savonarola, al que excomulgó. Un año después de La hoguera de las vanidades, Savonarola perdió el poder y él mismo fue abrasado en una gran pira en el mismo sitio donde había quemado a la belleza.

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