Cuéntame un cuento...

...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

miércoles, mayo 31

Mereces un amor

Aunque atribuido a Frida Kahlo, «Mereces un amor» es un poema de Estefanía Mitre:

Mereces un amor que te quiera despeinada,
incluso con las razones que te levantan deprisa
y con los demonios que no te dejan dormir.
Mereces un amor que te haga sentir segura,
que pueda comerse al mundo si camina de tu mano,
que sienta que tus abrazos van perfectos con su piel.
Mereces un amor que quiera bailar contigo,
que visite el paraíso cada vez que mira tus ojos
y que no se aburra nunca de leer tus expresiones.
Mereces un amor que te escuche cuando cantas,
que te apoye en tus ridículos,
que respete que eres libre,
que te acompañe en tu vuelo,
que no le asuste caer.
Mereces un amor que se lleve las mentiras,
que te traiga la ilusión,
el café y la poesía.

Etiquetas:

lunes, mayo 29

Que la vida iba en serio…

 (De Jaime Gil de Biedma)

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.

Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.

Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.

Etiquetas:

sábado, mayo 27

Los gorros de piel de la Guardia británica

(Leído en una publicación Jesús García Barcala en su blog www.cienciahistorica.com el 6 de mayo de 2017)

Los sombreros de los guardias ingleses están hechos de piel de oso negro de Canadá. De oso macho para ser exactos, excepto los de los oficiales, que están confeccionados de piel de osa parda, teñida de negro. Esto último se hace debido a que el pelo de la osa es más largo, y con ello se quiere distinguir a los de mayor rango.
 
Cada una de estas torres mide 18 pulgadas, o 45.72 centímetros, y pesa alrededor de 750 gramos. Para cada sombrero ( en realidad son cascos ), se utiliza toda la piel de un oso. (Hablaré sobre el tema de los animales más abajo).
 
Origen y su curiosa razón de ser
No estamos seguros de quienes fueron los primeros en utilizar el llamado “cap” (simplemente, gorra). En el siglo XVIII, los granaderos de varias naciones europeas, franceses, italianos, ingleses y españoles, ya llevaban una gorra de altura, normalmente de piel. No obstante, en aquel entonces aquellos morriones estaban hechos de tela. 
 
La razón más plausible, y que me parece muy curiosa, es que se utilizaban sombreros muy altos para hacer parecer más alto, e imponente, al portador. En una época en la que la lucha cuerpo a cuerpo y a bayonetazo limpio aún reinaba, tiene mucho sentido. Otra cosa es que funcionara de verdad.
 
Hay otra razón práctica. Si nos fijamos en los sombreros militares de los siglos XVII y XVIII, por lo general eran de ala ancha, al estilo de los que llevaba Napoleón. Para los granaderos, cuya labor esencial era, pues eso, lanzar granadas, las alas de los sombreros anchos les estorbaban. El sombrero alto) era mejor.
 
Los granaderos británicos, Grenadier Guards (Guardias Granaderos); se ganaron el derecho a portar los sombreros de piel de oso, después de la Batalla de Waterloo. Algunos años después, ese derecho se extendió a otros regimientos de élite, que los llevaron durante buena parte del siglo XIX.
 
Los sombreros de piel de oso de los guardias ingleses duran muchos años, si están bien cuidados. En la actualidad, el Ejército Británico sólo compra entre 50 y 100 sombreros nuevos para reponer los más maltratados. Eso quiere decir entre 50 y 100 osos muertos cada año.
 
(Los grupos de protección de animales llevan años protestando contra el uso del cap, pues consideran negativo matar a un animal sólo para hacer un sombrero.)
 
Todo cambió al inicio de la Primera Guerra Mundial, en la que armas más mortíferas obligaron a los soldados no tanto a llamar la atención, sino a ocultarse. Lo mismo sucedió con los pantalones rojos de los franceses. Además, la movilidad del soldado se aceleró, por lo que llevar un sombrero tan alto e incómodo se convirtió en una desventaja.
 
A partir de dicho conflicto, los grandes sombreros se quedaron en las barracas, para ser utilizados exclusivamente en desfiles y otras ceremonias, con excepción de los guardias ingleses que custodian algunos edificios.
 
No cabe duda de que, en la actualidad, más que nada son un reclamo turístico. Pocos son los visitantes que no se hacen una foto junto a uno de estos guardias de chaqueta roja y mirada fija. Pocos objetos definen tan bien a Londres, y al conjunto del Reino Unido.

Etiquetas:

jueves, mayo 25

To have succeeded

A poem/quote by Ralph Waldo Emerson:

To laugh often and much; To win the respect of intelligent people and the affection of children; To earn the appreciation of honest critics and endure the betrayal of false friends; To appreciate beauty, to find the best in others, to leave the world a bit better whether by a healthy child, a garden patch, or a redeemed social condition; To know even one life has breathed easier because you lived. 

This is to have succeeded.

Etiquetas:

martes, mayo 23

El día de la creación

(Leído en Muy Historia el 22 de octubre de 2019)

El 22 de octubre del año 4004 a.C. sería el Día de la Creación según el arzobispo protestante irlandés James Ussher. Este señalado miembro de la iglesia anglicana británica se ‘tomó la molestia’ de calcular la fecha en la que Dios creó el mundo, negando la evidencia científica. 

 

Aunque hoy en día este cálculo suena extravagante, hay que decir que, en su día, contaba con cierto crédito académico. Incluso el propio Isaac Newton trató también de calcular la fecha de la Creación. 

 

Ussher publicó su estimación en Anales del Antiguo Testamento (1650) basándose en la Biblia. Para ello, tuvo en cuenta la duración media de la vida humana de la época y la edad de figuras bíblicas como Adán y Eva, o el propio Jesucristo. A partir de las historias de la Biblia, hizo una estimación del número de generaciones transcurridas, y su resultado fue de lo más concreto: 22 de octubre de 4004 a.C., exactamente, a las seis de la tarde.

Etiquetas: ,

domingo, mayo 21

Dedicatoria

 A vosotros los que vengáis a hacer, lo que nosotros no hemos hecho,
a dar el beso que no pudimos dar,
a soñar el sueño que se nos escapó,
a escribir la letra que se nos olvidó,
os confío mi fracaso y os deseo la victoria.

Pedro Salinas

Etiquetas:

viernes, mayo 19

Who’s the 'Scott' in Great Scott?

(An article by Ellen Gutoskey

Note for non-native speakers: "Great Scott!" is an interjection of surprise, amazement, or dismay. It is a distinctive but inoffensive exclamation, popular in the second half of the 19th century and the early 20th century, and now considered dated.

Hearing the phrase Great Scott! might evoke an image of a wide-eyed, Einsteinian Christopher Lloyd, but people were using it long before it became Dr. Emmett Brown’s go-to expression of surprise, consternation, and basically any other emotion in Back to the Future.

Like the real McCoy and many similar centuries-old colloquial terms, it’s difficult to prove exactly when the phrase emerged and who the original “great Scott” was. That said, most signs point to Winfield Scott, an American army general who towered over his troops both literally and figuratively. Scott stood 6 feet, 5 inches tall, and is said to have weighed as much as 300 pounds by the end of his life.

“What a monster size he was!” Virginia congressman John Sergeant Wise wrote in 1899. “His talk was like the roaring of a lion, his walk like the tread of the elephant.”

While his formidable physical appearance could’ve been enough to compel people to exclaim “Great Scott!” in his presence, his military reputation was just as impressive. Scott began his career as a captain of artillery during the War of 1812, where his triumphs in the battles of Chippewa and Lundy’s Lane in July 1814 earned him an official promotion to major general and the unofficial honor of being known as a national hero. Scott solidified his status as one of the greatest military commanders of the 19th century during the Mexican-American War, delivering the U.S. several key victories and marching into Mexico City in the summer of 1847, which brought about the end of the entire conflict. Scott unsuccessfully ran for president in 1852, losing to Franklin Pierce, but remained a high-ranking member of the military until retiring partway through the Civil War.

The phrase Great Scott! started to gain popularity around the same time the general himself was becoming a household name. As lexicographer Barry Popik points out on his blog, the earliest known reference to the phrase was in an 1845 issue of an Ohio political publication called the Spirit of Democracy: “Great Scott! is it possible that we ever promised to publish this law.”

Though that writer didn’t shed any light on who “Scott” was, others did. A 1952 article from Illinois’s Quincy Whig explained that “The exclamation of great SCOTT,’ so frequently used by many people, is said to allude to Gen. Scott, the whig candidate for President.” And Slate reports that author John William De Forest mentioned the general in two different works from the era.

“I follow General Scott,” he wrote in his 1867 Civil War novel Miss Ravenel’s Conversion From Secession to Loyalty. “We used to swear by him in the army. Great Scott! the fellows said.”

De Forest repeated the exclamation in an 1871 story, explaining that the character was “using the then commander-in-chief for an oath, as officers sometimes did in those days.”

Based on that evidence, it looks like Winfield Scott left his mark on military history and on the history of minced oaths—non-offensive replacements for profanity like Great Scott!, Zoonters!, and other goofy expletives.

Etiquetas:

miércoles, mayo 17

Ámsterdam, el fin de semana perfecto en una ciudad para mentes abiertas

(Un texto de Marta Mato en el suplemento de viajes de El País del 11 de mayo de 2012)

Olvídese del mapa en la capital holandesa. Déjese llevar, aunque, eso sí, sin perderse el barrio del Jordaan, 'las 9 calles', la tarta de manzana en Winkel, una parada en el café Brix y una foto en el puente de Groenburgwal.

Cifras (en 2012)

» Habitantes: 747.290 (casi 2,2 millones en el gran Ámsterdam).

» Número de bicicletas: 600.000

» Árboles: 220.000.

» Parques: 28.

» Canales: 165.

» Puentes: 1.281.

» Barcos vivienda: 2.500.

» Museos: 51.

» Cuadros de Rembrandt: 22.

» Cuadros de Van Gogh: 206.

» Galerías: 141.

Lo más probable es que su puerta de entrada a Amsterdam sea por Centraal Station, la ajetreada estación de trenes ubicada en un edificio neorrenacentista de 1889. Es curioso que esta primera toma de contacto con Ámsterdam —un inmenso espacio abierto en el que miles de personas, autobuses, taxis y tranvías se asemejan a un enjambre ocupado— tenga tan poco que ver con lo que se encontrará después. Quizá únicamente la plaza Dam, donde se encuentra el Koninklijk Paleis, vuelva a recordarle la primera estampa que vio. Y es que Amsterdam no es una ciudad de grandes avenidas y monumentos grandiosos. Es más bien un monumento en sí misma, con su característico perfil arquitectónico —nunca superado por las cinco plantas de altura— de casas centenarias y cosido por más de 150 canales y cerca de 1.300 puentes. Si por más que consulte su mapa lo único que consigue es seguir perdido, no se lo tome como algo personal. Es parte de su encanto.

Sea como sea, asegúrese de que llega al barrio del Jordaan. Construido en el siglo XVII para albergar a la clase trabajadora, es ahora la zona preferida por los artistas y la gente joven. Mucho mejor de noche, cuando la escasa iluminación de sus callejuelas poco transitadas y sus pequeños canales lo convierten en experiencia imprescindible del viaje. El Jordaan colinda al norte con la calle de Haarlemmerstraat, donde encontrará interesantes tiendas, como Restored (www.restored.nl), especializada en diseñadores holandeses, o Sukha (www. sukhaamsterdam.nl), que apuesta por productos con historia. No muy lejos de allí puede parar a tomar un tentempié en Smallworld (www.smallworldcatering.nl), un pequeño local frecuentado por gente de la zona con una carta a base de quiches y sándwiches preparados diariamente. A pocos pasos se encuentra Noodermarkt, donde los sábados se instala un mercado. Si estaba pensando en llevar quesos, el producto estrella del país, este es el lugar para comprarlos y de paso observar la ajetreada vida de una mañana de sábado. En la misma plaza, haciendo esquina, está Winkel (www.winkel43.nl), otra parada obligatoria si siente debilidad por la tarta de manzana, según dicen, la mejor de Ámsterdam. Desde aquí, tome el canal de Prinsengracht, que junto con el de Keizersgracht y Herengracht constituyen la esencia de Ámsterdam. Tómese su tiempo para observar los ricos detalles de sus casas, todas ellas diferentes.

Recorriendo estos canales se encontrará con la zona más de moda, llamada de las nueve calles, llena de tiendas y restaurantes. Cuando cae la noche y parece que no tiene nada más que ofrecer, acérquese a Wolvenstraat. Le sorprenderá la animada vida de esta calle en torno al Bar 22 (www. bar22.nl) y al café Brix (www.cafebrix.nl), donde se reúne la gente guapa de la ciudad. Adentrarse en el corazón de Ámsterdam implica sacudirse de encima los prejuicios que pueda traer de casa. Los farolillos y los escaparates de mujeres ligeras de ropa le indican que está usted en el Barrio Rojo. También las hordas de turistas, cuya edad media desciende hasta los veinte años, atraídos por los Coffee Shops, que aquí proliferan (ahora en plena polémica por la conversión obligada de los cafés en clubes privados que impiden a los extranjeros el consumo de cannabis). Pero más allá de sus inconfundibles luces y el olor a marihuana que lo envuelve todo, este barrio es de los más antiguos de la ciudad y cuenta con algunas de las vistas más bellas de Ámsterdam. Es el caso del canal de Oudezijds Voorburgwal. Desde ahí puede tomar la calle de Zedijk y recorrer el Barrio Chino hasta llegar a Nieuwmarkt y su singular edificio De Waag, construido en 1488.

Para reencontrarse con la estampa tranquila de Ámsterdam no tiene más que continuar su camino hacia el Sur, tomando el canal de Kloveniersburgwal. Llegará a los puentes de Staalstraat y Groenburgwal. La fotografía desde cualquiera de ellos es casi obligatoria. Como lo es la parada en la Bombonerfa Puccini (Staalstraat, 17), donde encontrará el chocolate más fino de la ciudad.

Al final de esta calle se encuentra el canal Amstel, y a sus orillas, el Museo Hermitage Ámsterdam (www.hermitage.nl), uno de los imprescindibles. El río Amstel lo atraviesa uno de sus puentes más famosos, el Magere Brug. Crúcelo y vuelva a sumergirse en el Ámsterdam más pintoresco por la calle de Kerkstraat. Le llevará de vuelta al centro pasando por rincones que no debería perderse, como el canal de Reguliersgracht o la calle de Nieuwe Spiegelstraat, llena de anticuarios e interesantes galerías de arte.

Antes de viajar, tres premisas a tener en cuenta: no tenga miedo a dejar el mapa y perderse. Olvídese de consultar el tiempo, en Ámsterdam el clima es absolutamente impredecible y, por tanto, su luz es mágica y cambiante a cada instante. Y no intente entender sus horarios comerciales. En definitiva, no planifique y estará preparado para todo lo que Ámsterdam puede ofrecerle.

Noche en el Café Bourbon, por Caro Emeraid (Cantante)

"Cuándo estoy fuera siento que la gente se interesa por el sitio de dónde vengo. Estoy orgullosa de nuestro pequeño país". Lo dice Caro Emerald (Ámsterdam, 1981), que ha pasado de cantar en pequeños locales de la capital holandesa a hacerlo en conciertos multitudinarios en toda Europa. Su álbum de debú, Deleted scenes from the cutting room floor, lleva sonando en las radios desde el año pasado con un estilo que bebe de las grandes divas del jazz de los años cincuenta, pero también de artistas actuales como Rihanna o Adele. Fuera de su país presume de "la mentalidad abierta y de la capacidad para mantener los pies en la tierra" que poseen los holandeses. Ámsterdam tiene fama de tener una relación especial con la música. "Los cafés de Ámsterdam que ofrecen música en directo son especiales y merece la pena visitarlos. Los pequeños espacios hacen accesible la música, apetecible tanto para los artistas como para los aficionados". Ella recomienda pasar una noche con actuaciones en directo en el Jazz Café Alto (Korte Leidsedwarsstraat, 115; www. jazzcafealto.nl) y el Café Bourbon Street (Leidsekruisstraat, 68; www.bourbonstreet.nl).

La cultura, al nivel del deporte, por Juanjo Arqués (Bailarín y coreógrafo)

El Ballet Nacional Holandés (www.hetballet.nl) cumple cincuenta años, y lo hace con una salud de hierro. Con cerca de 60 representaciones anuales solo en Ámsterdam y un cuerpo de 80 bailarines, es la compañía más grande y prestigiosa del país. El murciano Juanjo Arqués, solista y coreógrafo de la compañía, nos da la clave: "Este siempre ha sido un país muy liberal en todo, desde la legalización de las drogas blandas, el matrimonio gay... Este afán vanguardista influye también en la cultura". Y añade que la compañía siempre se ha caracterizado por su personalidad: "Aquí destacamos como individuos, cada uno tiene su estilo. Esto ayuda a la hora del proceso creativo". El repertorio cuenta con los clásicos de siempre, pero también con coreografías de danza contemporánea, estilo especialmente valorado en Holanda. A pesar de la crisis, el teatro se sigue llenando, posiblemente porque "la gente está más educada para ir al ballet". "Los niños vienen a vernos", añade, "y viene también la gente a ver los ensayos. Es otra preparación a nivel social para tener el arte y la cultura al mismo nivel que, a lo mejor, puede estar el deporte. Eso convierte a este país en un destino cultural único en su apuesta por el arte".

El río vibrante, por Frits van Dongen (Arquitecto)

"Una de las cosas más interesantes no solo de Holanda, sino también de Ámsterdam, es la experimentación en arquitectura", dice Frits van Dongen, del estudio Cie, autor del proyecto The Whale (La Ballena), un enorme edificio de viviendas sociales situado. en Borneo-Sporenburg, antigua área portuaria de Ámsterdam. Este arquitecto y su estudio han proyectado edificios como el nuevo Conservatorio de Ámsterdam, una construcción de cristal que cuando cae la noche cobra vida. La zona a orillas del enorme río Ij alberga algunas de las edificaciones más especiales de la ciudad, por ejemplo el recién inaugurado Eye, museo del cine de la ciudad (del estudio Delugan Meissl), la Biblioteca Pública (de Jo Coenen) o el Museo Nemo (de Renzo Piano). "Es interesante que la gente vea también esta zona del río porque les da otra idea de Ámsterdam, parte ineludible de la reflexión sobre nuestra cultura", dice Van Dongen.

El edificio favorito del arquitecto es el palacio de Koninklijk, situado en la plaza Dam, por su perfecta simetría y su monumentalidad. La mejor vista de pájaro la encuentra en el antiguo Mint Hotel, hoy el Hilton, desde su bar en la última planta. También recomienda el restaurante Anna (Warmoesstraat, 111; www.restaurantanna.nl), en pleno Barrio Rojo, y el trío de ases de los museos: el de Van Gogh, el Stederlijk y el Rijksmuseum.

Etiquetas:

lunes, mayo 15

Catoblepas

(Información extraída de la wikipedia, y de nodulo.org. Honestamente, lo leí en una columna de prensa y sin saber esto, la metáfora no tenía sentido).

Catoblepas en griego quiere decir «que mira a la tierra». El catoblepas o catóblepon,​ también catoblepa​ es una criatura legendaria de Etiopía, descrita por primera vez por Plinio el Viejo y más tarde por Claudio Eliano. El catoblepas, como animal que mira hacia abajo, también fue citado entre los griegos por Elieno, Ateneo y Arquelao, y entre los latinos por Solino y Pomponio Mela. 

Tiene cuerpo de vaca y cabeza de cerdo. Su espalda está cubierta de escamas que le protegen y su cabeza mira siempre hacia abajo. Su mirada o su respiración podían convertir a la gente en piedra o matarlas.

Plinio lo describió como una criatura de tamaño medio, lenta, con una cabeza pesada vuelta siempre hacia el suelo. Pensó que su mirada, como la del basilisco, era letal, lo que hacía bastante afortunado que su cabeza fuera tan pesada.

Claudio Eliano describió al Catoblepas como un herbívoro del tamaño aproximado de un toro. Según su descripción contaba con una gran melena, era estrecho, sus ojos estaban inyectados en sangre, tenía escamas en la espalda y las cejas lanudas. La cabeza era tan pesada que la bestia tan solo podía mirar hacia abajo. En su descripción, la mirada no era letal, pero su aliento era venenoso ya que se alimentaba de hierbas venenosas.

Le atribuían los clásicos la capacidad de matar a quien viera sus ojos –una capacidad en cierto modo inversa a la del basilisco, que destruye cuanto mira– e incluso cierta bondad al no apartar su mirada del suelo, para no ejercer su mortífero poder. Entre los modernos, el alucinado naturalista polaco Juan Jonston (1603-1675) imaginó el catoblepas como voluminoso cuadrúpedo, que Gustavo Flaubert (1821-1880), en las sucesivas versiones que fabuló de las tentaciones de San Antonio (1849, 1856, 1874), fue haciendo evolucionar hasta una suerte de búfalo negro del que pende cabeza de cerdo que se arrastra por el suelo. Recopiladores posteriores como Jorge Luis Borges (1899-1986) han contribuido a difundir esta suposición estúpida. Se conoce que estos modernos no pudieron ver la piel de un catoblepas llevado por Mario a Roma y depositado en el Templo de Hércules, muerto a distancia por jinetes libios tras fulminar a varios soldados en la guerra contra Yugurta. 

Etiquetas:

sábado, mayo 13

Yincana; ni 'gincana', 'gynkana' o 'gimkana' (ni similares)

(Sacado del diccionario de dudas de la RAE) 

Del ingl. gymkhana, y este del hindi gend-khāna 'campo de juego de pelota', con sustitución del formante gend- 'pelota1' por el ingl. gym 'gimnástico', 'gimnasia'.

yincana. Adaptación gráfica de la voz anglo-hindú gymkhana, ‘conjunto de pruebas de destreza o ingenio que se realiza por equipos a lo largo de un recorrido, normalmente al aire libre y con finalidad lúdica’: «Los chicos podrán disfrutar de juegos inflables, la ciudad de hierro, yincana y concursos» (País@ [Col.] 24.4.04). Deben evitarse otras grafías que no se ajustan a su pronunciación, como gincana, gymkana, gimkana, etc. Es voz femenina: la yincana.

 

Etiquetas:

jueves, mayo 11

Moby Dick

 (Leído en Muy Historia el 18 de octubre de 2019)

El 18 de octubre de 1851 se publicó, en Londres, la que se convertiría en la obra más conocida del escritor Herman Melville. Esta primera edición apareció bajo el título de The Whale, pero un mes después fue editada en Nueva York con el nombre por el que ha pasado a la historia: Moby Dick

 

Herman Melville se hizo marinero en 1841 y pasó una larga temporada en alta mar, recorriendo el mundo y como parte de la tripulación de un buque ballenero. Sus experiencias personales fueron las que le llevaron a escribir y tras su regreso a Estados Unidos publicó novelas cortas que se incluyeron en el género de los viajes y la aventura y obtuvieron un considerable éxito con obras como Typee (1846) o Omoo (1847). Su estilo se vio fuertemente influido por el trabajo de su amigo y también escritor Nathaniel Hawthorne y por su pasión pedagógica. La sencillez de sus primeros textos fue quedando atrás y sus historias empezaron a llenarse de simbolismos y reflexiones filosóficas que el público lector no asimiló demasiado bien. 

 

Con Moby Dick, Melville creó una novela tan extensa (unas 620 páginas según la edición) como compleja y en la que se olvidaba del ritmo narrativo y la fluidez en el desarrollo de la historia para plasmar, entre otras cosas, su amplio conocimiento en el mundo ballenero. La historia del capitán Ahab, cuya obsesión por vengarse y cazar a la imponente ballena blanca podría haber sido el argumento perfecto para una novela de aventuras a la antigua usanza, acabó por convertirse en una enrevesada metáfora de la convivencia del bien y el mal en el ser humano y de la búsqueda y persecución de lo imposible. La crítica y el público la destrozaron y Melville acabó sus días olvidado y con un profundo sentimiento de derrota. 

 

Sin embargo, el paso del tiempo y las generaciones de escritores posteriores llevarían a Moby Dick del fracaso al Olimpo de la literatura universal, convirtiéndola en un ejemplo de la literatura norteamericana moderna y una obra de culto.

Etiquetas:

martes, mayo 9

El veto papal de Fernando VII

(Un artículo de Luis Reyes en la revista Tiempo del 15 de diciembre de 2017)

Roma, 14 de diciembre de 1830. Comienza el cónclave en el que el rey de España vetaría al cardenal Giustiniani, que encabezaba las votaciones.

Palo a la burra blanca, palo a la burra negra, el axioma político de Fernando VII resulta simple y vulgar, pero no debemos engañarnos, su reinado fue todo lo contrario, muy complejo y trascendente para la Historia de España. Hubo grandes avances de las libertades, como la Constitución de Cádiz y grandes retrocesos, como las dos vueltas al absolutismo. España derrotó a Napoleón en una guerra larga y cruel, pero perdió su imperio americano y dejó de ser una gran potencia. Aunque quizá lo más grave es que en el reinado de Fernando VII se gestó el carlismo, esa reacción ultramontana y palurda ante el progreso que provocaría cuatro sangrientas guerras civiles en el siglo siguiente a su muerte.

La figura de Fernando VII es igualmente complicada, tras un aspecto físico de imbécil y unas maneras de patán escondía una indudable inteligencia política, o quizá solo astucia, que dedicó a asegurar su poder personal, aunque también fue capaz de interpretar la evolución de los tiempos, de entender que por mucho que le gustase el absolutismo había llegado a su final histórico y que era preciso otro régimen para España. Por eso en la segunda parte de su reinado comenzó a rodearse de liberales moderados, especialmente recuperó del exilio a los afrancesados. Este lento movimiento hacia el progreso provocó reacciones violentas como la Guerra de los Malcontents en Cataluña, movimiento ultra absolutista que, bajo el lema “Religión, Rey e Inquisición”, proclamó una “Junta Suprema Provisional de Gobierno del Principado de Cataluña” en Manresa. Los malcontents son auténtica prefiguración del carlismo, una ideología que prendería fuerte en Cataluña y no se desprendería con el tiempo, como señalan hoy los analistas del procés más conocedores de la Historia.

Fue entonces cuando Fernando VII le dio palos a mansalva a la burra blanca (los absolutistas), igual que durante años se los había atizado, y bien fuertes, a la burra negra (los liberales), fusilando a nueve cabecillas de los malcontents y deportando a África a centenares.

El nuncio

Durante buena parte del reinado de Fernando VII fue nuncio apostólico (embajador papal) en Madrid monseñor Giacomo Giustiniani, un absolutista convencido, pero capaz de entender los cambios de los tiempos. Ejerció su embajada en el Sexenio Absolutista, el Trienio Liberal y la Década Ominosa, y fue capaz de bandearse entre las dos facciones. Cuando los liberales tomaron el poder tras el pronunciamiento de Riego y proclamaron de nuevo la Constitución de Cádiz, el nuncio no expresó abiertamente ninguna oposición, aunque en su correspondencia secreta con Roma se ve que conspiraba contra “los impíos”, como llamaba a los liberales, y que tenía simpatías por el hermano de Fernando VII, el ultramontano don Carlos, candidato a rey de los carlistas.

Tampoco se resistió a la abolición de la Inquisición, considerándola, como el propio Fernando VII, un trasto viejo del que había que desembarazarse. Pero el nuncio promovió unas Juntas Diocesanas de Censura y luego unas Juntas de Fe, que “sin usar de nombres que susciten prejuicios ni aterrorizar” pretendían “inquirir contra todos los que atenten contra la fe católica”, o sea, los mismos perros con distintos collares.

Giustiniani fue nombrado cardenal y dejó Madrid en 1826, iniciando una prometedora carrera en la Curia. En el cónclave de 1829 se eligió a su candidato, Pío VIII, y cuando este murió a los pocos meses, en el nuevo cónclave le llegó la oportunidad al propio Giustiniani. Su candidatura a Papa era la más potente: el 30 de diciembre tenía 21 votos del colegio cardenalicio, frente a 15 de su oponente, cuando el “cardenal de la corona de España”, Marco y Catalán, manifestó el veto de Fernando VII, mientras que el embajador español, el adusto marqués de Labrador, hacía llegar al cónclave una nota invocando “la Exclusiva”.

Era la décima vez que el rey de España vetaba a un candidato al papado, desde que Felipe III resucitara un uso medieval en 1605. Felipe IV utilizó en dos cónclaves el Ius Exclusivae (derecho de exclusión), y en 1662, en la tradición de tratadistas de derecho público de los jesuitas españoles, el padre Nicolás Martínez publicó Exclusiva de Reyes, el primer tratado donde se desarrollaba y defendía la teoría del veto.

Nunca quedó clara la razón del veto español. El pragmatismo político de Giustiniani, su trágala ante lo inevitable, pero poniéndole frenos, le asimilaba en carácter a Fernando VII. Sin embargo se había producido un enfrentamiento con el nuncio cuando intentó que el rey aceptase el nombramiento, por parte de Roma, de obispos en las repúblicas americanas que se habían independizado de España.

Se trataba de una cuestión de Estado, pues en un momento en que Fernando VII buscaba apoyos europeos para revertir la situación en el imperio perdido, suponía el reconocimiento de las independencias por el Papa. El choque alcanzó tal virulencia que Fernando VII rompió relaciones diplomáticas con Roma, aunque eso sucedió cuando ya no estaba Giustiniani en la nunciatura.

El caso es que la Exclusiva se aplicó, y Giustiniani, demostrando el más puro florentinismo de la Curia romana, pronunció un discurso agradeciendo al rey de España por los honores y favores que le había otorgado durante su nunciatura, y porque “le había librado de los honores del papado”, que sentía superior a sus fuerzas.

Los contemporáneos creyeron ver un aspecto personal en el veto a Giustiniani, por la simpatía que había demostrado hacia don Carlos, que llevaba años siendo un grano en las reales posaderas de Fernando VII, y que en esos momentos le disputaba ya el trono a la hija del rey. De modo que “palo a la burra blanca” en Roma también.

Etiquetas: ,