Cuéntame un cuento...

...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

sábado, junio 30

Las 9 mejores estaciones del mundo

(Un artículo de Fátima Ruiz en la revista Paisajes desde el tren de octubre de 2010)

Aparecieron hace dos siglos y en seguida se convirtieron en la tarjeta de visita de las ciudades. Pero desde la construcción de la primera, en Inglaterra en 1830, el esquema de diseño de estos edificios ha ido derivando del clásico pabellón de hierro y cristal a toda una amalgama de diseño y estilos. En función de esos criterios estéticos y funcionales, Newsweek ha elegido las nueve estaciones más bonitas del mundo.

1.- St. Pancras - Londres Inglaterra
Inaugurada en 1868 y remodelada recientemente, de ella parte el Eurostar que, bajo el Canal de la Mancha, une Inglaterra con Francia en poco más de dos horas. Su historia está unida al nombre de William Barlow, que la construyó en 1863. Durante la Segunda Guerra Mundial, por cierto, fue alcanzada por varios proyectiles, pero se salvó de desaparecer.

2.- Grand Central Station - Nueva York, EEUU
Considerada la más grande del mundo con 78 andenes, y rodeada por los rascacielos de Manhattan, esta estación de hierro y acero rivalizó con la Torre Eiffel y el Palacio de Cristal por ser la construcción más espectacular del siglo XIX. El techo del vestíbulo está a 40 metros de altura, cada una de las ventanas mide 23 metros y su fachada principal está coronada por una imagen mitológica de los dioses Mercurio y Minerva.

3.-  Chhatrapati Shivaji - Bombay, La India
Uno de los mayores atractivos de la ciudad y declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 2004, fue conocida hasta 1996 como la Estación Victoria en honor a la reina británica. En su exterior destaca su peculiar combinación de estilos, que van del neogótico victoriano típico de la zona en la que se construyó (1882) a otros más propios del continente asiático. Los azulejos, motivos tallados en madera y balaustradas del interior son obra de estudiantes de la Escuela de Arte de Bombay.


4.- Central Station - Amberes, Bélgica
Louis Delacenserie, Clemente van Bogaert y Jan van Asperen son los artífices de uno de los más bellos conjuntos arquitectónicos relacionados con la industria del ferrocarril. Una impresionante cúpula, una cubierta longitudinal de cristal y hierro, así como un viaducto de más de 185 metros de largo por 44 metros de altura han convertido a esta estación en una atracción turística. Levantada entre 1895 y 1905 para substituir a la antigua terminal, en seguida se convirtió en todo un ejemplo a seguir en las escuelas de arquitectura.

5.- Gare des Bénédictins - Limoges, Francia
Inaugurada en 1929, su enorme cúpula realizada en cobre, las vidrieras que dan luz al interior y el campanario de 66 metros de alto son las señas de identidad de este impresionante edificio, que recibe su particular nombre por estar ubicado en los antiguos terrenos de un monasterio benedictino.

6.- Lahore Railway Station - Lahore, Pakistán
El origen de esta estación, célebre por sus dos torres del reloj, está claramente unido a la historia militar del país. Edificada durante el régimen colonial británico y utilizada también como fuerte defensivo, su diseño estaba pensado para soportar el impacto de las bombas. En la actualidad cuenta con 11 andenes de los que parten los escasos trenes que unen la ciudad con la vecina India.

7.- Central Railway Station - Maputo, Mozambique
Gustave Eiffel, que la diseñó en 1910, concibió esta estación como un palacio con pilares de mármol y detalles en hierro forjado. Llamada la Estação dos Caminhos de Ferro por ser colonia portuguesa, fueron, junto a la Casa de Hierro, las dos obras que el francés llevó a cabo durante su estancia en la ciudad africana. En su interior, además, se pueden ver todavía locomotoras del siglo XIX.

8.- Hua Hin Railway Station - Hua Hin, Tailandia
La historia de Hua Hin y la belleza de su estación de tren enlaza con la vida de la realeza del país, ya que es la ciudad donde se ubica el Palacio Klai Kangwon, residencia de verano del rey Bhumibol Adulyadej. Construida totalmente en madera, su pabellón fue desmontado por completo y reconstruido en 1968, ya que su ubicación original era el Sanamchan Palace, situado en la provincia de Nakorn Pathom.

9.- Estación de Atocha - Madrid, España
La antigua estación del Mediodía fue construida en 1851. Con un jardín tropical interior de 4.000 metros cuadrados, Atocha es la primera estación española en trayectos nacionales y la segunda en internacionales, por detrás de Sans (Barcelona). Alberto de Palacio, colaborador de Eiffel, fue el autor de la primera remodelación en 1888 después de que un incendio casi la destruyera. Suyas son la cubierta de hierro y la fachada del pabellón principal. Rafael Moneo sería el encargado de realizar otra ampliación entre los años 1985 y 1992 con la que no sólo se cuadriplicó la capacidad de la misma, sino que además se adaptó el espacio para la ubicación de los primeros trenes AVE.

viernes, junio 29

Ajos

(La columna de Martin Ferrand en el XLSemanal del 24 de julio de 2011)

Asegura un viejo refrán castellano que «no hay campana sin badajo ni sopa buena sin ajo». Algo hay de cierto en eso, pero frente al ajo no hay neutrales. Unos lo adoran y otros lo detestan. Hipócrates de Cos, el gran médico del siglo de Pericles que suprimió las supersticiones como arte terapéutico, era un devoto del ajo. Hace 25 siglos lo utilizaba como medicina, aunque prevenía sobre las flatulencias que pudiera producir este condimento, asiático en su origen, al que los cristianos partícipes en las Cruzadas llevaban en su zurrón como panacea incuestionable.

Los enemigos del ajo son feroces. El más notable de todos ellos fue Quinto Horacio Flaco, el máximo poeta lírico y satírico de la lengua latina. Horacio, rabioso contra la liliácea presente en buena parte de los platos de su tiempo, el último medio siglo antes de Cristo, llegó a escribir: «Si algún criminal con mano impía hubiera cortado la cabeza de su anciano padre, condénesele a comer ajos, más ponzoñosos que la cicuta». Sin embargo, el ajo es el sabor dominante del Mediterráneo, uno de sus signos de identidad.

En España gozan de merecida fama los ajos morados de Las Pedroñeras, que toman el nombre de ese pueblo conquense y se expanden por La Alberca del Záncara, Mota del Cuervo, El Provencio, San Clemente y Santa María del Campo. En Las Pedroñeras sientan sus reales Manuel de la Osa, uno de los grandes cocineros españoles, y su restaurante Las Rejas (General Borreros, 49). En estos días, ya terminada la cosecha nueva, ofrecen uno de sus platos geniales, la sopa de ajo fría servida en una copa con una clara de huevo al fondo, caldo de cocido helado, jamón, pan tostado y ajo frito. Una maravilla más apetecible para Hipócrates que para Horacio.

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jueves, junio 28

Algunas mentiras de la ciencia

(Un artículo de Maribel González en el Magazine de El Mundo del 1 de abril)

"Mito: dícese de la persona o cosa a las que atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen". Partiendo de esta definición de la Real Academia de la Lengua, Daniel Closa (Barcelona, 1961), doctor en biología e investigador del CSIC, se propuso desmantelar algunas de las afirmaciones falsas con apariencia de realidades científicas más extendidas. 100 mitos de la ciencia (Lectio Ediciones) tira por tierra leyendas sobre el cuerpo (como que el pelo y las uñas siguen creciendo después de muertos), la salud (el desfibrilador pone en marcha el corazón), los animales, la evolución, el espacio, los científicos, y otros mitos urbanos tan difundidos como el de que en Nueva York hay cocodrilos que viven en las cloacas. Algunos de ellos:

Sólo utilizamos el 10% del cerebro
Ningún dato avala esta absurda afirmación que aparece en muchos anuncios de productos que teóricamente mejoran el rendimiento intelectual. La ciencia ha demostrado al medir la actividad cerebral que incluso cuando dormimos, muchas zonas de este órgano están en funcionamiento.

En luna llena nacen más niños
Es falso que los hospitales refuercen sus servicios de maternidad en función del ciclo lunar y que las mareas influyan en el líquido amniótico de las embarazadas. Los registros de nacimientos lo demuestran, pero es difícil desmentirlo porque preferimos creer en la influencia mágica de la Luna.

El frío causa los resfriados
A pesar del nombre, no es el frío quien provoca esta enfermedad, sino diferentes tipos de virus, como los rinovirus y los coronavirus. Lo que sucede es que en otoño y en invierno el número de partículas víricas es mucho mayor porque hay mucha más gente enferma que las transmite.

La vitamina C cura el catarro
Según numerosos estudios realizados en personas que recibían suplementos de esta vitamina, su ingesta no produce mejoría alguna en quienes están resfriados. Es un placebo, pero no hace daño. Para lo que sí que sirve es para prevenir el escorbuto.

Contra la resaca, otra copa
Más que falso mito, para algunos es una excusa... Pero ingerir alcohol tras una noche de fiesta sólo aumenta la deshidratación y la concentración de acetilaldehido en el cuerpo, es decir, agrava los síntomas de la resaca y sus males asociados. Beba, sí, pero agua y a ser posible rica en sales minerales.


El azúcar moreno es más saludable que el blanco
Y también engorda menos, según una extendida falsa creencia. En realidad, las cantidades de vitaminas y minerales que podemos obtener en ambos tipos de azúcar es tan baja que elegir uno u otro por cuestiones sanitarias resulta bastante extrafalaria.


Los avestruces esconden su cabeza si están en peligro
Más allá de los dibujos animados, nunca se ha visto a un avestruz actuar así. Al contrario, en una situación comprometida, lo primero que hace es correr (alcanza los 90 kms/hora) y lo segundo, dar coces. En todo caso, si baja el cuello es para pasar desapercibida.

La muela del juicio desaparecerá
Lo mismo se dice del dedo pequeño del pie, ignorando por completo la esencia de la teoría de la evolución. Porque su desaparición no provocaría ninguna ventaja evolutiva y, por tanto, en rigor no podemos afirmar si una u otra característica de nuestro cuerpo van a variar en el futuro.


Los humanos somos el culmen de la evolución
No es así, lo que pasa es que hemos dibujado el árbol evolutivo y nos hemos puesto en la cúspide. Siendo justos, ningún otro grupo ha alcanzado un grado de diversidad y adaptación como los insectos. Cada especie es un punto culminante de su propia rama evolutiva.

El agua de fregadero gira a la inversa en el hemisferio sur
La dirección de giro no depende del lugar donde nos hallamos, sino de la forma del fregadero, la dirección del grifo o el movimiento que hacemos al quitar el tapón. La fuerza de Coriolis que provoca la diferencia entre hemisferios requiere más espacio para comprobarse.

En el espacio hacen falta bolígrafos especiales
Aunque la leyenda ha dado para muchos comentarios en Internet, no es cierto que la gravedad cero impida que la tinta del bolígrafo fluya. El astronauta Pedro Duque lo comprobó: pudo escribir sin problemas con un boli normal; eso sí, atado con un cordel a su mano.

Einstein era mal estudiante
Y hasta dicen que suspendía matemáticas, pero no es cierto. De hecho, era muchacho de sobresalientes, pero no pudo acceder al Instituto Politécnico Federal de Zurich porque las pruebas de acceso eran en francés y él no conocía la lengua. Y así surgió la falsa creencia de su supuesta vaguería.


Los vikingos llevaban cascos con cuernos
Sólo en el imaginario popular y en los dibujos Vicky el Vikingo. El error procede de que los monjes de la época representaban a estos guerreros como demonios y para ello les añadían sus cuernos característicos. Y esa imagen simbólica acabó confundiéndose con la realidad.

Es peligroso tener plantas por la noche en la habitación
Es cierto que las plantas consumen oxígeno y generan dióxido de carbono por la noche. Pero las personas también producimos este elemento químico tóxico y, además, en mucha mayor cantidad, y no por ello dejamos de dormir acompañadas.

miércoles, junio 27

El limpiabotas que inspiró Drácula III

(Y la última parte)

Ennoblecido por ese estatuto, se vistió como un turco de clase alta y adoptó su gestos y maneras. Como buena presencia y buenos modales abren puertas principales, pudo entrar al servicio del Gobierno otomano y se ganó la estima del sultán Abdul Hamid II. Aunque vivía como un pachá,dejó Turquía en el temor de que su vida cortesana adormeciera su instinto aventurero. Entonces recorrió Persia, el Cáucaso y el Turquestán disfrazado de derviche. Viajó por las estepas montañosas con caravanas de mercaderes, cuadrillas de mendigos y hordas de ladrones. Ya imbuido de su papel de místico, pisó las arenas del desierto y alcanzó las murallas de Jiva como espía al servicio del Gran Juego – acepción creada por Rudyard Kipling para referirse a las políticas del siglo XIX de Rusia y el Reino Unido, para controlar Asia Central – de los británicos. Advertidos de las intenciones de rusos e ingleses, los khanes asiáticos prohibieron la entrada a los extranjeros. Vambery se jugaba la vida, sobre todo en Bujara, en donde algunos años antes los ingleses Stoddart y Conolly, tras años en un calabozo, fueron decapitados por el emir Nasrullah Khan, conocido como El Carnicero, el mismo que detuvo a Vambery sospechando los orígenes occidentales del falso derviche.Sólo su sabiduría y la intercesión del jefe de la caravana, quien creía en la fe de Vambery, lo sacaron del trance.

Cuando no pudo soportar la comezón de los piojos y la mordedura del hambre, volvió al confort de Occidente. Entonces sufrió un choque cultural a la inversa y no pudo eliminar los disfraces que tan profundamente se habían confundido con su piel. Sintió que ya no pertenecía a ningún sitio.En Asia lo tomaban por extranjero y en Europa pensaban que era un persa o un osmanlí disfrazado.

En 1864 publicó Viajes al Asia Central de un falso derviche, su primer libro autobiográfico, que fue un best seller en toda Europa, pero que en Inglaterra fue leído como una útil cartilla militar y política. Además de servir a los designios imperiales de Su Graciosa Majestad como un James Bond avant la lettre, se empapaba como una esponja del folclore de Oriente y, especialmente, de un capítulo siniestro de ese acervo de leyendas: el de las fantasmales criaturas chupadoras de sangre que eran verdes, cubiertas de moho y con propensión a profanar tumbas. Hasta los 12 años Arminius Vambery había trabajado como limpiabotas en las calles de Budapest, pero se convirtió en amigo del Príncipe de Gales, más tarde de Eduardo VII y en huésped frecuente del castillo de Windsor.

La vida de este magiar trotamundos fue tan ancha que tuvo que escribir varias veces su autobiografía.
En la sociedad del Amanecer Dorado,entre ocultismo y protocolos rosacrucianos, trabó amistad con Bram Stoker que, gracias al amigo húngaro, cinceló el canon inmortal de los no-muertos.

martes, junio 26

El limpiabotas que inspiró Drácula II

(sigue...)

Lo primero que le contó Vambery no fue un cuento, sino un documento histórico: el Visum et repertum, un informe macabro firmado por médicos del ejército serbio en 1732 sobre un supuesto caso de vampirismo en la perdida aldea de Medvedjia. Las autoridades abrieron una investigación ante las noticias sobre una plaga de chupasangres iniciada por Arnod Paole, un partisano muerto al que los lugareños tuvieron que exhumar para atravesarle el pecho con una estaca. Los médicos removieron otras tumbas, avalaron la existencia de otros vampiros y autorizaron a los gitanos del villorrio a decapitarlos y quemar sus cuerpos.

Arminius Vambery conocía bien ese lugar y también los mitos y leyendas que en Europa oriental referían el pánico a los muertos que no lo estaban del todo, los hijos de la oscuridad que salían de sus tumbas sedientos de sangre humana: los vrikolakas griegos de los que habla Platón en La República, los nosferatus y strigoi rumanos, los talamaur melanesios, los vetala de la India, los pennanggalen malayos, los asambosam africanos, los licántropos de todas partes, los libertinos satánicos de todos los tiempos. Pero lo que más impresionó a Stoker fueron las historias que Vambery le contó sobre Vlad Draculea, el príncipe de Transilvania a quien sus víctimas llamaron Tepes, que significa Empalador.

En justo reconocimiento, Bram Stoker cita a Vambery en su novela.Cuando el doctor holandés Abraham Van Helsing busca una detallada descripción del conde demoniaco pide ayuda a su amigo Arminius, de la Universidad de Budapest. Como en un juego de espejos, el auténtico Arminius Vambery suministra información sobre el auténtico Drácula. A Stoker le gustaban esos juegos de realidades enfrentadas a trampantojos, por eso reparó en que en la mayoría de las enciclopedias que consultaba las entradas Vambery y vampiro estaban yuxtapuestas. ¿Quién era el profesor Vambery y por qué sabía tanto? Su azarosa vida la cuenta él mismo en varios libros autobiográficos y la resume Tom Reiss en El orientalista (Ed.Anagrama,2007). Arminius Vambery –o Hermann Wamberger, que fue su nombre de nacimiento–
era hijo de un talmudista húngaro pobre y vino al mundo en 1831 o 1832, él mismo no lo sabía. Como uno de los personajes menudos de Dickens, se buscó la vida como limpiabotas y también como un héroe de folletín salió del arroyo. Tenía tanta facilidad para los idiomas que a los 16 años había aprendido por su cuenta latín, francés y alemán. Pronto aprendería inglés, ruso, serbio, lenguas escandinavas y algunas otras. Aún muy joven viajó a Constantinopla, donde se ganó la vida como tutor y traductor. Aunque a menudo no tenía un céntimo, pronto se convirtió en el huésped invitado de diversos pachás,quienes valoraban el conocimiento que poseía de su cultura de elite. Los pachás elogiaron su elocuencia y por su poliglotía le concedieron el título honorífico de Reshid Effendi, que significa valiente y honesto.

(Mañana termina)

lunes, junio 25

El limpiabotas que inspiró Drácula I

(Un artículo de Gonzalo Ugido en el Magazine de El Mundo del 1 de abril)

El 20 de abril de 1912 moría con la palabra strigoi (espíritu maligno en rumano) en su boca el padre del vampiro más universal y autor de la novela de terror más apreciada de todos los tiempos. Para perfilar su famoso conde, Bram Stoker recibió la ayuda de un erudito húngaro: Arminius Vambery, quien empezó limpiando zapatos y acabó siendo espía y amigo de pachás y príncipes

Hace 100 años, en una pestilente pensión del número 26 de St. Georges Square de Londres, murió Bram Stoker, el hombre que dio al vampiro su apostura más universal. Tenía 64 años y mientras agonizaba por una
ataxia locomotriz –una infección sifilítica de los nervios– señalaba un rincón de la habitación y pronunciaba la palabra strigoi, que en rumano significa espíritu maligno y que él entendía como vampiro.

Ese monstruo había envenenado sus sueños hasta que dio a la imprenta su obra Drácula (1897), que a
su muerte ya iba por la novena edición. Al escritor irlandés lo incineraron en Golders Green, al norte de Londres. Cinco días antes se había hundido el Titanic y esa calamidad no dejó sitio en los periódicos para evocar al hombre que concibió el arquetipo universal del chupasangres.Solo apareció un obituario. El Times decía que “fue el maestro de una forma particularmente escabrosa y escalofriante de la ficción”.

El funcionario Stoker era también crítico teatral y secretario del actor Henry Irving, un tipo egoísta y tiránico que ejercía una especie de vampirismo psicológico sobre un Stoker esclavizado. Desde jovencito escribía cuentos de misterio, casi siempre de noche, que era cuando se sentía más vivo. Aficionado a las historias fantásticas, había leído los clásicos del vampirismo: El vampiro, de Polidori;Varney el vampiro, de Rymer; Carmilla, de Le Fanu, y La muerta enamorada,de Gautier, además de Misterioso extranjero, novela traducida del alemán y publicada de forma anónima en 1860.

Pasaba gran parte de su tiempo en la biblioteca del British Museum bebiendo en vaso largo todo lo escrito sobre vampiros que saciaban su sed en el pescuezo del agente. Una fuente principal de lo que sería su gran obra fue la lectura de Supersticiones transilvanas y La tierra más allá del bosque (significado literal de Transilvania), de Emily Laszowska Gerard. Pero tanto el nombre de su conde no muerto, como el escenario de sus correrías sanguinolentas y algunos rasgos de su personalidad excéntrica, entre los que sobresalía la hemofagia(necesidad de lamer o ingerir sangre), se los sugirió el orientalista húngaro de la Universidad de Budapest Arminius Vambery. Se conocieron el 30 de abril de 1890 en la sociedad esotérica Golden Dawn (Amanecer Dorado) cuando el erudito acababa de regresar de un viaje al Asia Central siguiendo los pasos de Marco Polo. Antes de conocer a Vambery, Stoker se refería a su conde con el nombre de Wampyr y lo situaba en Estiria (Austria). Lo que el profesor húngaro contó al escritor irlandés fue definitivo para perfilar una figura canónica del vampiro, que todavía no había fraguado en un mito universal y estandarizado.

(Mañana sigue)

domingo, junio 24

Estudios sobre la fina línea que separa a los brokers de los psicópatas

(El artículo que puse ayer hacía referencia a la entrada de este blog, Café Steiner, escrito por José Ignacio Torreblanca el 16 de mayo. Me parece muy interesante y por eso lo recojo completo)

“Capitalistas y otros psicópatas” es el provocador título de este artículo de William Deresiewicz en el New York Times del 12 de mayo donde se cita un estudio con un título muy explícito (Financial Psychopath Next Door) que encontró que el 10% de los trabajadores de Wall Street pueden ser descritos como “psicópatas clínicos” que típicamente muestran “falta de empatía e interés por los demás, una capacidad extrema para la mentira y la manipulación”.

Otro estudio citado en ese artículo del New York Times (Higher social class predicts increased unethical behavior) muestra que hay una correlación positiva entre la falta de ética y la clase social, es decir que los ricos mienten más y violan más la ley que los pobres.

Un tercer estudio realizado por un forense clínico y un administrador de prisiones suizos sobre 26 brokers muestra que estos tienen actitudes de desprecio hacia el riesgo más elevadas que cualquier psicópata medio y que la mayor fuente de motivación de sus conductas es la destrucción del oponente (véase Stockbrokers More Competitive, Willing to take risks than Psychopaths,  y Share Traders More Reckless Than Psychopaths el Der Spiegel).

Un cuarto estudio sobre la conducta de estos brokers nos ofrece conclusiones muy preocupantes. Alexandra Michel, una profesora de la escuela de negocios de la Universidad del Sur de California, siguió durante nueve años las trayectorias de una serie de brokers (véase Administration Science Quarterly, núm.44 2012, versión en pdf aquí). “Empotrada” durante casi 100 horas a la semana durante el primer año del estudio, Alexandra Michel narra  los tremendos efectos sobre la salud psicológica de los brokers de estas jornadas de trabajo de 80-120 horas a la semana que típicamente comenzaban a las 6 de la mañana y terminaban  a las 10-12 de la noche y describe la aparición de insomnio, taquicardias, alcoholismo, desórdenes alimentarios y accesos de furia e ira.

Y quinto: en la reseña de esta investigación en el Wall Street Journal del 15 de febrero también se menciona otro estudio de Alden Cass, un psicólogo clínico experto en tratar brokers que nos habla de cómo las tasas de depresión crónica de este colectivo triplican las de la población corriente.
 
¿Conclusión? Cuando se dice que los mercados son irracionales lo que en realidad se está diciendo es que, con demasiada frecuencia, la suma de las decisiones racionales de muchos individuos puede producir resultados colectivos desastrosos. Estos problemas están muy estudiados en la teoría de juegos y en la teoría de la acción colectiva y explican muy ajustadamente por qué se producen fenómenos como el agotamiento de los recursos naturales o los pánicos bancarios. En consecuencia, el supuesto de racionalidad individual que domina la teoría económica, donde los agentes económicos se comportan racionalmente y buscan maximizar sus beneficios, es perfectamente compatible con la apariencia de irracionalidad que percibimos desde fuera.

Otra cosa sería, como se desprendería de estos estudios, que lo irracional no fueran los mercados sino los propios agentes económicos. Imaginemos por un momento que las acciones de los operadores de las agencias de inversión que están detrás de nuestra prima de riesgo y los valores bursátiles fueran más fácilmente explicables por una serie de patologías comunes a todos ellos que por una racionalidad maximizadora, es decir, más por sus defectos que por sus virtudes. Algo de esto estaba ya insinuado en los trabajos de algunos de los últimos Premios Nobel de Economía como Kahenman y Tversky, cuyos descubrimientos sobre las limitaciones de la racionalidad de los agentes económicos han abierto un terreno muy fértil para entender por  qué en tantas ocasiones las conductas de los operadores económicos quedan tan por debajo del estándar de comportamiento racional que normalmente esperaríamos. Ahora, la evidencia empírica sigue dándonos que pensar.

sábado, junio 23

¿Psicópatas y vanidosos?

(La columna de Pablo Rodriguez Suanzes en El Mundo del 20 de mayo)

En los últimos años nos hemos familiarizado con nombres como los de Jerôme Kerviel (Societé Générale), Kweku Adoboli (USB), corredores de bolsa que perdieron cientos de millones de euros sin que, aparentemente, nadie se diera cuenta. El último en hacerse (todavía más) famoso es Bruno Iksil,, responsable en Londres de J.P. Morgan, conocido como La Ballena Blanca o Voldemort por su agresividad, y culpable en buena medida de la pérdida inesperada de 2.000 millones de dólares por un exceso de exposición a los Credit Default Swaps.

Adam Haslett ha novelado perfectamente en Union Atlantic la posibilidad de que un rogue trader, un egocéntrico solitario pudiera ocasionar pérdidas multimillonarias. De una forma más rudimentaria, Tetsua Ishikawa escribió Cómo provoqué la crisis financiera. Todavía, El poker del mentiroso, de Michael Lewis, sigue siendo el mejor relato para entender la fragilidad de una sala de negociaciones. Wolfe, para La hoguera de las vanidades, se inspiró en los mismos personajes reales.

¿Locura? Recientemente, The New York Times recogía en un artículo muy comentado las conclusiones de un artículo según el cual hasta el 10% de los trabajadores de Wall Street podría ser catalogado como "psicópata clínico". Una imagen a lo American psycho tentadora, pero irreal. El periódico se vio obligado a rectificar señalando que "el estudio encontró que el 4% de una muestra de 203 profesionales superó el umbral clínico para ser señalado como psicópata" y que las conclusiones no podían ser extrapoladas.

Hay sin embargo más literatura al respecto (goo.gl/z5468). Daniel Kahneman, tras algunos experimentos, sostiene que los gestores/brokers no son tanto psicópatas como gente con un irracional exceso de confianza, pues, al fin y al cabo, incluso cuando ganan es sólo por suerte (goo.gl/kYJkv).

Los grandes financieros (y los no tan grandes) tienen un gran ego. Según un reciente estudio de Harvard dirigido por Diana Tamir y Jason Mitchell, algo de sentido tiene, pues "hablar de uno mismo activa los mismos circuitos de gratificación en el cerebro que el sexo y la comida" (goo.gl/ZuQJf). Las opiniones sobre el sistema financiero están ahora más divididas que nunca. Es normal, pero no se engañen ni se preocupen. Los que más se quejan de la polarización son siempre los más polarizados (goo.gl/cWB4e).

viernes, junio 22

Escapadas de primavera

(Será ya para la próxima, pero este artículo de María Barberá en Mujer de Hoy del 24 de marzo, da buenas ideas sobre posibles escapadas)

La meteorología y las vacaciones se alían para empujarte al campo. Ya sea en los remotos bosques de secuoyas o en la ribera del río Lucena: lo importante es que no te olvides de la tartera ni del mantel.

En globo por los volcanes dormidos: Auvernia (Francia)

En este Parque Natural descubrirás una cadena de 80 volcanes inactivos a lo largo de 40 km. Si te decides por hacer un viaje en globo, sobrevolarás sus cumbres, fortalezas medievales o Iglesias románicas, como la de Saint Nectaire, para continuar hacia la Reserva del Valle de Chaudefour, un valle glaciar.

Pista gastronómica: no dejes de probar los quesos de Avernia, las lentejas verdes de Puy y la trufa de Cantal.

Por la senda del oso en bicicleta: Trubia (Asturias)

En la confluencia de los ríos Teverga, Trubia y Quirós comienza esta ruta, habitada por osos pardos, rebecos, lobos y mirlos acuáticos. Alquila una bici para pedalear por esta antigua vía de ferrocarril minera  perfecta para ir con niños y haz un alto en la Casa del oso, para ver cómo se alimentan las osas Paca y Lola.

Pista gastronómica: en Proaza es imprescinsible comer los guisos caseros de nabos y las carnes de venado y jabalí.

 El estallido de las flores: New Forest (Inglaterra)

Te llevará una semana explorar parte de este parque en Hampshire, al sur de Inglaterra, que alberga los maravillosos Jardines de Exbury, propiedad de la familia Rothschild. Tampoco debes perderte el costero Lepe Country Park y sus prados de flores, acantilados, playas y magníficas vistas de la Isla de Wight.


Pista gastronómica: disfruta de una merienda en una 'cream house' y prueba las salchichas de Hampshire y la cerveza Real Ale. 

Ruta de los molinos de agua: Lucena del Cid (Castellón) 

A paso tranquilo, te lleva tres horas recorrer los 11 kilómetros que siguen el curso del río Lucena. Lleva bocadillos de pan de leña o la típica longaniza y mona de pascua con huevo duro para el sendero. El río discurre por barrancos y un valle de gargantas en las estribaciones agrestes de Peñagolosa, entre pinares, masías y antiguos molinos.


Pista gastronómica: prueba la olla de cardets o el conejo con caracoles de montaña y salsa de almendras, en el restaurante La Perla de Lucena.

En moto por el sur de la toscana: Valdorcia (Italia)


Si dispones de una semana, descubre esta zona a una hora de Siena. Comienza tu ruta en Montalcino y prosigue hasta Bagno Vignoni, donde puedes tomar un aperitivo en Albergo di Terme. Cerca, en San Quirico, divisarás el Monte Amiata, y al sur, Radicofani, un pueblo amurallado. Al este, están Pienza y Montepulciano, joya del Cinquecento.


Pista gastronómica: saborea la cocina autóctona en la taberna Pian delle Mure, de Vivo D’Orcia, y la schiacciata, típico pastel de Pascua.

Cascadas y secuoyas en el parque: Yosemite (California)

A 300 kilómetros de San Francisco, se encuentra este parque, donde puedes hacer infinidad de rutas. La de Valley Floor Loop es una de las más completas. Al sur, Mariposa Grove incluye la de las Secuoyas y, al noroeste, Hetch Hetchy te llevará a dos cascadas impresionantes.


Pista gastronómica: cena en los restaurantes mexicanos, chinos y grills, donde tomar carnes a la brasa en Yosemite Village, y disfruta de un brunch de Pascua en el mítico The Ahwahnee Hotel Dining Room.


A caballo por Sierra Morena: Montoro (Córdoba)

La ruta se realiza en dos etapas por el sendero GR48 de Sierra Morena. Partirás desde los olivares de Montoro hasta Marmolejo, vadeando los ríos Martín Gonzalo, Corcome y Yegüas que emanan del parque Natural de Cardeña y Montoro. Al día siguiente, cabalgarás desde Marmolejo hasta el cerro del Cabezo para finalizar con almuerzo campero en la finca La Cabrera. 

Pista gastronómica: lleva en las alforjas jamón y embutidos del Valle de los Pedroches y prueba el bacalao, las Torrijas y los pestiños.


Frutos de la huerta en primavera: Bamberg (Alemania)

Cuatro o cinco días son perfectos para visitar esta urbe barroca en la confluencia de los ríos Sternitz y Maine, en la Alta Baviera. La llamada Venecia alemana tiene paseos en canoa y sus más de 20 carriles para bicicleta te conducirán a las rutas de los jardines de la cerveza y al palacio Weissenstein del príncipe obispo, sobre el valle Ebrach.

Pista gastronómica: toma la cerveza ahumada en la Cervecería Schelenkerle (Dominikaner Strasse, 6) y no te pierdas la salchicha blanca Blaue Zipfel con cebollas.

La fiesta de los cerezos en flor: Tokyo (Japón) 

La primavera es una de las mejores épocas para celebrar el hanami sakura (la explosión de los cerezos en flor). El Parque Ueno es uno de los lugares de la ciudad más populares para verlos. 

Pista gastronómica: no olvides tomar los hanami dango y los sakura mochi, pastelitos que compras en las wagashiya (pastelerías típicas).

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jueves, junio 21

Zumo anticelulitis

(Leído en el XLSemanal del 25 de marzo en un artículo de Marta Barroso y Teresa de la Cierva)

Michael Novotny, el fisioterapeuta de Rafa Nadal, Roger Federer y André Agassi, nos da los ingredientes de un zumo ideal para reducir la celulitis y mejorar el aspecto de las estrías:

2 mangos, 1/4 de papaya, una cucharada sopera de miel, una cucharadita de polen de abejas, 2gr de jalea real y 50 gr de clorofila. Hay que beberlo todas las mañanas, media hora antes del desayuno. Según parece, ese zumo tiene efecto curativo si se toma a diario durante un mes.

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miércoles, junio 20

Decencia a posteriori... ¡¡de un político!!

(Leí esta frase en una columna de Luis María Anson en El Mundo del 7 de junio)

«Tened caridad al juzgarme por el único acto del que me considero culpable: el de haber tardado en declarar a mi país que no sirvo para gobernar», afirmó Silvela el 24 de octubre de 1903 ante el Congreso de los Diputados.

Ignoro cómo lo había hecho, pero hemos de decir que los que tenemos ahora (los de todos los colores, los que han salido, los que han entrado...) no sirven ni para esto: para reconocer que han sido/son un fracaso gobernando.

domingo, junio 17

El Yonatan y la Yessi

(La columna de Arturo Pérez Reverte en el XLSemanal del 25 de marzo. Aún no se si reir o llorar, pero como casi siempre, merece la pena)

A veces, cuando me empitono con el personal, se me va un rato la pinza de la ropa y pido napalm a gritos, incluido para mí, algún colega me dice eso de pírate, tío, tú que puedes. Para qué sufrir con el paisaje. Pero es que no es lo mismo, suelo responder. A mí me gusta esto incluso con letra pequeña. Me pone mirarnos hablar, pelear, sufrir, soñar, equivocarnos o acertar. Debe de ser mi fondo de alma friki –lo afirma un fan del Príncipe Gitano y de los Chunguitos–, pero soy incapaz de resistirme ante un producto racial de aquí, bien elaborado. A veces voy por la calle y debo contenerme cuando me lo topo, sobre todo cuando llevo corbata y voy formal, para no darle un abrazo y besarlo en la boca. O besarla. Y es que al final acabas tomándole cariño a la peña. Tan irrepetible, oigan. Tan nuestra. Es un perro y se le quiere, así que calculen. Con las personas humanas. Los españoles de España.
Siempre creí, verbigracia, que el Manolo clásico de tripa cervecera y puticlub, heredero de aquel macarra de playa sesentón –maricona colgada de la muñeca y bañador slip leopardo–, era modelo definitivo, acabadísimo, de nuestras esencias. Que nada podría sustituirlo en mi corazón. Pero erraba. Hace tiempo, lo noto, que otros nuevos afectos me rondan el órgano. El jueves pasado, sin ir más lejos, viví un momento glorioso. Perfecto. Me encontré por la calle a una pareja de jóvenes, parte de un grupo que estaba un poco más allá en la puerta de un bar, y lo que primero oí fue la música, que atronaba la calle por los altavoces de un Megane tuneado. Luego asesté pupila: él y ella. Poligoneros de manual. Tan clásicos de pinta, que tecleas en Google los nombres Yonatan y Jessi, por ejemplo –O Vane, o Yasmi, o Viky, o Mati, o Soralla–, y salen sus fotos. Entonces le oí a la pava la primera frase:

–¡Apaga sa músika que mestoy vorviendo loka!
Mirá a la parte masculina del binomio: el chacho estaba situado al volante del buga, con una lata de garimba encima del salpicadero, y sentada la choni a su lado en la acera, ella con tanta pintura de colorines en los ojos que no podía ni levantar los párpados y la cara como empolvada de colacao, un piercing en el belfo inferior, botas de pelo hasta la rodilla, el pantalón de caja bajísima dejando ver la mitad superior de dos rollizos glúteos, un tanga negro y un tatuaje verde en chino, o japonés, o de por ahí. Y en ese preciso instante, la culomoto, tras darle una honda calada a un truja que tenía entre las uñas pintadas de color fursia, pronunció esta frase inmortal:
–¡Me tiés rayá hasta la pipa del coño!
Se me fueron otra vez los ojos al jambo, como es natural, y he de reconocer que mi afecto por su especie urbana subió, en el acto, varios puntos. Era un clásico: dos cadenas de oro al cuello, gafas pastilleras, camisa Rodweiler, vaqueros cagaos, Nikes de muelles, pelo a lo cenicero estándar con mechón engomado, y muy concentrado tecleando algo en el Iphone, posiblemente un mensaje a algún colega, del tipo «AnoSie cojiMo uN siego wapo», «le kiTao el tuvo esKape y petA que t kgas» o «Pa mi Ca la Yeni la tngO preñá». El caso es que, impasible, muy torero, el Yonatan, o el Arón, o el Kevin, o el Grabiel, como se llamara, movió a un lado la cabeza, miró a la jambrina con lenta indiferencia –observé que el pavo llevaba un pendiente de oro en una dumba–, y adoptando una expresión singular de kie poligonero, a medias entre Clin Isbud, Yustin Gueber y Andy y Lucas, perfeccionada, supongo, en cientos de noches de botellón o discoteca, sexo sin protección, pastillas y gangrenas de colores, trallazos de nieve, cristal, ladillas galopantes y soplidos en controles de alcoholemia, respondió:
–No me chines, tía. ¿Sabes lo que te digo?
Y siguió tecleando. Para ese momento yo me apoyaba en la pared más cercana, entusiasmado, buscando apresuradamente el Pilot V7 azul y un papel para anotar aquello antes de que se me olvidara. Y mientras tomaba las primeras notas al dorso de un recibo de cajero automático –saldo insuficiente, decía el hijoputa–, vi cómo la loba se ponía en pie, airada, se acomodaba las bufas en el escote del top ombliguero color verde fosforito, se rascaba justo entre las ingles, fuerte y sistemáticamente, y luego, sin descomponerse demasiado, le pegaba una patada a una llanta tuneada del coche, antes de pronunciar una frase que esa misma tarde, en el pleno de la Real Academia Española, tuve el gusto de repetir, fascinado, a mis respetables colegas:
–Te vi a zampar una ostia más rápido que deprisa.
Y es que son –somos– unos genios. Aunque no lo sepan. O sepamos.

jueves, junio 14

Un punto azul pálido

(Sacado de la columna de Pablo Rodríguez Suanzes en el dominical económico de El Mundo)

El 14 de febrero de 1990, la sonda Voyager I tomó una célebre imagen de la Tierra desde 6.400 millones de kilómetros de distancia. La foto inspiró un delicioso libro de Carl Sagan titulado Un punto azul pálido. Gracias a internet, hoy se pueden ver vídeos tan maravillosos como éste, con la voz del propio Sagan de fondo leyendo inspiradores pasajes (http://vimeo.com/23899516). El ser humano ha sentido siempre la necesidad de explorar (solarviews.com/span/history.htm). ¿Merece la pena ir al espacio? Mike Tudoreanu contesta claro: lo necesitamos mucho más que las guerras de Irán o Afganistán.

miércoles, junio 13

Crisis, austeridad, rescates... de los antiguos romanos

(Extraído de un artículo de Rosalía Sánchez en la Crónica de El Mundo del 3 de junio. A veces da miedo pensar lo poco que hemos aprendido en dos milenios)

El 3 de abril del año 33 d.C. el imperio romano sufría una grave crisis financiera. Además de los frecuentes procesos por corrupción en las provincias senatoriales, el consumismo de la época y el deseo de exhibición de riqueza habían llevado a graves desórdenes económicos que Tiberio intentó reconducir apelando a viejas virtudes como el ahorro y la austeridad, emitiendo leyes contra el lujo y el despilfarro.

El 33 fue un año de dura sequía y una enorme escasez de numerario en circulación, lo que amenazaba los patrimonios familiares y facilitaba los abusos de los usureros. Los rescates ya estaban inventados y "Tiberio intervino el sector financiero con el reparto de 100 millones de sextercios entre las bancas, concediendo la autorización de ser prestados sin intereses durante tres años, siempre que el acreedor ofreciera una garantía del doble en predios", según consta en Tácito, Ann.,VI,17.

El proceso contra Sexto Mario, dueño de las minas de Sierra Morena y hombre más rico de las Hispanias, que fue condenado por estupro, desvela la necesidad del fisco de hacerse con metales para las acuñaciones de monedas. Las políticas de ahorro de Tiberio le llevaron a gastar poco en espectáculos de juegos y en el 33 hubo movimientos de agitación en Roma por los numerosos descontentos entre los acostumbrados a vivir de los donativos del emperador o de los miembros de las órdenes. La crisis y la baja popularidad de Tiberio, que fracasó en su búsqueda de nuevas bases para el poder imperial, precedieron la llegada de Calígula, que rompió el equilibrio entre el emperador y el Senado y es recordado como uno de los peores tiranos de la historia de Roma.

martes, junio 12

Extravagancias muy rentables

(Leído en el suplemento económico de El Mundo del 27 de mayo de este año. Escrito por Tino Fernández)

Tener una idea ilógica –que no absurda– es el requisito esencial para entrar en un selecto club global de emprendedores. El Unreasonable Institute se inspira en la idea de George Bernard Shaw, quien decía que “el hombre razonable se adapta al mundo; el irracional o ilógico persiste en el intento de adaptar el mundo a uno mismo”.

La iniciativa, impulsada por algunos emprendedores audaces como Daniel Epstein, Teju Ravilochan, Tyler Hartung, y Vladimir Dubovsky, busca montar una red de innovación que impulse nuevas empresas y facilite la inversión para ideas sobresalientes. Valora además el hecho de que el innovador que crea compañías sea ilógico y mantenga un proyecto que parece irracional a priori. Pero sólo con eso no es suficiente: el proyecto debe ser económicamente sostenible y ha de aplicarse a un público de al menos un millón de personas.

Esta liga de los emprendedores extravagantes se publicita orgullosamente con frases como ésta: “Imagina a gente como Richard Branson, Madre Teresa, Muhammad Yunus, Henry Ford, Albert Einstein y Rosa Parks trabajando juntos para resolver los problemas que acucian al ser humano. Ahora deja de imaginar, porque esto es lo que ocurre bajo el techo del Unreasonable Institute, donde se reúnen en un programa de seis semanas 25 de los emprendedores más prometedores del mundo”.

Una red de 140 empresas, inversores y organizaciones de todo el mundo (entre los que se encuentran compañías como Shell, Hewlett Packard o Vodafone) se dedica a detectar el talento creativo de 25 emprendedores cada año. Éstos reciben un “entrenamiento” especial y el asesoramiento de 50 mentores como Tom Suddes, fundador del grupo de inversión Suddes Group; Marc Matieu, fundador de BeDo y antiguo responsable de márketing global de Coca-Cola; Gregory Miller, antiguo director general de Google.org; Neal Baer, productor ejecutivo de la serie Ley y Orden y Urgencias; o Lisa Waits, directora de negocio y desarrollo de Nokia.

Un español entre los ‘irracionales’
Pedro Tomás Delgado es por ahora el único representante español en esta liga de los emprendedores extravagantes que han demostrado la utilidad y rentabilidad de sus ideas. Delgado ha hecho del topalantismo una forma de vida y de hacer negocios. Este concepto, que viene de la idea de ‘tirar palante’, es una apuesta por la innovación y las ideas para resolver los problemas. Con esta filosofía ha creado Aquaphytex, una compañía especializada en fitodepuración, que se centra en generar empleo y nuevos valores desde una óptica social. Uno de sus grandes proyectos de potabilización se desarrolló en Mali, donde se ha abastecido de agua a miles de personas. La iniciativa ha logrado eliminar el cólera y ha reducido en un 75% la mortalidad infantil.

Agricultores en la onda del crecimiento
Nnaemeka Ikegwuonu es un emprendedor nigeriano que ha creado Smallholders Farmers Rural Radio, una emisora que informa a más de 250.000 pequeños agricultores de su país con el objetivo de incrementar el rendimiento de sus cosechas y sus ingresos. La emisora difunde técnicas de producción de cultivos, ganadería, gestión sostenible del medio ambiente, mercados locales e internacionales, procesos de exportación, técnicas comerciales, e incluye un consultorio.

‘Inventar la rueda’ en el Tercer Mundo
Daniel Mokrauer-Madden es un emprendedor con experiencia en educación rural en India, Ghana y Kenya. Graduado en Matemáticas y Física por el MIT, ha fundado Global Cycle Solutions, una compañía que usa motos o bicicletas para que puedan funcionar los teléfonos móviles o las máquinas desgranadoras en entornos rurales de países en desarrollo.

El papel higiénico es papel moneda
Jehan Ratnatunga era consciente de que la fabricación de cada tonelada no reciclable de papel higiénico suponía gastar 31.000 litros de agua y creaba 400 kilos de emisiones nocivas. En Australia, su país natal, el 95% de la población usa papel higiénico no reciclable. Ratnatunga decidió cambiar las cosas, y creó Who Gives a Crap, una compañía que usa los beneficios de la venta del papel de baño para obras de acometida de aguas y alcantarillado en países pobres.

La telerrealidad como detector de talento
Jasmine Stine es la fundadora de Bayman Media, que produce series basadas en la fórmula del reality show que recompensan el coraje, la iniciativa y la dedicación de algunos emprendedores sociales, y ofrecen las herramientas necesarias para gestionar un negocio, inspirando a una nueva generación de líderes. Uno de los programas de telerrealidad pretendía descubrir perfiles de emprendedores en Afganistán.

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lunes, junio 11

Don Quijote por Aragón

(Leído en el periódico de la universidad de la primera quincena de mayo)

El 20 de diciembre de 1605 veía la luz la primera parte de "El ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha", de Miguel de Cervantes. Nacía así la novela más universal jamás escrita y seña de identidad de la lengua española. Según los expertos, Aragón tiene el orgullo de acoger un tercio de las andanzas del caballero de la triste figura, y localidades como Pedrola o Alcalá de Ebro pudieron haber sido visitadas por la pareja.

"Llegó Sancho a un lugar de hasta 1000 vecinos, que era de los mejores que el Duque tenía. Diéronle a entender que se llamaba la Ínsula Barataria, por lo barato con lo que se le había dado el gobierno". Los estudiosos coinciden en que el pasaje de la ínsula Barataria transcurre en Alcalá de Ebro, dado que una de las numerosas islas fluviales del río se encuentra allí. En este episodio los duques de Villahermosa hacen gobernador de dicha isla a Sancho Panza, sometiéndole a diversas y crueles burlas.

Estas ínsulas constituían en la Edad Media zonas boscosas que la nobleza utilizaba en sus cacerías. Hoy aún se pueden ver las ruinas de una casona que disponían para este fin y que todavía es propiedad del ducado de Villahermosa, la cual fue supuestamente el palacio que los duques entregaron a Sancho en la obra y así lo atestigua una placa en la fachada del ayuntamiento de la localidad. Además, en la esquina de la ribera, la escultura de Sancho Panza recuerda que esta es una tierra literaria, donde el escudero de Don Quijote se hizo inmortal y sabio.

Cervantes describe con gran precisión algunos de los detalles de estas tierras del Ebro. Según quienes han estudiado su obra, realizó un viaje con los duques de Villahermosa hacia el año 1568, hospedándose con mucha probabilidad en el palacio ducal de Pedrola, y en el transcurso de esta estancia se cree que escribió varios capítulos de la segunda parte de "El Quijote", concretamente del XXX al LVII. En Pedrola, una de las vías principales de la localidad se llama Miguel de Cervantes.

domingo, junio 10

Origen de algunas frases cotidianas

(Extractado de un artículo de A.S.M. publicado en el Magazine de El Mundo el 12 de diciembre de 2010. En él se habla de un libro, "400 frases que uno dice a menudo y no sabe por qué", escrito por Josep María Albaiges i Olivart, presidente de la Sociedad de Onomástica, y de la filóloga María Dolors Hipólito)

"Ver la luz al final del tunel" - Proviene de una frase acuñada por el escritor Paul Dickson: "Hay una probabilidad de seis contra uno de que la luz al final del tunel sea la del tren que llega".

"No sólo de pan vive el hombre" - El origen de este dicho proviene de las palabras que pronunció Jesús al ser tentado, la primera vez por el diablo, para que convirtiera las piedras en pan. Se recoge en el evangelio de San Mateo.

"Hay gente pa tó" - El torero Rafael Molina Sánchez, Lagartijo, proclamó esta aseveración, heredada por el acervo popular, cuando le presentaron un filósofo. Se cree que fue José Ortega y Gasset.

"Predicar con el ejemplo" - Se trata de lo opuesto a la alegación que Séneca realizó hace dos milenios: "Si los filósofos no viven como enseñan, al menos enseñen cómo deben vivir".

"Todos los hombres tienen su precio" - Sir Robert Walpole, ministro de Jorge I de Inglaterra, refiriéndose a los adversarios políticos del monarca que enaltecían su propio patriotismo.

"Cualquier tiempo pasado fue mejor" - Sócrates, Platón y Hesíodo usaron esta idea encontrada en una tableta de la antigua Asiria, fechada en el año 2.800 a.C.

"Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña" - Esta frasela enunció el filósofo Francis Bacon en sus Ensayos, de 1597.

"París bien vale una misa" - Lo dijo el duque de Sully cuando su rey, Enrique IV, se convirtió al catolicismo para que Felipe II le dejara reinar en Francia.

"Segundas partes nunca fueron buenas" - En origen, este dicho, atribuido al poeta inglés del s. XVII John Dryden, era bien distinto. "Los segundos pensamientos son los mejores", afirmó.

"El hombre propone y Dios dispone" - La idea puede leerse en los proverbios de la Biblia, aunque fue escrita literalmente en La imitación de Cristo, de Tomas de Kempis, en 1471.

"Lo importante no es ganar, sino participar" - Monseñor Ethelbert Talbot pronunció esta histórica frase en la víspera de la inauguración de los juegos olímpicos de Londres, el 17 de junio de 1908, en la Catedral de San Pablo.

"Las cosas ya no son lo que eran" - Este lamento melancólico fue, en principio, una frase humorística del escritor francés Paul Valéry: "El futuro ya no es lo que era". Ha sido usada en multitud de ocasiones por otros literatos.

"No es oro todo lo que reluce" - Aunque es una frase atribuida a El mercader de Venecia, de Shakespeare, lo cierto es que ya aparece en Paraboloe de Alanus de Insulis, fechada en 1204. "No tengas por oro lo que resplandece y brilla" es la expresión general.

"La vida es lo que ocurre mientras haces otros planes" - Popularizada por John Lennon, esta expresión filosófica pertenece al humorista estadounidense Gamble Rogers.

"La excepción confirma la regla" - Procede de un malinterpretado proverbio latino que decía, paradójicamente, que "la excepción tienta la regla". Fue el escritor Robert Burton quien lo matizó.

"Que hablen de mí, aunque sea mal" - El político David Owen y Salvador Dalí usaron esta expresión atribuida al presidente Roosevelt de los EEUU.

"El tiempo es oro" - Atribuida a distintas fuentes, el autor de esta expresión fue Benjamín Franklin, quien dio muestras en otras ocasiones del valor que le daba al tiempo.

"El cliente siempre tiene la razón" - Cuando el famoso hotelero suizo César Ritz afirmó que "el cliente jamás se equivoca", no hacía referencia a la prepotencia del cliente, sino a que lo que éste desee, tiene que tenerlo.

"Todo es según el cristal con el que se mire" - Fue el escritor Ramón de Campoamor quien popularizó esta expresión a través de unos versos de su Doloras, escritos en 1846.

"Con la Iglesia hemos topado" - Fue Don Quijote quien, buscando en El Toboso el palacio de Dulcinea y al dar en su lugar con el templo, exclamó: "Con la iglesia hemos dado, Sancho". No era en sentido figurado.

sábado, junio 9

350 años de la Royal Society III

(Y el final)

Peter Cotgreave, director de relaciones públicas de la RS, afirma que "Trailblazing es una fuente fantástica que permite a la gente consultar los experimentos más interesantes y excéntricos de los últimos años". Los manuscritos que la RS guarda en los sótanos del palacete londinense de Carlton House Terrace abarcan desde las primeras transfusiones sanguíneas hasta la captura de la luz que confirmaba la teoría de la relatividad de Einstein o las primeras vislumbres de los agujeros negros de Stephen Hawking.

Son una historia de la curiosidad humana no sólo apasionante sino también con episodios de hilarante candidez, como el protagonizado en 1769 por el naturalista Daines Barrington, que cruzó media Europa para someter a Mozart, que tenía 8 años, a una batería de pruebas mientras tocaba el clavicordio. Barrington volvió a Londres muy satisfecho con un informe solemne bajo el brazo: "No es un enano, como algunos creen, sino un genio precoz que toca como los ángeles, a pesar de que sus deditos apenas llegan a una quinta parte del teclado y que, travieso, deja la interpretación para montar sobre un bastón como si fuera un caballo".

Como sus colegas de la RS, Barrington era un tipo descreído y excéntrico que no aceptaba más verdad que la que hubiera comprobado. Hoy sus seguidores siguen siendo insaciablemente curiosos y levemente raros. Como su presidente, Lord Martin Rees, un cosmólogo y astrofísico que está convencido de la existencia de alienígenas: "Supongo que existe en el universo una vidainteligente bajo formas que no podemos concebir, como un chimpancé que no puede comprender la teoría cuántica. El problema es que buscamos seres semejantes a nosotros mismos, con la misma tecnología y las mismas matemáticas". Lord Rees ha apostado unas libras a que antes de 10 años habrá al menos un millón de víctimas por un ataque bioterrorista o por un error humano. No le molesta que le llamen provocador si eso sirve para que los científicos no bajen la guardia porque "a medida que encontramos respuesta a las viejas preguntas, otras nuevas nos asaltan".

Para ayudar a responderlas, la RS ha incorporado a las mujeres tras siglos de machismo recalcitrante. Hasta 1945 no pudieron ingresar las dos primeras, Marjorie Stephenson y Kathleen Lonsdale. Sólo entonces perdieron aquellos caballeros descreídos el último prejuicio precientífico.

viernes, junio 8

350 años de la Royal Society II

(Sigo)

El método más habitual de comunicarse la información era a través de las marginalia, anotaciones escritas en sus libros. Robert Boyle, famoso por ser el descubridor de la ley que lleva su apellido y por dar su nombre al Colegio Invisible, recibió una carta del médico Richard Lower donde éste se preguntaba por las consecuencias de una transfusión de sangre de un animal a otro: "¿Pierde un perro sus peculiaridades y adopta las del donante tras una transfusión?, ¿la sangre de un perro grande hace crecer a uno pequeño?, ¿se puede substituir la sangre de una rana por la de un perro?, ¿cambiaría esa transfusión una especie en otra?".

Las respuestas fueron no, no, no y no. Pero lejos de desanimarse, el doctor empezó a experimentar con seres humanos pagando 20 chelines a un descerebrado para que se dejara transfundir sangre de cordero. Tenía la esperanza de curarle la debilidad mental, pero el paciente siguió tan tarado como antes. La ciencia, constataron Lower y Boyle, es una cadena de ensayos y errores.

Otro manuscrito de Benjamín Franklin de 1752 disipaba el mito de que el rayo era una fuerza sobrenatural. Cuenta el sabio que un día salió al campo en plena tormenta con una cometa amarrada a un cable. Milagrosamente sobrevivió al calambrazo e inventó el pararrayos. Por su parte, Christofer Merret, otro de los socios fundadores de la RS, descubrió el champán cuando, al experimentar con la fermentación del mosto, reparó en la agradable efervescencia del brebaje.

No tan espumosos, aunque no menos relevantes, fueron otros descubrimientos de los miembros del grupo. A su regreso a Inglaterra a bordo del HMS Resolution, el capitán James Cook escribió una carta a sus padres en la que daba cuenta de cómo había librado a su tripulación de enfermar de escorbuto incluyendo en la dieta limones, verduras y col.

Otro benefactor de la salud humana fue Edward Jenner, un hombre perspicaz que asoció las vacas con la curación de la viruela. La viruela era una plaga bíblica, hasta que el 14 de mayo de 1796 Jenner extrajo pus de una pústula de la mano de Sarah Nelmes, una ordeñadora que había contraído la viruela de su vaca lechera. Mediante dos incisiones superficiales se lo inoculó a James Phipps, un niño saludable de ocho años y, dos meses después, le inoculó el virus de la viruela convencional, sin que la enfermedad llegara a desarrollarse. Jenner acabó con una de las mayores calamidades de su tiempo aplicando el lema del famoso médico William Harvey: "No pienses. Ensaya y prueba".

Charles Babbage, profesor de matemáticas en Cambridge, tenía la misma manía de probar. Después de diseñar una máquina de cálculo basada en diferencias finitas, quería construir una máquina analítica; es decir, un ordenador capaz de hacer complicados cálculos. Nunca llegó a terminarlo porque algo fue mal: la fricción de los engranajes producía vibraciones.

Babbage achacó el fiasco a la falta de dinero y escribió: "El consejo de la Royal es un grupo de hombres que se eligen entre sí para cenar juntos a cuenta de la institución, para complacerse unos a otros con buenos vinos y para concederse mutuamente medallas". En 1991 el Museo de Ciencias de Londres construyó una máquina a partir de los dibujos de Babbage utilizando sólamente técnicas disponibles en la época del inventor. Funcionó como un reloj.

El proyecto de Babbage es uno más de los 250.000 manuscritos científicos que esta institución ha producido en sus 350 años de historia. En ese tiempo, 8.200 científicos han formado parte de la misma, y en la actualidad tiene 1.400 miembros, de los que 74 son premios Nobel. Esos documentos están colgados en una biblioteca online llamada Trailblazing (pionero), un nombre inspirado en el homenaje que Newton hizo a sus predecesores en una carta que escribió a su rival Robert Hooke: "Si he podido ver un poco más allá es porque soy un enano subido a los hombros de los gigantes".

(Mañana termino)

jueves, junio 7

350 años de la Royal Society I

(Un artículo de Gonzalo Ugidos en el Magazine de El Mundo del 12 de diciembre de 2010)

Excéntricos, descreídos, poseídos por el don de la curiosidad y algo raritos. Así eran los fundadores de la sociedad científica más antigua del mundo y siguen siéndolo sus actuales miembros. Genios a los que debemos descubrimientos tan variados como la aspirina, la ley de la gravedad, los agujeros negros o el champán.

En 1671, cuando tenía 28 años y era físico en el Trinity College de Cambridge (Inglaterra), Isaac Newton puso un cristal en forma de prisma ante su ventana y se asombró al ver los colores del arcoiris danzando en la pared. Así demostró que la luz blanca es una mezcla de colores primarios y pudo explicar por qué la hierba es verde y el cielo azul. El manuscrito en el que relataba la teoría de la luz y los colores es uno de los más antiguos que la Royal Society (RS) ha hecho públicos para celebrar su 350 aniversario.

Otros descubrimientos colosales, como la penicilina, el champán, la pila eléctrica, la fotografía, la selección natural, el electromagnetismo, el reloj de bolsillo, el núcleo atómico, la teoría de cuerdas, los agujeros negros, la descripción del ADN e incluso la aspirina, forman parte de la colección de hitos científicos de la sociedad científica más antigua del mundo.

Todo empezó en la tarde otoñal del 28 de noviembre de 1660, cuando en Londres se reunieron una docena de apóstatas para escuchar a Christofer Wren hablar de astronomía. Aquellos hombres tenían en común una curiosidad sin límites y una loca vocación por desvelar las opacidades del mundo.

Además, compartían un método. Lo había descubierto Sir Francis Bacon, un filósofo natural convencido de que al conocimiento sólo se llega entrando en el callejón para ver si tiene salida. Había publicado La Nueva Atlántida, una utopía en la que postulaba la conquista de la naturaleza por el hombre, y en la que hacía predicciones que parecían estrafalarias y resultaron visionarias: el submarino, el avión, el micrófono, el crecimiento artificial de los frutos y el dorado sueño de vivir sobre la Tierra sin miedo al hambre. En esa sociedad perfecta, la ciencia aseguraba la felicidad y el progreso. La llamó La casa de Salomón y fue el modelo de la Royal Society.

John Wilkins, el primer secretario de aquella asamblea de físicos desertores de la metafísica, además de inventar el sistema métrico, se interesó por la criptografía, la fabricación de colmenas transparentes, la posibilidad de realizar un viaje a la Luna y la elaboración de los principios de un lenguaje mundial. El perfil de Wilkins, que era cuñado del político Oliver Cromwell, resumía el de sus colegas: sabios polifacéticos y algo chalados que fundaron lo que más tarde llegaron a ser la logias masónicas, dedicadas al estudio de los misterios ocultos de la naturaleza.

A este club de escéticos pertenecieron genios como Isaac Newton, Charles Darwin, Alexander Fleming, Edmond Halley, Michael Faraday, Edward Jenner, Alessandro Volta, Fox Talbot o Francis Crick. Desde el primer día rechazaron toda forma de escolástica, renunciaron al latín como lengua del saber y recurrieron a un inglés claro y sencillo. Del latín sólo adoptaron un lema: Nulius in verba; o sea, no hay que dar nada por sentado.

Al principio no eran propiamente profesionales de la ciencia, porque la palabra científico no fue acuñada hasta 1836 por William Whewell. Tenían un precedente, el Colegio Invisible, un círculo de astrónomos, matemáticos y profesores, como Kepler, Rheticus o Tycho Brahe, que se reunían en el Wadham College de Oxford para intercambiar ideas que lo mismo se referían a la alquimia que a la agricultura. Robert Lomas, en El Colegio Invisible: ¿Quienes fueron los doce hombres que crearon la Royal Society? (MR Ediciones, 2006), asegura que se trataba, lisa y llanamente, de una logia masónica.

(Mañana sigo)

miércoles, junio 6

Quitar chicle de la ropa

(Leído en el Magazine de El Mundo de hace un montón de meses)

Si el chicle está en la ropa:
1.- Introducir la prenda con el chicle en una bolsa de plástico.
2.- Ciérrela bien y métala en el cogelador al menos una noche.
3.- Al sacarla, espere a que se descongele. Retire la bolsa y el chicle se despegará.

Si el chicle se ha pegado al zapato:
1.- Rocíe la suela del zapato con lubricante de motor (recuerde ponerse guantes para proteger las manos)
2.- Si no tiene lubricante, puede usar hielo. Frote el chicle con un cubito.
3.- Ahora el chicle se irá fácilmente. Sólo hay que tirar.

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martes, junio 5

Chantaje en Vigo

(La columna de Arturo Pérez Reverte en el XLSemanal del 6 de diciembre de 2009. Me hubiera gustado decir que cosas de estas ya no pasan, pero cuando el otro día una chica me dijo que era "comisaria de igualdad" o alguna chorrada por el estilo, me di cuenta de que no. Así va el país)

Vigo. O sea, Galicia. España. Estado moderno -dicho sea lo de Estado con las cautelas oportunas-. Democracia constitucional con supuestos derechos y libertades de cada cual. En mi casa mando yo, resumiendo. Y mi amigo Manolo, que es un ingenuo y se lo cree, necesita cubrir un puesto de auditor. Es una oferta seria y bien remunerada. Así que publica un anuncio en la prensa local: «Se necesita auditor para empresa solvente». Y empieza el circo.

La cosa se encarna en inspectora de Trabajo y Asuntos Sociales, con todas sus letras. Hola, buenas, dice la pava. ¿Cómo es que solicitan ustedes un auditor, y no un auditor o una auditora? Mi amigo, que es hombre culto, conoce las normas de la Real Academia en particular y de la lengua española en general, y no trinca de la corrección política ni de la gilipollez pública, como otros, argumenta que auditor es masculino genérico, y que su uso con carácter neutro engloba el masculino y el femenino desde Cervantes a Vargas Llosa, más o menos. No añade, porque es chico educado y tampoco quiere broncas, que no es asunto suyo, ni de su empresa, que una pandilla de feminazis oportunistas, crecidas por el silencio de los borregos, la ignorancia nacional y la complicidad de una clase política prevaricadora y analfabeta, necesite justificar su negocio de subvenciones e influencias elevando la estupidez a la categoría de norma, y violentando a su conveniencia la lógica natural de un idioma que, aparte de ellas, hablan cuatrocientos millones de personas en todo el mundo. Olvidando, de paso, que la norma no se impone por decreto, sino que son el uso y la sabiduría de la propia lengua hablada y escrita los que crean esa norma; y que las academias, diccionarios, gramáticas y ortografías se limitan a registrar el hecho lingüístico, a fijarlo y a limpiarlo para su común conocimiento y mayor eficacia. Porque no es que, como afirman algunos tontos, las academias sean lentas y vayan detrás de la lengua de la calle. Es que su misión es precisamente ésa: ir detrás, recogiendo la ropa tirada por el suelo, haciendo inventario de ésta y ordenando los armarios.

Pero volvamos a Vigo. A los pocos días de la visita de la inspectora mentada, Manolo recibe un oficio, o diligencia, donde «se requiere a la empresa la subsanación de las ofertas vigentes y la realización de las futuras o bien en términos neutros, o bien referida simultáneamente a trabajadores de ambos sexos». Dicho en corto -aparte la ausencia de coma tras futuras y la falta de concordancia de referida-: o en el futuro pide auditor o auditora, con tres palabras en vez de una, en anuncios que se cobran precisamente por palabras, o deberá atenerse a las consecuencias. Y a mi amigo, claro, se lo llevan los diablos. «O es un chantaje feminista más -se lamenta-, o mi anuncio despista de verdad, y algunas mujeres ignorantes o estúpidas creen que no pueden optar a ese puesto de trabajo. Lo que sería aún más grave. Si lo que tanta idiotez de género ha conseguido es que, al final, una mujer crea que ofrecer un trabajo de auditor es sólo para hombres y no para ella, todo esto es una puñetera mierda.» Etcétera.

El caso es que, resuelto a defender su derecho de anunciarse en correcto castellano, Manolo se pone en contacto con los servicios jurídicos del Ministerio de Igualdad, donde una abogada razonable, competente y muy amable -lo hago constar para los efectos oportunos-, le dice que, con la ley de Igualdad en la mano, la inspectora de Vigo «puede haber creído detectar» discriminación en el anuncio, y que la empresa se expone a una sanción futura si no rectifica. «¿Entonces, la legalidad o ilegalidad de mi anuncio depende de la opinión particular de cualquier funcionario que lo lea, por encima de la Real Academia Española?», pregunta Manolo. «Más o menos», responde la abogada. «¿Y qué pasaría si yo recurriese legalmente, respaldado por informes periciales de lingüistas o académicos?», insiste mi amigo. «Pasaría -es la respuesta- que tal vez ganase usted. Pero eso dependería del juez.»

Es inútil añadir que, ante la perspectiva de un procedimiento judicial de incierto resultado, que iba a costarle más que las dos palabras suplementarias del anuncio, Manolo ha cedido al chantaje, y lo de auditor a secas se lo ha comido con patatas. «Auditor, auditora y auditoro con miembros y miembras», creo que pone ahora. Con mayúsculas. Tampoco está el patio para defensas numantinas. Esto es España, líder de Europa y pasmo de Occidente: el continuo disparate donde la razón vive indefensa y cualquier imbecilidad tiene su asiento. Como dice el pobre Manolo, «lo mismo voy a juicio, colega, me toca una juez feminista y encima me jode vivo». Intento consolarlo diciéndole que peor habría sido, en vez de auditor, necesitar otra cosa. Un albañil, por ejemplo. O albañila.

lunes, junio 4

Una historia de violencia

(De la columna de Arturo Pérez Reverte en el XLSemanal del 25 de septiembre de 2011)

[...]

Año 1547. La España del emperador Carlos V tiene al mundo agarrado por las pelotas. Los príncipes protestantes se han puesto flamencos, y les caen encima, entre otros, los tercios de infantería española. La cosa se dilucida en Mühlberg, con el río Elba entre los ejércitos del elector de Sajonia y el del emperador. Se acomete la gente, se retiran los luteranos, y en mitad del pifostio hay un momento delicado. Huyendo ante el empuje de la vanguardia mandada por el duque de Alba, que siega como una guadaña, los alemanes –marcando el paso de la oca, o lo que marcaran entonces– pasan el río por un puente de barcas, lo recogen en la otra orilla, y para defender el único vado y cubrir su retirada acumulan allí enorme cantidad de artillería y arcabuceros. De manera que al llegar los españoles granizan balas sobre los arneses. El de Alba, cabreadísimo, va de un lado a otro sin saber cómo hincarle el diente al asunto, pues los tudescos van a enrocarse tras las murallas de la plaza fuerte, y de allí no los sacarán ni con Tres en Uno. El emperador está a punto de llegar con el grueso del ejército, encontrando el paso bloqueado; y además, los enemigos empiezan a incendiar las barcas. Como para ingerir cianuro.

Entonces ocurre una de esas cosas que a veces nos pierden a los españoles y otras nos salvan. Algo muy nuestro. Muy de aquí. Porque de pronto, en mitad del carajal, a un soldado del Tercio Viejo se le va la pinza y empieza a ciscarse en los alemanes y en todos sus muertos; y jurando en arameo se pone la espada entre los dientes, echa a nadar por el vado bajo una lluvia de arcabuzazos, llega a la orilla con dos cojones, arremete contra los alemanes echando espumarajos, y mata a cinco. Tras él, por vergüenza torera y porque está feo dejarlo ir solo, se han echado al agua su capitán y nueve soldados, que salen chapoteando y gritando «España, cierra, cierra», como animales. Imagínense el cuadro y las pintas de mis primos, aullando mojados de barro y con ojos de locos, de mucho matar, con sus barbas, espadas, escapularios y demás parafernalia. De ese modo los colegas llegan a tiempo de ayudar al que pelea a la desesperada, acuchillando a mansalva. Así, entre los diez, hacen un escabeche de toma pan y moja. Y mientras los alemanes deciden que es momento de salir por pies a buscar unas cervezas, los españoles, chorreando agua y sangre ajena, apagan el incendio, reconstruyen el puente, y cuando llega el emperador, su ejército lo pasa tranquilamente, alcanza al enemigo, y al elector de Sajonia y a su puta madre les da las suyas y las de un bombero.

Después, Carlos V pregunta quién fue el majara que cruzó el río. Y le presentan a un oscuro soldado de padres vascos aunque nacido en Medina del Campo, llamado Cristóbal Mondragón. Y allí mismo, sobre el campo de batalla, el emperador lo llama «el mejor soldado del mejor tercio de la infantería española» y lo nombra alférez. Al capitán que lo siguió lo asciende a maestre de campo, y a los nueve soldados les da tanto dinero que Lope de Vega, en su comedia El valiente Céspedes, dirá más tarde que los ha cubierto de oro.

¿Colorín colorado? Casi. Y no como habría debido ser. Con el tiempo, Mondragón se convirtió en uno de los más destacados militares españoles en las guerras de Flandes. Amado por sus hombres, eso le granjeó –no podía ser de otra manera–, odios y envidias en España. Y Felipe II, al que sirvió con tanta devoción y valor como al padre, se portó con él como un miserable. Cuando ya veterano volvió a su patria y solicitó expediente de nobleza, los jueces se las arreglaron para inventarle antepasados judíos. Humillado, lleno de amargura y vergüenza, Mondragón regresó a Flandes, de donde no había de volver nunca. Acabó con noventa años, digno hasta el fin, ordenando que lo pusieran en la ventana para que sus soldados, que lo adoraban, lo viesen morir. En su testamento pedía, en pago a sus servicios, la castellanía de Amberes para su hijo y una capitanía de lanzas para su nieto. El rey, naturalmente, no concedió ni la una ni la otra.

domingo, junio 3

Moda medieval

(Algunos apuntes sobre moda medieval leídos en un artículo de Azucena S. Mancebo en el magazine de El Mundo del 13 de mayo)

Entre los siglos XIV y XV todas las cortes europeas, excepto la italiana, vestían según la moda de Borgoña, o estilo gótico tardío, considerada como la primera de la historia. Es en esta época cuando se da la diferenciación de la vestimenta de hombres y mujeres, es decir, que "por influencia de los trajes militares es a partir de entonces cuando ellos comienzan a llevar esas estrechas clazas que marcan las piernas en lugar de faldones anchos", señala Diana Fernández González, profesora de Teoría e Historia del Traje del Centro Superior de Diseño de Moda de Madrid. [...]

Cabello
Desde la cristianización de Europa en la Edad Media se establece una norma que prohibe a las mujeres casadas mostrar su pelo. Por eso surgen y se desarrollan los tocados y las cofias.

Rostro
El ideal de belleza era el de una mujer con frente ancha y despejada. Para ello, las féminas se depilaban las cejas e incluso en comienzo del cabello.

Maquillaje
Siempre en tonos tenues, lo usaban tanto hombres como mujeres.

Escote
Aunque la mujer empieza a mostrarlo, sus pechos no podían exponerse en exceso ni con su forma natural, por lo que algunos vestidos tenían refuerzos en el interior para aplastar los senos.


Silueta
Durante el siglo XV los vestidos eran de talle alto, se estrechaban debajo del pecho y desde ahí caían sueltos hasta el suelo. Una de las tendencias que responden al ideal de belleza era el vientre abultado que, sin ser ese su objetivo, daba la sensación de que la dama estaba embarazada. Para lograrlo, se colocaba una almohadilla debajo del vestido o, en otras ocasiones, se conseguía rizando (frunciendo) el vestido interno.

Lazada
En esta época aparecen los botones. Además de tratarse de un elemento utilitario, tienen también un carácter decorativo, pero se usaron sólo en las prendas masculinas hasta finales del siglo XVI. Las mujeres mantienen el sistema de la lazada, que se coloca detrás, delante o a un lado indistintamente.

Tejidos
Hasta finales del siglo XVIII el tejido lujoso por excelencia es la seda y todos sus derivados: raso, damasco de seda o terciopelo. Se usaba también la lana o el paño de lana o el lino.

Armiño
Empleado sólo en capas o terminaciones de vestidos (técnica que se conoce como festoneado), su uso, y el de otras pieles como la marta, el gris o el visón, estaba limitado a la nobleza. Las leyes suntuarias establecían que un burgués no podía llevar ropa de este material bajo pena de multa y decomiso de la prenda.

Capas
Hasta el siglo XIX las mujeres no comenzaron a llevar ropa interior. En el siglo XV llevaban sobre su piel unas medias (de lana en invierno y de lino el resto del año) hasta encima de las rodillas sujetas por unas tiras o ligas. Sobre ellas, una saya (túnica de cuerpo entero con un refajo). Por encima, un vestido intermedio y, sobre este, el exterior.

Bolsos
Existen desde la antigüedad. En la Edad Media, al ajustarse las prendas masculinas, se hace necesario que se lleven a la vista. Las mujeres, que siguen vistiendo ropas anchas, los llevan escondidos entre el vestido superior y el interior, y acceden a ellos a través de una apertura tipo bolsillo. Surgen las escarcelas y las limosneras.

Adornos
La fantasía no tiene límites. Lo habitual es que los vestidos estuvieran decorados con brocados con hilos de oro o plata, perlas, cinturones metálicos, cascabeles, fruncidos, bordados, galladuras (combinación simétrica de distintos colores en determinadas partes de las prendas, como las que lucen los bufones) y acuchillados (roturas y cortes en la tela a través de las cuales se ve la prenda intermedia)

Calzado
Mujeres y hombres llevaban unos zapatos similares llamados cracovianas. Elaborados en cuero, terminaban en una punta alargada y elevada. No tenían cordones como los conocemos hoy, pero se ajustaban al pie con unos lazos situados, normalmente, en un lateral.

sábado, junio 2

Buscando la causa de la crisis

(Leído en la columna de Pablo Rodrigez Suanzes del 6 de marzo de 2011 en El Mundo)

La economía es la ciencia menos científica de todas las que existen. No por sus métodos, o por la falta de ellos, sino porque sus conclusiones rara vez se consideran definitivas. Mientras hoy tratamos de ponernos de acuerdo sobre las causas de la crisis, los historiadores discuten aún las de la Gran Depresión. David Harsh (www.economicsprincipals.com) recordaba estos días, con la vuelta del fantasma de la inflación, el papel de Jude Wanniski a la hora de culpar a los aranceles de 1930 (la ley Smoot-Hawley) de lo que vino después. Un debate estéril, pues resulta mucho más divertido, como hace Douglas Irwin, culpar a los franceses (http://www.dartmouth.edu/~dirwin/Did%20France%20Cause%20the%20Great%20Depression.pdf).

Harsh evoca la idea de shibolet, un examen con el que los galaditas de la Biblia reconocían a sus enemigos (http://www.bible.cc/judges/12-6.htm). El debate actual está lleno de shibolets, dogmas clave con los que distinguir a partidarios de rivales. Gasto o ahorro. Oferta o demanda. Liberalizar o nacionalizar. En El Ala oeste de la Casa Blanca pudimos ver hace años ejemplos de ambas cosas. En el episodio 30, el presidente de EEUU concede asilo a refugiados chinos después de que éstos superen el examen shibolet. En otro, dos protagonistas hablan de impuestos parodiando dogmas típicos de demócratas y republicanos en una escena ya famosa (http://www.youtube.com/watch?v=j0TRgVbCLwE&feature=player_embedded).

Los conservadores siempre dicen que quieren recortar el gasto. Los progresistas, lo opuesto. Sin embargo, hay veces que sin saberlo o sin quererlo parecen coincidir. David Henderson utiliza la opción de destacados keynesianos, como Paul Krugman, Gunnar Myrdal o Milton Friedman para argumentar, con sorna, un aparente caso de coincidencia sorprendente: ni unos ni otros están a favor del salario mínimo. Medea benjamín recuerda otra: el recorte de ayuda a los pobres.

viernes, junio 1

John Steinbeck, el cronista de la Depresión II

(Sigue...)
John Steinbeck, más allá de la situación de su país en los años de su maduración y de su compromiso personal, sabía de lo que hablaba. Había nacido en 1902 en Salinas, en el valle del mismo nombre, en Monterrey (California), un lugar con muchísimos trabajadores agrícolas por la abundancia de explotaciones dedicadas al cultivo de toda clase de frutas y verduras. 

Aunque criado en el seno de una familia acomodada, Steinbeck trabajó en el campo desde adolescente, incluso llevó durante algún tiempo una vida de obrero tras renunciar a licenciarse -después de años de estudio a la carta- en la prestigiosa universidad de Stanford, a la que le había llevado su familia. Su madre, maestra, fue quien le impulsó a la lectura desde niño. 

Casado con la segunda de sus tres esposas, Steinbeck se incorporó a la Segunda Guerra Mundial como corresponsal de guerra, aunque luego participó en misiones bélicas en el Mediterráneo en cuyo transcurso resultó herido y se agenció una depresión. 

Tras la guerra, publicó algunos de sus mejores libros como Cannery Row (1945), reforzando su relación con el cine -y, con ello, su popularidad- con novelas llevadas a la pantalla como La perla (1948) y, sobre todo, Al este del Edén (1952), esta última adaptada por Elia Kazan, para quien escribiría ese mismo año el guión de ¡Viva Zapata!
Steinbeck mantuvo una estrecha y productiva amistad -viajes y libros juntos- con el biólogo y ecólogo Ed Ricketts, y es Edmund Wilson quien señala -al margen de las anécdotas de los títulos y de la constante presencia de animales en sus novelas-, que Steinbeck tuvo una concepción biologista del hombre, al que veía -con sus pros y contras- dentro de la especie animal. La historia de los dos braceros de De ratones y hombres, el protector George y su amigo Lennie, el gigantón retrasado, es una historia de soledades y sueños imposibles, provocados por la muy concreta fatalidad de las barreras y las miserias sociales. Miguel del Arco dirige en el Teatro Español -en versión propia y de Juan Caño- un montaje tan brillante como pertinente y ajustado, con escenas tan magníficas como el terrible encuentro final entre Lennie y la pobre esposa sin nombre del hijo del patrón, en la que he creído ver ecos de la mortal escena del río de Frankenstein. 

Dicho esto, uno de mis libros favoritos de Steinbeck es el distinto, inacabado y póstumo Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros, recreación del clásico La muerte de Arturo, de Thomas Malory. En su prólogo, Steinbeck dice que el libro de Malory está en el origen de toda su devoción a la lectura y a la escritura, de su percepción del bien y del mal, de «todas mis reflexiones contra los opresores y a favor de los oprimidos». 

John Steinbeck, fumador pertinaz, murió a los 66 años en Nueva York de un infarto. La autopsia puso de manifiesto que las arterias de su corazón estaban prácticamente obstruidas. En el final del prólogo de Los hechos…, John Steinbeck escribió: «Y ruego a todos vosotros, los que léeis este relato, que oréis por aquel que lo escribió para que Dios le conceda la liberación, y sea pronto y rápido. Amén».