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sábado, junio 2

Buscando la causa de la crisis

(Leído en la columna de Pablo Rodrigez Suanzes del 6 de marzo de 2011 en El Mundo)

La economía es la ciencia menos científica de todas las que existen. No por sus métodos, o por la falta de ellos, sino porque sus conclusiones rara vez se consideran definitivas. Mientras hoy tratamos de ponernos de acuerdo sobre las causas de la crisis, los historiadores discuten aún las de la Gran Depresión. David Harsh (www.economicsprincipals.com) recordaba estos días, con la vuelta del fantasma de la inflación, el papel de Jude Wanniski a la hora de culpar a los aranceles de 1930 (la ley Smoot-Hawley) de lo que vino después. Un debate estéril, pues resulta mucho más divertido, como hace Douglas Irwin, culpar a los franceses (http://www.dartmouth.edu/~dirwin/Did%20France%20Cause%20the%20Great%20Depression.pdf).

Harsh evoca la idea de shibolet, un examen con el que los galaditas de la Biblia reconocían a sus enemigos (http://www.bible.cc/judges/12-6.htm). El debate actual está lleno de shibolets, dogmas clave con los que distinguir a partidarios de rivales. Gasto o ahorro. Oferta o demanda. Liberalizar o nacionalizar. En El Ala oeste de la Casa Blanca pudimos ver hace años ejemplos de ambas cosas. En el episodio 30, el presidente de EEUU concede asilo a refugiados chinos después de que éstos superen el examen shibolet. En otro, dos protagonistas hablan de impuestos parodiando dogmas típicos de demócratas y republicanos en una escena ya famosa (http://www.youtube.com/watch?v=j0TRgVbCLwE&feature=player_embedded).

Los conservadores siempre dicen que quieren recortar el gasto. Los progresistas, lo opuesto. Sin embargo, hay veces que sin saberlo o sin quererlo parecen coincidir. David Henderson utiliza la opción de destacados keynesianos, como Paul Krugman, Gunnar Myrdal o Milton Friedman para argumentar, con sorna, un aparente caso de coincidencia sorprendente: ni unos ni otros están a favor del salario mínimo. Medea benjamín recuerda otra: el recorte de ayuda a los pobres.