Extrañas armas para una guerra
Hay un dicho por ahí, que explica que "en el amor y en la guerra, cualquier agujero es trinchera". Esto es, todo vale.
Y esta historia es un ejemplo perfecto:
Durante la larga batalla de Stalingrado [II Guerra Mundial], los soviéticos intentaron acentuar el sentimiento de aflicción y abatimiento de los soldados alemanes para restarles capacidad de lucha. Para ello, se instalaron potentes altavoces que emitían tangos durante horas, utilizando un viejo gramófono.
Los expertos en propaganda consideraron que la melancólica música argentina serviría para que los alemanes recordasen una y otra vez el hogar y la familia que habían dejado en su ahora lejano pais y meditasen sobre el sentido que tenía su lucha en un medio tan hostil.
Los soviéticos no se equivocaron. Al principio, las tropas germanas recibieron este innovador ataque con muy buen humor y hubo quienes, como gesto de desafio, se atrevieron a bailar las canciones ante la atenta mirada de los rusos. Pero más tarde, una vez que pasaron los primeros momentos de perplejidad ante esa insólita táctica, la moral de los soldados alemanes acusó el efecto de esas notas musicales que adquirían un carácter cada vez más siniestro, resonando entre las desoladas ruinas de la ciudad.
Del libro de Jesús Hernández Las 100 mejores anécdotas de la Segunda Guerra Mundial. Vía Jardín de Flores Curiosas.
Etiquetas: Pequeñas historias de la Historia, s.XX
1 Comments:
Hola, esto de las extrañas armas me ha recordado una anecdota que se desarrollo en Rusia precisamente cuando se intento dar un golpe de Estado a M. Gorbachov, en aquel entonces Boris Yeltsin que era un parlamentario lo defendio y pidio a sus compañeros de defensa que protegiera a una de las enormes riquezas del país...un musico: el gran Celista Rostropovich. Incluso existe una foto que no tengo en mis manos pero que se publico, en donde en medio del musico -que estaba dormido abrazando a su cello- se encontraban 2 militares con rifle en mano cuidandolo. Es asi como la anecdote viene de acuerdo con estas extrañas armas de guerra. Saludos.
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