No hay que fiarse de las apariencias
(No sé de donde salió pero lo tenía guardado por ahí...)
Se cuenta que en una ciudad del interior un grupo de personas se divertía con un idiota de la aldea.
Un pobre infeliz, de poca inteligencia, que vivía de pequeñas dádivas y limosnas. Diariamente ellos llamaban al idiota al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una grande de 400 reales y otra menor, de 2000 reales. Él siempre escogía la mayor y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
Cierto día, alguien que observaba al grupo le llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda mayor valía menos.
Lo sé, respondió, no soy tan bobo. Ella vale cinco veces menos, pero el día que escoja la otra, el jueguecito acaba y no voy a ganar más mi moneda.
Etiquetas: Cuentos y leyendas
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