Amanecer en Manhattan
Este es un miniartículo del 30 de mayo de Carlos Fresneda, corresponsal de El Mundo en Nueva York. Es de estas cosas que, cuando las lees, deseas ver en persona.
"Más de 5.000 años separan las piedras de Stonehenge de los monolitos de Manhattan, y la vibración es sin embargo la misma cuando el sol se pone en el punto exacto y se produce ese mágico alineamiento que ocurre tan sólo dos días al año (29 y 30 mayo).
Cientos de neoyorquinos acudieron la cita cósmica con 'Manhattanhenge', convocados por Neil deGrasse Tyson, druida urbano y director del planetario...
"Cualquier excusa es buena para hacer que la gente mire al cielo, y ésta es sin duda una ocasión mágica". El fenómeno es visible en las cuadrículas que van de las calles 14 a la 57, pero la vista crepuscular por excelencia es la de calle 42, desde el observatorio de Naciones Unidas o entre los neones de Times Square.
Tyson explica una y otra vez cómo la cuadrícula casi perfecta de la Gran Manzana, con las calles enfilando del este hacia el oeste (con apenas 30 grados de desviación) hacen que se produzca esta danza celestial, presagio del auténtico solsticio.
Durante quince minutos, el sol encaja prodigiosamente en los cañones de Manhattan y las ventanas lo envuelven todo en una indescifrable bruma amarilla. Todo adquiere un aire irreal y hasta los taxistas desquiciados hacen un alto para rendir pleitesía al astro rey."
Etiquetas: Sitios donde perderse
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