Banquetes romanos
[...] en lo que a lujo y ostentación se refiere, es difícil alcanzar un instante más desmedido y pretencioso que en los días romanos de Lucio Licinio Lúculo, un siglo antes de Cristo.
Lúculo era un hombre culto y un valeroso militar, un aristócrata que, instalado en su palacio en el monte Pincio –parte de lo que hoy es, en Roma, Villa Borghese–, deslumbraba a sus invitados con cenas fastuosas en las que se servían manjares desconocidos en la capital del Imperio y que él trasladó a su huerto a la vuelta de sus campañas militares en Asia. Por ejemplo, el primer melocotón que se sirvió en Europa fue en la mesa de Lúculo servido junto a un topacio para que los comensales tuvieran una referencia precisa del color de la sorprendente fruta.
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Etiquetas: Pequeñas historias de la Historia
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