El descubrimiento de la seda
(De la revista Paisajes en el tren)
Dice la leyenda que la fabricación de la seda comenzó en el año 2460 a.C., gracias a la emperatriz Lei-Tsu, quien tejió la primera pieza de seda de la historia. Un día, mientras paseaba por palacio, vio como una oruga hilaba su envoltorio de seda en un proceso similar al que se utilizaba para tejer una tela normal. Intento deshilvanar el capullo pero no lo consiguió; hasta que, seguramente por casualidad, se le cayó en agua caliente y vio, asombrada, como la fibra se desprendía formando hilos de cientos de metros que presentaban una resistencia increible a pesar de su aparente fragilidad. Como agradecimiento a la emperatriz, la constelación que en occidente conocemos como Escorpión, en la astrología china se denomina Lei-Tsu, que significa "antepasada de la seda".
No es esta la única leyenda vinculada al origen de este tejido. En la tradición oriental existe otro relato que cuenta cómo el emperador Huang-Ti, obsesionado con que su mujer Si-Ling-Shi contribuyera a la felicidad de su pueblo, le pidió que estudiara como utilizar la fibras de los gusanos de seda. Tras mucho esfuerzo y meses de dedicación, Si-Ling-Shi no sólo descubrió el modo óptimo de criar los gusanos sino que aprendió a desenredar la seda para tejer con ella todo tipo de prendas.
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