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lunes, enero 23

Epidemia de risa

(Aunque la primera referencia la encontré en una revista francesa de hace unos años -y he cogido algunos datos de allí, la mayoría de la información que he puesto está cogida de fogonazos.com y recuerdosdepandora.com)

El 30 de enero de 1962, las alumnas de la pequeña escuela femenina de Kashasha, cerca de Bukoba, en Tanzania, debieron de gastar una broma tan divertida que provocó un ataque de risa colectiva con la cual los afectados perdían totalmente el control. Después de algunos minutos, la risa pasó de los chicos a los compañeros de otras aulas y se contagió entre los profesores, hasta el punto de que cuando terminó la jornada todo el colegio estaba riendo. Los chavales regresaron a sus casas y contagiaron la risa a sus amigos y familiares, que a su vez siguieron riendo sin control de un lado a otro. En apenas unas horas, el ataque de risa se había extendido por decenas de aldeas y afectaba a centenares de personas

El 18 de Marzo de ese mismo año, el colegio se vio forzado a cerrar dado que 95 de sus 159 alumnas habían sido afectadas por este extraño comportamiento. Para entonces, ninguna de las cinco maestras había sido afectada.

A raíz del cierre del colegio de Kashasha, muchas de sus alumnas se desplazaron a su lugar de origen, de tal modo que la epidemia se extendió rápidamente, contagiando principalmente los adolescentes de entre 12 y 18 de otros colegios, que provocó los consiguientes cierres de varios colegios de la región de Tanganica.

Según relatan los escritos de la época, la epidemia tenía un contagio directo. Nadie se veía afectado por los ataques de risa a no ser que hubiera estado previamente en contacto con alguien que ya estuviera afectado por la epidemia. Además, los efectos no eran inmediatos, si no que aparecían tras un periodo de incubación que llevaba desde pocas horas hasta unos pocos días, hasta que de repente, los ataques de risa comenzaba sin posibilidad alguna de controlarlo, durando entre minutos y horas.

El fenómeno, duró entre 6 y 18 meses y se agravó hasta causar verdaderas complicaciones. La risa incontrolada provocaba problemas respiratorios, dolor y hasta pérdidas de conocimiento entre muchos de los afectados.

Antes de desaparecer por completo, en junio de 1964, la epidemia se extendió por 14 escuelas y afectó a un millar de personas de las aldeas que rodean el lago Victoria en Tanzania y Uganda. Como medida preventiva, las autoridades cerraron los colegios y pusieron a las aldeas en cuarentena.

Los exámenes que se hicieron a los enfermos no consiguieron encontrar rastros evidentes de ninguna infección vírica o bacteriana, aunque sí que se encontraron algunas irregularidades en el sistema nervioso. Los afectados tenían normalmente las pupilas más dilatadas de lo normal, pero siempre reaccionaban a la luz. Del mismo modo, los reflejos musculares eran más exagerados de lo normal. Lo que no se encontró fue ninguna pérdida de conciencia, o periodos psicóticos.

La epidemia no llegó a causar ninguna muerte no causó ninguna muerte, y los que se vieron afectados por ella, únicamente sufrieron los efectos a lo largo de un plazo máximo de 16 días. Pasados 18 meses desde ese 30 de Enero de 1962, la epidemia hubo desaparecido por completo, remitiendo los efectos y su contagio entre toda la población.

La explicación que a día de hoy se mantiene como la más plausible es que se tratase de un periodo de histeria colectiva similar a los sufridos en Europa entre los siglos XIV y XVIII, entre los que destaca la plaga de baile de 1518. De todos modos, esto no consigue explicar las razones por las que la epidemia comenzó en aquel colegio.

Esta "epidemia" fue descrita en 1962 por dos médicos, A.M. Rankin y P.J. Philip. Aunque éste es
un ejemplo extremo, está claro que la risa es contagiosa. Las investigaciones demuestran que, al ver reír una persona, nuestros músculos faciales reproducen inmediatamente el gesto. "La tendencia natural del hombre es la imitación de sus semejantes", revela el neurobiólogo americano Robert Provine: "el 90% de las personas que oyen a alguien reirse a carcajadas, comienzan a reir".