Dragonera, símbolo medioambiental
(Un texto de Ramón Alvarez en el Magazine del 18 de agosto
de 2019)
Su aspecto agreste y escarpado y sus reducidas dimensiones
-cuatro kilómetros de largo por apenas uno de ancho- la harían pasar por un insulso
islote en el extremo occidental de Mallorca, a escasos 700 metros de Sant Elm,
uno de los núcleos de Andratx. Sin embargo, estas características son las que
han hecho de Dragonera el mejor refugio de conquistadores, corsarios y estraperlistas y
un paraje muy deseado en años de fuerte especulación inmobiliaria. Una intensa campaña
ecologista para evitar su urbanización
y conseguir que la isla
sea hoy un parque natural la convierten
también en un símbolo de la lucha medioambiental.
Su peculiar zona de abrigo con imponentes
acantilados, las vistas sobre Mallorca que ofrece una atalaya natural de 352
metros (la colina de Na Popia) y el fuerte mistral que se encontró la flota de
Jaime I llevaron al rey cristiano a reagrupar allí su ejército y preparar el
desembarco que acabarla con el control almohade de la isla Desde entonces, y a
lo largo de los siglos, Dragonera ha sido el mejor refugio de los piratas que
asaltaban las costas o las naves catalanas y valencianas, lo que llevó a
construir ya en el siglo XVI las torres de Na Popia y Llebeig que hoy forman
parte del patrimonio balear.
La isla fue también puerta de entrada del estraperlo
a Mallorca en pleno franquismo y objeto de deseo inmobiliario por su cercanía y
vistas sobre la costa de Andratx. Una gran campaña ciudadana acabó en la compra
de la isla por parte del Consell Insular de Mallorca y su posterior declaración
como parque natural junto a los cercanos islotes de Es Pantaleu y Sa Mitjana.
Como espacio protegido, su visita requiere un
permiso que gestionan las cuatro empresas autorizadas a llevar visitantes. En la
isla se pueden realizar cuatro recorridos que parten del centro de
interpretación que se encuentra en Cala Lladó, punto de arribada, y que
permiten descubrir los tres faros que han llegado a tener la isla, la antigua
carbonera y la torre de Llebeig, además de unas vistas espectaculares sobre la
sierra de Tramontana mallorquina.
Entre su fauna destaca la omnipresente sargantana
y las aves que anidan en sus acantilados. Disfrutar de sus aguas es otra buena
opción, aunque sus calas no tienen arena y la mejor opción para el baño es Cala
Lladó.
CÓMO LLEGAR. Lo mejor es tomar uno de
los barcos que zarpan de Sant Elm y cruzar el estrecho de Es Freu, aunque
también se puede partir de Santa Ponça, Peguera y Port d'Andratx. En
embarcación de recreo sólo se puede fondear entre el islote
de Es Pantaleu y Sant Elm.
QUÉ HACER. De las rutas destacan
las que ascienden a los faros de Tramontana o Llebeig y a Na Pop
a por sus vistas. Menos
exigente es el mirador de Es Pareto.
LA PROPUESTA. El horario del parque es
de 10 a 17 horas de abril a septiembre. Tomar el primer y último barco permite
combinar rutas, baño y snorkel.
Etiquetas: Sitios donde perderse
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