Una mente maravillosa: formas de aprender
(Artículo escrito por Isabel López Sardá en el Heraldo de Aragón del 23 de agosto de 2015 con el título de “¿Y si la mente fuera maravillosa?)
Lo sentimos pero no hay fórmulas mágicas para estudiar en tiempo récord para los exámenes. Sin embargo, tenemos una mente privilegiada y el truco está en conocerse a uno mismo, saber cómo funciona la memoria y cuál es la mejor forma de estimular la atención.
Llegan los exámenes y más de un estudiante desearía haber nacido con una memoria extraordinaria capaz de almacenar todos los conceptos en un tiempo récord; sin embargo, si se aprovechan las facultades que 'vienen de serie' y se cultiva la atención «se pueden conseguir grandes resultados», como afirma el psicopedagogo aragonés Jesús Zapatero, que explica que es muy importante «invertir el tiempo necesario para conocemos y encontrar nuestra propia fórmula ideal. Probablemente será un cóctel de técnicas y estrategias diferentes, pero así aprovecharemos mejor el tiempo de estudio». ¿Tenemos realmente facultades 'de serie', con las que nacemos y podemos aprovechar? El psiquiatra Javier García Campayo explica que «existen tres tipos básicos de memoria en el ser humano, la visual, la auditiva y la kinestésica que está asociada al movimiento. La forma ideal de sacarse partido es conocer y utilizar el tipo de memoria que tenemos».
En una clase puede haber más de 30 alumnos asistiendo a una misma explicación y, sin embargo, unos recordarán lo que ponía en la pizarra y otros lo que ha dicho el profesor o qué movimientos ha hecho. «La memoria visual es la más común y fácil de detectar, quienes la tienen se acuerdan mucho mejor de los dibujos o incluso de en qué páginas de los libros estaban los contenidos, por eso lo ideal es que estudien mediante apoyos gráficos como esquemas o mapas conceptuales». Pero aunque sean las más habituales, las memorias visuales no son las únicas; los estudiantes auditivos suelen aprovechar mucho mejor las explicaciones orales que el resto de sus compañeros y ser más rápidos con los idiomas por lo que, con frecuencia, con asistir a clase y prestar atención pueden llevarse la lección aprendida: «Para este tipo de memoria lo ideal es ir a conferencias y buscar grabaciones que hablen de lo que tienen que estudiar». Otra técnica que puede serles de gran ayuda es comentar y explicar los conceptos. El tercer tipo de memoria, la kinestésica, está basada en la ejecución de movimientos y suele estar presente en personas que se dedican a actividades que requieren destreza física como los bailarines. «Más que para una forma de memorizar especifica este tipo de aprendizaje puede ser útil a la hora de decidir qué profesión ejercer, ya que puede ser de gran ayuda en profesiones que requieren recordar movimientos precisos como los cirujanos o los deportistas. Para estudiar puede ser útil caminar e incluso podría ser contraproducente estar sentados», explica.
CAMINOS NEURONALES. El aprendizaje se realiza fundamentalmente por descubrimiento y memorizando, actualmente este último procedimiento es el que tiene más peso en la educación, y cultivarlo es de ayuda a la hora de estudiar y tener éxito académico. Pese a que se memorice de maneras diferentes, el germen del aprendizaje es igual para todos; el neurólogo Javier Tejero explica que «se trata de crear interconexiones, es decir 'caminos neuronales' que nos permiten adquirir determinado conocimiento y para esto es imprescindible estar atento a dicha información o el cerebro interpreta que el contenido no es importante y no se molesta en guardarlo». Sin embargo, cualquiera que sea o haya sido estudiante sabrá que atender y concentrarse que es mantener la atención en tiempo no es tan fácil. «Encontrar una forma de motivarse es muy importante, ahora se están empezando a usar técnicas basadas en el deporte de alta competición que consisten en la relajación, el pensamiento positivo, la autoconfianza, la visualización de lo que tienes que hacer y de uno mismo habiéndolo conseguido y sobre todo conocerse a uno mismo y un ambiente idóneo», explica Zapatero y añade que una buena manera de conseguir focalizar la atención es «escribir, tomar apuntes mientras se escucha una lección o cuando se estudia, aunque luego no los usen, pero eso sirve para estar activo y que sea mucho más difícil distraerse».
Otra forma de lograr estar concentrado que ha demostrado su eficacia a la hora de retener información, según Tejero, es «asociar aquello que se tiene que aprender a recuerdos y sentimientos familiares, o con cosas chocantes y que nos llamen la atención porque es más sencillo despertar el interés del cerebro». Además, también lo importante que es gestionar bien el tiempo para optimizarlo: «hay una curva de cansancio y la atención no puede mantenerse más allá de 40-50 minutos y por eso hay que descansar entre 5 y 10 cada hora. Eso en adultos, para los jóvenes estas cifras pueden disminuir y el agotamiento puede llegar a los 20-25 minutos, por eso se descansaría 5 o así cada media hora», explica Campayo.
Palacio mental
Es una técnica muy antigua utilizada para memorizar, de tiempos en los que el papel escaseaba y la única manera de apuntar algo era en la propia cabeza. Sin embargo, los libros de mnemotecnia (aquellos que se refieren al cómo memorizar) todavía enseñan este método que, por su sugerente nombre, ha aparecido también en obras literarias y audiovisuales; sin ir más lejos, Sherlock lo utiliza, pero tiene su origen en el llamado 'método loci'. Pero, ¿en que consiste?
La técnica se basa en la memoria como asociación y
visualización entre elementos. Lo del palacio es un decir porque de lo que en
realidad se trata es de construir un lugar con diversas habitaciones que puede
ser lo que se quiera, una casa, un apartamento, o una mansión, lo importante es
conocerlo detalladamente. Cuando se memorice y se pueda rememorar el palacio el
siguiente paso es amueblarlo. Los objetos se van situando en las diversas
habitaciones, tratando de asociarlos también con estas y lo conveniente es que
no haya más de 9 ó 10 en cada habitación. Ahora llega el momento de empezar a
memorizar y hay que asociar cada uno de los elementos que se quieran recordar
con uno de los objetos de nuestra sala, de manera que, al ir rememorándolos,
acudirán a la mente por orden. Por ejemplo, si lo que se quiere recordar es la
lista de la compra, se podría meter en un 'salón mental' y asociar cada uno de
los alimentos con alguno de los objetos de la estancia. Relacionaremos galletas
con sofá imaginando una galleta sentada.
La ley de Parkinson
¿Se ha preguntado alguna vez porque estudiando solo la noche de antes de un examen, deprisa y corriendo, pudo aprobarlo y a lo mejor incluso con nota? La respuesta la tiene la ley de Parkinson, enunciada por Cyril Nothcote Parkinson en 1957, que dice que el trabajo tiende a expandirse hasta ocupar todo el tiempo que se tiene para hacerlo, por lo menos, de manera que si hay poco tiempo para hacer una tarea o estudiar 'cunde' más el rato. Sin embargo, esto no quiere decir que haya que dejarlo todo para última hora, esta ley se usa para ayudar a optimizar la forma de estudiar marcándose plazos de tiempo más cortos de lo habitual, que hacen que se aprovechen mejor.
El tiempo en Pomodoros
La ley de Pomodoro es una forma de optimizar el tiempo de trabajo y de estudio, y se llama así porque su creador, el italiano Francesco Cirillo, utilizaba un temporizador con forma de tomate. Se basa en la creencia de que se trabaja mejor intercalando periodos intensos de trabajo con descansos breves. Divide el tiempo en una unidad denominada pomodoro que equivale a 25 minutos. Tras este tiempo el estudiante se toma cinco minutos de descanso y después comienza con otro pomodoro. Cuando se han completado cuatro, hay un descanso de 15 o 20 minutos y después se empieza otro ciclo desde cero. Esta técnica es muy utilizada en trabajos que exigen un alto rendimiento mental.
Reglas mnemotécnicas
Carlos Gardel y Aníbal Troilo son dos famosos cantantes de tango, pero sus nombres también son una manera de recordar que el ADN se compone de adenina, guanina, citosina y timina, ya que la primera letra de los compuestos es la misma que la de los nombres. Se trata de una regla mnemotécnica, una forma de asociar un concepto con otro para que nuestro cerebro lo recuerde con más facilidad porque se relaciona con algo más familiar o llamativo. Además, no solo se trata de memorizar palabras; la frase 'Mi vecina tiene muchas joyas, solo una no presta' sirve para recordar el orden de los planetas porque la primera letra de las palabras es la misma que las iniciales de los planetas en orden.
La regla de Pareto y la de la larga cola
Esta norma dice que el 80% del resultado se debe al 20% de las causas, o lo que es lo mismo, que con estudiar solo un 20% de la materia podemos sabernos un 80% de las ideas que entran en el examen. El truco está en identificar correctamente cuáles son esos conceptos o tareas que son fundamentales para así optimizar el trabajo y dedicarles menos tiempo a las secundarias. Estas cifras no son exactas y pueden variar en la proporción pero el concepto es el mismo. Por otra parte, la teoría de la larga cola le da la réplica a esta y dice que, si se quiere lograr ese 20% que falta para el 100% hay que dedicarle un 80% de nuestro trabajo, por lo que la excelencia cuesta un gran plus.
Etiquetas: Cosas que hay que saber
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