Cuéntame un cuento...

...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

domingo, octubre 30

Cambio de hora: y los sueños, sueños son

(Un texto de Picos Laguna en el Heraldo de Aragón del 27 de marzo de 2016)

La idea de adelantar-retrasar los relojes para aprovechar la luz solar no es nueva. En 1784, Benjamín Franklin ya pensó en ella, con poco éxito.

Hay un pueblo en Albacete, Tobarra, que [en marzo de 2016 no cambió] la hora como el resto de Europa. A través de un bando municipal, su alcalde Pío Bernabéu ya anunció [días antes] que todo se retrasaría hasta [el siguiente] lunes, porque no estaban dispuestos a romper una antigua tradición local que consiste en tocar el tambor de manera ininterrumpida 104 horas, durante su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Nacional. Y, si cambiaran los relojes, se tocaría una hora menos. La cosa no es nueva porque se hizo lo mismo ya en 2002, 2005 y 2013 porque supondría la alteración de sus costumbres. Parecerá una tontería, pero una hora es una hora, para lo que sea, para tocar el tambor, para que la gente siga el toque tamborilero, y mientras les acompañan se paren y descanses y se tomen una caña, un café, un agua, un bocadillo. En una palabra, que consuman y den vidilla a este municipio castellano de 8.075 habitantes.

A las 2.00 de la madrugada [de ese día], todos los relojes de los países miembros de la Unión Europea se [habrían] tenido que adelantar una hora. Como siempre nos hacemos un lío, hay que recordar de nuevo que lo que ponemos en marcha es el horario de primavera que dura hasta octubre. Una hora menos de sueño, eso sí.

[…]

La idea no es nueva, ni siquiera de este siglo, porque ya en 1784, el científico estadounidense Benjamín Franklin pensó que la mejor manera de ahorrar en velas era adelantar los relojes una hora durante el verano. Pero no llegó a ponerse en práctica. En 1905 el constructor inglés William Willett concibió el horario de verano durante un paseo a caballo previo al desayuno, cuando se sorprendió pensando cuántos londinenses dormían durante la mejor parte de un día de verano. A raíz de la Primera Guerra Mundial, y también para ahorrar combustible, el káiser Guillermo II de Alemania decretó el inicio del cambio de hora el 30 de abril de 1916, que también se aplicó a sus aliados y las zonas ocupadas, siendo los primeros países europeos en emplear el horario de verano, y que también siguieron algunos países beligerantes y neutrales de Europa, aunque algunos estados, entre ellos España, no lo hicieron hasta 1918.

Durante muchos años no existió una regulación conjunta y cada país hizo lo que quiso; de hecho, en España no se cambió entre 1955 y 1973, año en el que una fuerte crisis energética llevó a los países miembros de la OPEP a imponer un embargo petrolero de importantes consecuencias económicas, y a los países a impulsar medidas de cuidado de la energía, que al mismo tiempo permitieran reducir la fuerte dependencia que se tiene de los combustibles fósiles, tales como el petróleo y el gas. Y así llegó el horario de invierno y de verano.

Los estudios indican que el ahorro en iluminación en el sector doméstico por el cambio de marzo hasta final de octubre, puede representar un 5%. Si el consumo medio de una familia española es de 3.200 kilovatio-hora (kWh.), el ahorro sería de más de 6 € por hogar y más de 60 millones de euros para el conjunto de ellos. A ello hay que añadir el ahorro del 3% (más de 6 millones de euros procedente del sector de comercio y servicios, en concepto de reducción de consumo de aire acondicionado. En total, se calcula que el ahorro energético en nuestro país se sitúa en torno a los 300 millones de €, con el consiguiente descenso en emisiones a la atmósfera.

Etiquetas: