Canibalismo en la expedición perdida de Franklin
(Un texto publicado en el ABC el 25 de agosto de 2018. Lo encontré a raíz de leer "El Terror", de Dan Simmons.)
A mediados del S. XIX, el Reino Unido envió una expedición al ártico canadiense para explorar el último tramo del Paso del Noroeste.
Como no hubo sobrevivientes, arqueólogos e historiadores se han basado en la evidencia arqueológica y el testimonio de la poblaión Inuit , con el fin de determinar lo que ocurrió durante la agonía final de la expedición.
El testimonio de los Inuit del siglo XIX provisto de John Rae, un cartógrafo, Charles Hall y Frederick Schwatka , aventureros norteamericanos, describió el hambre y el canibalismo entre los sobrevivientes de la malograda expedición. Estas afirmaciones eran muy controvertidas hasta el momento. Muchos pensaron que los actos de canibalismo fueron una necesidad trágica para la supervivencia, pero otros consideraron que era algo no probado y que el testimonio no era fiable.
Los estudios arqueológicos de los
restos óseos que se encontraron en los sitios de la
expedición desde los años 80 y 90, prestaron apoyo al testimonio
Inuit de canibalismo. Estos estudios identificaron marcas de
corte en 92 de los 304 huesos recuperados del islote en
Erebus Bay que se creen que están asociadas con la
eliminación de carne y desmembramiento. Más recientemente, 4 de
los 79 huesos recuperados del Erebus Bay en 2013 también
mostraron evidencias de corte.
Un estudio reciente de 2015 volvió a evaluar el material esquelético de stand Point y Erebus Bay recuperado en 1981 y 1982. Evaluaron la evidencia de marcas de cuchillo, además de estudiar las fracturas post mortem. La evidencia de marcas de corte o la quema puede relacionarse con el canibalismo, en general, mientras que las fracturas post mortem proporcionan evidencia para la extracción de la grasa de la médula.
La nueva evaluación se completó a través del microscopio y del barrido electrónico. Los investigadores de este último estudio informaron que los huesos muestran evidencias de haber sido quemados. Además, un fémur mostraba clara marcas de corte de cuchillo en la cara posterior, la más larga de las cuales era de 13 mm. El estudio viene a apoyar el testimonio de los informantes inuit del siglo XIX y pinta un cuadro sangriento y trágico de los últimos días de los sobrevivientes de la expedición.
Etiquetas: Pequeñas historias de la Historia, s.XIX
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