Sobre Stonehenge
En 1915, una decisión inusual e impulsiva de Cecil Chubb, un empresario inglés, cambió para siempre el destino del emblemático monumento de Stonehenge. Originalmente su esposa le encargó comprar un juego de cortinas en una subasta, pero el regreso de Chubb con el antiguo sitio megalítico de 5.000 años de antigüedad en Wiltshire, Inglaterra, conmocionó a su familia y a la nación. Con un coste de 6.000 libras esterlinas (el equivalente a más de un millón de dólares actuales), esta compra espontánea fue considerada por muchos como extravagante, sobre todo porque utilizó parte de la herencia de su esposa.
A pesar del descontento de la señora Chubb por el gasto inesperado, las motivaciones de Cecil estaban arraigadas en su profunda conexión con la región. Habiendo crecido cerca de Stonehenge, probablemente estaba decidido a proteger el sitio para que no fuera adquirido por estadounidenses ricos, que mostraban un interés cada vez mayor en los monumentos históricos británicos. Su compra fue tanto para la preservación como para un regalo personal para su esposa.
La decisión de Cecil tuvo implicaciones duraderas para el futuro de Stonehenge. Tres años más tarde, tomó la monumental decisión de donar el sitio al público británico, asegurando su preservación para las generaciones futuras. En su donación, estipuló que el precio de la entrada debería ser modesto (no más de un chelín) y que los lugareños deberían poder visitarla gratuitamente. Este acto de generosidad garantizó que el misterio y la grandeza de Stonehenge fueran accesibles para todos, transformándolo en uno de los monumentos prehistóricos más visitados del mundo.
La adquisición no planificada de Stonehenge por parte de Cecil Chubb sigue siendo una de las compras más famosas e improbables de la historia, y ejemplifica cómo la acción impulsiva de un hombre ayudó a salvaguardar un tesoro nacional para el público.
Etiquetas: Culturilla general
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