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martes, septiembre 30

Y sonó la flauta por casualidad

(La mayoría de esta información ha salido de la Wikipedia)

Una serendipia, además de una palabra que no existe en español, es un descubrimiento científico afortunado e inesperado que se ha realizado accidentalmente. Quizá sea esa connotación científica lo que la diferencia de una casualidad.

El término serendipia deriva del inglés serendipity, neologismo acuñado por Horace Walpole en 1754 a partir de un cuento persa del siglo XVIII llamado «Los tres príncipes de Serendip». En este cuento los protagonistas, unos príncipes de la isla Serendip (que era el nombre árabe de la isla de Ceilán, la actual Sri Lanka), solucionaban sus problemas a través de increíbles casualidades. Aunque en el Reino de Serendip se contaban muchas y maravillosas historias, el azar quiso que sólo llegáramos a conocer una.

Se trata de la historia de los tres príncipes de Serendip, individuos privilegiados no sólo por su noble ascendencia sino además por el don del descubrimiento fortuito. Cuenta la historia que estos tres personajes encontraban, sin buscarla, la respuesta a problemas que no se habían planteado; que, gracias a su capacidad de observación y a su sagacidad, descubrían incidentalmente la solución a dilemas impensados.

La palabra serendipia se usó mucho en sus orígenes, pero fue cayendo en desuso. Hay incluso una película reciente titulada "serendipity" (por la que yo me enteré de la existencia de esta palabra, sin ir más lejos). También se habla a veces de las pseudoserendipias, en las cuales el investigador, tras haber investigado mucho sobre algo sin obtener resultados, consigue finalmente su objetivo, pero a causa de un accidente fortuito o una revelación. No me acuerdo quien decía que, para que te pase una cosa de estas, tenía que pillarte trabajando :-). A continuación algunos ejemplos:

  • Si bien existen varias teorías acerca del origen del dulce de leche, la más popular y ampliamente difundida es que fue producto del olvido de una criada, al dejar en el fuego la leche con azucar (preparación conocida en esa época como "lechada").
    Según Umberto Eco, el mismo descubrimiento de América (la "genialidad" de Cristóbal Colón) sería una serendipia.
  • A mediados del siglo XIX, se intentó buscar un material para sustituir el marfil de las bolas de billar. En 1870, John Wesley Hyatt, un inventor de Nueva Jersey, estaba prensando una mezcla de serrín y papel con cola, porque creía que así conseguiría el nuevo material. Pero se cortó un dedo, y fue a su botiquín. Sin querer, volcó un frasco de colodión (nitrato de celulosa disuelto en éter y alcohol). Esto provocó que quedara en su estantería una capa de nitrocelulosa. Al verla, Hyatt se dio cuenta de que este compuesto uniría mejor su mezcla de serrín y papel, en lugar de la cola. De este modo se inventó el celuloide.
  • Uno de los más famosos es el de Alexander Fleming, famoso entre otras cosas por ser un guarro que te pasas. Y gracias a eso (y a una mente sagaz) descubrió la penicilina: el señor Fleming se fue de vacaciones, dejando muchas probetas y platos de Petri sin lavar en el fregadero. Estos platos contenían estafilococos (un tipo de bacterias) que Fleming estaba empleando en otras investigaciones. Al regreso, descubrió que el moho que se había formado en los platos inhibía el crecimiento de las colonias de estafilococos. Y se puso a cultivar y purificar el moho, dando origen a la penicilina. Su descubrimiento se considera el más importante avance médico del s. XX, pues dio lugar a la era de los antibióticos.
  • Otra del mismo científico. En 1922, Alexander Fleming estaba analizando un cultivo de bacterias, cuando derramó accidentalmente una lágrima sobre el plato que lo contenía. Al día siguiente descubrió que donde había caído la lágrima había un hueco, lo cual le hizo sospechar que las lágrimas pudiesen tener alguna propiedad, y de hecho consiguió extraer una enzima que eliminaba las bacterias sin dañar el tejido humano. Había descubierto sin querer la lisozima, un antibiótico que mataba bacterias, pero no a los glóbulos blancos (que es lo que hacía el fenol usado hasta esa época).
  • Friedrich Kekulé, químico, llevaba mucho tiempo intentando encontrar la huidiza estructura de la molécula de benceno. Simplemente, no se conocía una estructura de seis carbonos que tuviera las propiedades químicas que exhibía. Según cuenta él mismo en sus memorias, una tarde, mientras volvía a casa en autobús, se quedó dormido. Comenzó a soñar con átomos que danzaban y chocaban entre ellos. Varios átomos se unieron, formando una serpiente que hacía eses. De repente, la serpiente se mordió la cola y Kekulé despertó. A nadie se le había ocurrido hasta ese momento que pudiera tratarse de un compuesto cíclico.
  • Las famosísimas notas Post-it surgieron tras un olvido de un operario, que no añadió un componente de un pegamento en la fábrica de 3M. Toda la partida de pegamento se apartó y guardó, pues era demasiado valioso como para tiralo aunque apenas tenía poder adhesivo. Más tarde, Art Fry, uno de los ingenieros de la empresa y un hombre devoto de la Iglesia Presbiteriana del Norte, harto de señalar las canciones con papelitos en su libro de salmos y perder las señales a cada momento, recordó la vieja partida de pegamento malogrado. Con él confeccionó las primeras de estas notas de quita y pon. estaba harto de meter papelitos en su libro de salmos para marcar las canciones cuando iba a la iglesia. Los papelitos no hacían más que caerse. Pensó que sería ideal tener hojas con un poco de pegamento que no fuera demasiado fuerte y que resistiera ser pegado y despegado muchas veces. La vieja partida de pegamento malogrado acudió a su mente. Habían nacido las notas Post-it.
  • Niels Bohr llevaba mucho tiempo trabajando en la configuración del átomo. Tuvo un sueño en el cual vio un posible modelo de dicha configuración, y al despertar, lo dibujó en un papel, sin darle mucha importancia. Poco tiempo después, volvió a ese papel y se dio cuenta de que realmente había hallado la estructura del átomo. Más que casualidad, para mi esto es fruto del trabajo previo.
  • El Principio de Arquímedes fue descubierto al introducirse en una bañera y observar cómo su cuerpo desplazaba una masa de agua equivalente al volumen sumergido; gritando entonces la famosa palabra: ¡eureka! Cuenta la leyenda que lo concibió mientras se bañaba, al apreciar que su cuerpo iba pesando menos a medida que se sumergía y hacía rebosar el agua del baño. Tan grande fue su entusiasmo al darse cuenta de que el volumen de agua desplazado era el mismo que el de su cuerpo sumergido que salió corriendo desnudo de los baños gritando "Eureka" (Lo encontré).
  • El Dr Albert Hofmann descubrió accidentalmente una de las drogas alucinógenas mas poderosas, el LSD (ácido lisérgico-25). Estaba en su laboratorio experimentando con líquidos quimicos y sin querer se le derramó el LSD en la mano introduciéndose por los poros. Tomó su bicicleta y de regeso a casa veía como el sol y la luna se ponían al mismo tiempo, y cómo dragones lo rebasaban en las calles.
  • Politetrafluoretileno (O mas conocido por su nombre comercial Teflón ®). Fue en 1938, mientras el Dr Roy J. Plunkett trabajaba en el desarrollo de sustancias refrigerantes y debido a un mal funcionamiento durante sus experimentos realizó el hallazgo.
    Jonathan Swift describió con detalle dos supuestos satélites naturales de Marte en su libro Los viajes de Gulliver, de 1726, a las cuales llamó "Miedo" y "Terror". No se conocía por entonces que Marte tuviese satélite alguno. Según su relato, estas lunas eran irregulares y tenían unas dimensiones y unas velocidades orbitales muy aproximadas a las que se descubrirían... en 1877, 151 años después. Además, fueron bautizadas como Fobos y Deimos, los equivalentes en griego de los nombres de Swift.
  • En Las aventuras de Arthur Gordon Pym, escrito por Edgar Allan Poe en 1850, se cuenta la historia de un naufragio cerca de las islas Malvinas del cual quedan cuatro supervivientes en una balsa. Acuciados por el hambre, sortean entre ellos a quién van a matar para comérselo, y pierde un grumete llamado Richard Parker. En 1884, una goleta británica naufragó cerca de las islas Sandwich. Quedaron cuatro supervivientes, y echaron a suertes a quién debían matar para comérselo y sobrevivir. La suerte decidió que el desafortunado fuera un grumete llamado Richard Parker. En este caso la realidad pareció querer imitar a la ficción.
  • En el libro Futilithy, se narra como un barco llamado Titan naufraga. Dicho libro fue escrito en 1898, 14 años antes del naufragio del Titanic, y las coincidencias son asombrosas. De entrada, el nombre de ambos barcos, el hecho de hundirse ambos en su viaje inaugural. Sus dimensiones similiares (75000 toneladas y 66000, 243 m de eslora y 268) o el apellido del capitán en ambos casos (Smith).
  • El salto de la pata de rana:
    “Había diseccionado y preparado una rana del modo habitual y mientras atendía otro asunto la dejé extendida en una mesa sobre la que había una máquina eléctrica pero a una considerable distancia de la misma. Cuando una de las personas presentes tocó ligeramente por accidente los nervios de la rana con la punta de un escalpelo, todos los músculos de sus patas se contrajeron una y otra vez, como afectados por intensos calambres”
    Así describía Galvani su primera observación absolutamente accidental de lo que el llamaba "electricidad animal". En lugar de olvidar el incidente no paró hasta reproducirlo. Los experimentos de Galvani ayudaron a establecer las bases del estudio biológico de la neurofisiología y la neurología. El cambio de paradigma en este campo fue radical: los nervios no eran canales con fluidos como la mente de Descartes había concebido tiempo atrás, sino conductores eléctricos. La información dentro del sistema nervioso se transportaba mediante la electricidad generada directamente por el tejido orgánico.
  • La primera pila eléctrica fue diseñada Alessandro Volta en 1800 a raíz de las observaciones serendípicas de Galvani, demostrando que la génesis de la electricidad se debía a la conexión de dos metales dispares a través de una disolución electrolítica.
  • Otra famosa serendipia le ocurrió a Charles Goodyear, inventor del caucho para neumáticos. El caucho en origen se volvía quebradizo con el frío y viscoso con el calor, haciendo imposible su uso en los neumáticos, pero Goodyear estaba convencido de que podía modificarlo para hacerlo más resistente a los cambios de temperatura. Con tanto afán y tan poco éxito se dedicó a sus investigaciones que su mujer terminó prohibiéndole que investigara más sobre el caucho, por el bien de la economía familiar y la salud mental de Charles. Pero él siguió investigando, a escondidas. Era un cauchópata. Un día que estaba en casa experimentando con caucho y compuestos de azufre, apareció su mujer antes de lo previsto. Goodyear escondió rápidamente su muestra en el primer sitio que encontró, el horno encendido. Cuando pudo sacarlo, descubrió que la cocción había endurecido el caucho hasta hacerlo útil para su uso en neumáticos. Pero al pobre Goodyear no le empezaron a ir bien las cosas. Su patente no fue respetada por nadie, todos le copiaron el método y él no pudo sacar beneficios de su descubrimiento.

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