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lunes, enero 5

Mirando hacia atrás

(Un artículo de Carlos Salas en el suplemento económico de El Mundo el pasado 28 de diciembre... Y es que a veces las cosas se nos olvidan)

Si ustedes siguen pensando que esta es la mayor crisis que ha vivido este país en los últimos 40 años, les invito a hacer una visita guiada al pabellón español de la Gran Feria de la Economía.Por favor siéntense en sus vagonetas y déjense llevar. Experimentarán sorprendentes sensaciones con los dioramas y los espectáculos que hemos preparado para ustedes.

Se abren las puertas automáticas y entramos en una cúpula oscura.A la derecha se encienden unas luces y aparece una fábrica. Por el altavoz, se escucha lo siguiente: «Según las estadísticas del INE, en 1974 había en nuestro país trece millones de personas ocupadas. Ocho años después habían bajado a once millones. Se habían perdido dos millones de puestos de trabajo debido al impacto de dos crisis del petróleo en esa década, en las que el barril pasó de tres a 12 dólares, y luego a 35».

Ahora se ilumina una salita a la izquierda y vemos un montón de gente haciendo cola. Están tristes: «En esos mismos años, el desempleo pasó de 434.000 personas a más de dos millones, lo que significa multiplicarse por cinco». Se apagan las luces de la sala del desempleo y el vagón se detiene ante una cuesta. Al mismo tiempo, aparece a nuestra izquierda una flecha que indica el índice de precios al consumo. Se van iluminando los años a medida que ascendemos por la cremallera.La voz en off lo explica: «Si tomamos el año 1976 como base cien, vemos que los precios subieron cada año de manera formidable como lo está haciendo este vagón: en 1977, ya era 124; en 1978, la base subió a 149; en 1979, a 172; en 1980, a 199; y en 1981, a 228. Eso quiere decir una inflación de más del 100% en cinco años».

El vagón llega a la cima, y se deja caer. Atraviesa varias curvas, tiembla y se escuchan por los altavoces gritos de protesta. Entonces se encienden, una tras otra, una serie de pantallas donde se ven manifestaciones obreras, bombas lacrimógenas, policías con casco y a caballo. «Ante la imparable subida de los precios, los trabajadores perdieron no sólo su trabajo, sino el poder adquisitivo. Se iniciaron violentas manifestaciones en toda España para exigir aumentos salariales.Algunas fueron tan extremadamente violentas que determinaron el cierre de muchas empresas. Un técnico no titulado de un taller de artes gráficas ganaba 219 pesetas por hora en 1976. Tres años después, debido a la inflación, había subido a 410 pesetas. Y en 1981, ya se acercaban a las 600 pesetas, más del doble en cinco años. Al no poder afrontar los costes, muchos empresarios cerraron sus fábricas, mientras que otros sacaron enormes sumas de dinero a Suiza, temiendo que se acercaba el fin de todo un país.

En los dioramas surgen una rápida sucesión de diapositivas. En una se ven empresas que echan el cierre. En otras, clausura de astilleros. «La construcción naval casi desapareció en cinco años pues en 1975 se fabricaron 225 barcos de más de 100 toneladas, y en 1980, sólo 86».
Entonces entramos en una sala donde se ven escenas políticas hardcore. Empieza con la muerte de Franco, le sigue la aprobación de partidos políticos, las elecciones generales de 1977, el referéndum de la Constitución de 1978, y termina con el intento de golpe de Estado del coronel Tejero. «Como reflejo de la falta de confianza, en 1975 el consumo privado sólo subió un 2,3, la mitad que el año anterior. Se recuperó al doble al año siguiente pero luego se mantuvo casi en estado catatónico durante muchos años. En 1979, sólo creció un 0,2%. Lo peor vino en 1981, cuando se retrajo un 0,5%, la peor cifra en muchos años, lo cual coincide con el intento de golpe de Estado de Tejero».

El vagón se detiene unos segundos y todo se apaga. La música es tenebrosa. Produce estremecimientos. La voz dice: «Pero lo peor de todo fue el terror».

El vagón arranca con un golpe inesperado y surgen a derecha e izquierda explosiones, humo, gritos y sirenas. De repente se enciende todo el túnel y aparecen imágenes espeluznantes. Son cuerpos desmembrados cubiertos de harapos humeantes. Frente al vagón se enciende un panel donde se van elevando unas barras siniestras de colores. «Aquellos años coincidieron con las mayores carnicerías de ETA, Grapo, y otros grupos terroristas. En 1975 murieron asesinadas 25 personas. El 1978 subieron a 85. En 1979 a 117 y en 1980 alcanzó su mayor cota, al llegar a las 119 personas asesinadas, lo cual representa un asesinato terrorista cada tres días. Junto al desempleo, era la mayor causa de la crisis social y del miedo».

Y ahora, el vagón entra en una sala amplia, con techos artesonados y un reloj en el medio. Estamos en la Bolsa de Madrid, donde un montón de operadores y barandilleros profesionales cruzan sus apuestas del día. «La Bolsa de Madrid sufrió uno de los mayores descalabros de su historia», dice la voz. «Si tomamos como base diciembre de 1975, fue cayendo hasta que dos años después cerró a 67. No recuperó los valores hasta 1980, pero volvió a bajar y en 1982 estaba a los mismos valores que 1976».

Ahora el vagón penetra en una oficina bancaria. Se ven personas tirándose de los pelos cuando el empleado les revela el coste de sus créditos.» Los tipos de interés comerciales entre 1977 y 1980 llegaron al 10%, cuatro veces más que ahora, y siguieron subiendo en los años siguientes hasta alcanzar el 18%».

Estamos en el tramo final. El vagón cruza por un túnel en cuyas paredes se proyectan imágenes de manifestaciones de trabajadores de todos los sectores industriales y de protestas universitarias.«En suma, no se trató de uno, dos o tres años de penuria. Fueron casi 10. Se estima que el coste de la transición fue de un billón de pesetas».
Sale el vagón del pabellón, bajan los espectadores y, tras comparar esos años con los tiempos presentes, muchos comentan: «La verdad, aquello sí fue crisis».

(Un cartel junto a la salida indica lo siguiente: «Esta presentación habría sido imposible sin las series históricas del INE www.ine.es).

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