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viernes, julio 10

Diálogos para besugos IX

Mortadelo (segunda época) 196. Editorial Bruguera, 1984

(Transcrito por Pablo en el Foro de la TIA, 21/4/2004)

-Buenos días.
-Buenas tardes.
-¿Tienen ustedes sorpresas?
-Sí. ¿Quiere una?
-Sí.
-¡No tenemos sorpresas!
-¡Qué sorpresa! ¿Tiene más?
-Aquí sólo tenemos menos.
-¿Y cómo andan ustedes de por?
-No andamos de por, andamos de cabeza.
-Qué incomodidad, ¿no? Deben de tener la cabeza plana...
-Usamos turbante. ¿Usted, no?
-No, no. Yo sólo me turbo cuando hablo en público.
-Yo cuando hablo en público me quito el turbante. Me da un no se qué hablar cubierto...
-¿Y sale al exterior para hablar descubierto?
-Me quito el turbante...
-Yo me quito la chaqueta.
-¿Para hablar en público?
-Cuando hace calor.
-Ya. ¿Y cuando hace calor no usa turbante si habla en público?
-No, yo jamás he hablado en público...
-¿Les habla de uno en uno? ¡Madre mía! No llegará nunca a presidente.
-¿Hay que llegar a presidente? ¿Es obligatorio?
-Lo único obligatorio es Hacienda.
-¿Qué hacienda?
-No, qué hacienda, no; Hacienda.
-Esto sí que es una sorpresa.
-Pues ya verá cuando aumenten los impuestos...
-Que aumenten los impuestos nunca será una sorpresa... Los aumentan cada año...
-¡Es verdad! Sorpresa sería si los rebajaran.
-La peseta es la única que rebaja las cosas.
-¡Está de un flaquísimo, pobre peseta!
-Está a régimen.
-Hay regímenes fatales para la salud.
-Mi tía.
-¿Su tía es un régimen?
-Mi tía era gorda por parte de carnes y empezó un régimen.
-¿Cómo el de la peseta?
-Sí. Y está fatal, oiga. Anémica perdida.
-Encima de estar mal, está perdida. ¿Y dónde la perdió?
-¿La peseta?
-Su tía la gorda.
-No se ha perdido. Está en su casa... Perdió la salud.
-¡Qué descuidada! Mi tía lo único que pierde son las lentillas. Estamos todo el día descalzos caminando sin pisar, por no pisar la lentilla.
-¿Y por qué no se pone gafas?
-¿Por qué ha de ponerse gafas si ya ve bien con lentillas? ¿Usted usa gafas y lentillas a la vez?
-Las lentillas estofadas me las como...
-Pues no sabe usted lo ricas que están las gafas aliñadas con pimientos y puerros.
-No me gustan los puerros.
-¿Le gustan los muermos?
-Me gustan las sorpresas.
-Pues tengo una. Usted y yo no estamos aquí.
-Pues, ¿dónde estamos?
-Estamos en Buenos días.
-Buenas tardes.

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