Sobre el cinturón de seguridad
(Uno de esos pequeños grandes inventos con los que convivimos todos los días sin preguntarnos de dónde han salido. Un artículo de C. Siles en El Mundo del 13 de agosto.)
Volvo estaba tan seguro de su potencial, que decidió patentarlo en 1959 y lo dispuso para el resto de marcas que, desde entonces y hasta el día de hoy, lo han aplicado. La generalización del cinturón de tres puntos, el habitual en todos los automóviles del mercado, sigue siendo la medida
de seguridad estrella en carretera.
Desde el año 1963, Volvo incluyó este cinturón de seguridad de manera estándar en todos sus vehículos. Hoy día es algo obligado por ley para todos los vehículos y los conductores no aprecian la importancia de éste. Como dice Peter Rask, director de Volvo en Reino Unido, es fácil olvidar el potencial del cinturón para salvar vidas dada la normalidad que supone para los conductores desde hace años el hecho de ponerselo nada más subir a su automóvil.
Si nos trasladamos a en torno a 1920, conducir era algo realmente arriesgado. El número de automóviles crecía de manera exponencial, al igual que la velocidad que alcanzaban en las carreteras. El único debate al respecto era sobre la importancia de iluminar las vías de circulación.
Sin embargo, el cinturón de seguridad en el mundo de la aviación estaba completamente generalizado desde sus comienzos, dado, principalmente, a la obvia posibilidad de caer por la ventanilla en alguna maniobra. Si hablamos del clásico cinturón de seguridad, no de la patente de tres puntos de Volvo, nos debemos remontar a principios del S. XX.
Los accidentes de tráfico en esta época eran muy graves. Los mismos médicos fueron quienes comenzaron a instalar dispositivos de este tipo en sus propios coches, concienciados al atender a los pacientes que llegaban con fuertes secuelas físicas tras los accidentes de circulación. Fueron ellos, ya en 1930, mediante una serie de artículos en algunos medios americanos, quienes primero hicieron presión y alzaron la voz para que el cinturón de seguridad se instalara en los automóviles de manera generalizada. Pero no se les prestó atención.
En el año 1949, después de la guerra, el fabricante de automóviles América Nash lo intentó sin éxito. Ofreció a los clientes cinturones abdominales instalados de fábrica pero el interés fue tan pequeño que se abandonó el proceso en menos de un año. La insistencia prosiguió, tanto de mano de las organizaciones de médicos como de las casas de automóviles. Así, en 1955, Ford y Chrysler ofrecieron de manera opcional los cinturones clásicos de dos puntos para sus modelos de 1956. A ellos se sumarían algo más tarde General Motors y American Motors, pero los compradores mostraban un interés mínimo por esta medida de seguridad.
En 1958, Volvo recluta a Nils Bohlin. Se trata de un ingeniero, artífice del diseño del asiento catapulta para los aviones de combate Lomas Draken J35 en el año 1955. Fue designado por la marca de automóviles como su primer ingeniero de seguridad, algo por lo que Volvo llevaba un
tiempo apostando con Gunnar Engellau, presidente de la compañía, a la cabeza.
Por estos años, los cinturones de dos puntos en diagonal estaban ya disponibles, pero su nivel de seguridad en caso de accidente no era del todo satisfactorio. Nils Bohlin basó su programa de desarrollo en la necesidad de una correa que se adaptara a la fisionomía del conductor. Esto le condujo a la instalación de los tres puntos del cinturón de seguridad que se instalaría entonces en los coches de la marca Volvo y que más tarde se generalizarían en los vehículos de todo el mundo como el cinturón idóneo para el automóvil.
En realidad, los cinturones de tres puntos estaban ya diseñados para los pilotos de aviones en 1952, donde la diagonal se anclaba casi directamente detrás de la cabina y se juntaba con la falda del cinturón en el abdomen, lo que provocaba lesiones esa esa zona debido a la hebilla de anclaje.
Dado esto, en el año 1959, Volvo encontró una efectiva solución a este problema y con ella la posterior solicitud de patente para Nils Bohlin con el nuevo diseño del cinturón de tres puntos. Son cuatro las propiedades que se deben destacar de este sistema de seguridad: 1) El sistema consistía en un cinturón de regazo y una diagonal, 2) las correas anclaban a ambos lados del asiento, 3) la geometría del cinturón formaban una 'V' con la punta dirigida hacia el suelo y 4) la banda se quedaba en la misma posición, inmóvil, al impactar el vehículo.
El nuevo cinturón se puso en marcha con el Volvo Amazon (120). Fue la primera casa automovilística que los incluyó de serie. Los clientes se resistían aún a utilizarlo dado, sobre todo, a lo aparentemente aparatoso del sistema. Una sociedad escéptica ante uno de los más importantes avances en seguridad de la historia del automovilismo.
El piloto sueco Aspholm se ofreció a participar en una prueba de simulación de impactos de baja velocidad. Tanto Volvo como Aspholm pudieron demostrar la importancia de la utilización del cinturón de seguridad. Gracias a esto, un gran número de personas asumió la importancia de esta medida de seguridad. Tras diversas pruebas de impacto con diversos modelos de cinturón, Volvo presentó el cinturón de tres puntos en el mercado estadounidense. Pero no fue hasta una
conferencia en 1967, en la que Nils Bohlin y Bertil Aldman, médico y jefe de pruebas y homologación, dieron una charla sobre los beneficios de la seguridad, cuando los estadounidenses se convencieron de la utilidad del invento de Volvo. "El informe de los 28.000 accidentes" con
el que avalaron su charla, demostraba que el cinturón de seguridad salvaría vidas y reduciría las lesiones en un 50 o 60%.
Según RACE, el 40% de los fallecidos en accidente de tráfico en zona urbana no llevaba el cinturón de seguridad. El 20% de los muertos en accidente de tráfico fallecen en entorno urbano. Se trata de trayectos de baja velocidad y habitualmente cortos. La falsa sensación de seguridad provoca un menor uso del cinturón de seguridad y, consecuentemente, las cifras se disparan.
El año pasado fallecieron en carretera 1.363 personas y al menos 304 no utilizaba el cinturón, según datos de la Dirección General de Tráfico. Cuando hablamos de niños fallecidos, uno de cada cuatro no llevaba puesto el cinturón de seguridad.
Etiquetas: Culturilla general
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