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miércoles, agosto 25

Raymond Carver; vidas rotas

(Un artículo de Manuel Hidalgo en El Mundo del 2 de julio)

Las dos mujeres oficiales de Raymond Carver han escrito sendos libros sobre su convivencia con el escritor. Maryann Burk Carver, la primera esposa, publicó Así fueron las cosas (Circe), su testimonio de más de 20 años de matrimonio, del que nacieron dos hijos, Christie y Vance. La poetisa Tess Gallagher, que vivió con Carver los últimos nueve años, escribió Carver y yo, publicado por Bartleby, el mismo sello que editó El puente que cruza la luna, el primer poemario de Gallagher después de la muerte del narrador, ensayista y poeta norteamericano.

Se puede llegar a conocer bien a Carver, cuya figura y literatura han suscitado enorme interés, entre otras razones por su ingrediente trágico. Hay también libros de conversaciones con él, estudios y biografías. En Youtube se puede ver, prácticamente al completo, el documental británico Dreams are what we wake from, de Daisy Goodwin, y en http://www.carversite.com/ se puede ver y escuchar a Carver en fragmentos de otro documental, To write and sep kind: a portrait to Raymond Carver, de Jean Walkinshaw. Y todo ello a la espera de confirmar si su hijo Vance ha terminado de escribir un libro que anunció y en el que deseaba reivindicar la vida familiar junto a su padre y negar que sólo hubiera oscuridad en los largos años de convivencia con su madre, pese a reconocer que muchos de los desoladores cuentos de Carver nacen de su experiencia común.

Maryann y Raymond se casaron cuando ella tenía 17 años -él, dos más- y todavía eran estudiantes. Los niños vinieron seguidos, inmediatamente. No había dinero. El padre de Raymond era alcohólico y obrero en un aserradero. La madre, camarera. Maryann y Raymond trabajaron en cualquier cosa para sacar adelante a sus hijos, sufriendo graves quebrantos antes de irse estabilizando. Él, como profesor, editor, y obviamente escritor que iba recibiendo premios en metálico y pagos por sus cada vez más celebrados cuentos y libros.

Pero eso tardó tanto en llegar, y hasta vivieron una experiencia desazonante en Jerusalén, como emigrantes, a finales de los 60, con los niños muy pequeños. Ella logró establecerse como profesora. Pero fue un calvario que duró casi dos décadas y que terminó cuando la relación entre Maryann y Raymond estaba a punto de acabar también. Por el alcoholismo y por las infidelidades de él. Maryann cuenta en su libro que, antes de Tess, hubo otras mujeres en la vida de Raymond.

Carver se inició en la escritura, que le llevaría a convertirse en maestro del cuento contemporáneo-bajo la etiqueta del "realismo sucio" y del "minimalismo", definición esta última que no le agradaba-, a partir de las clases de un taller de escritura impartido por el profesor y escritor John Gardner en 1959. Luego, el propio Carver daría clases de escritura. De Gardner -muerto en un accidente de moto a los 49 años, la misma edad a la que murió Carver- se siguen utilizando con profusión sus libros de aprendizaje El arte de la ficción y Para ser novelista -muy recomendables-, editados en castellano y accesibles.


Carver ya tenía una sólida reputación como cuentista cuando pegó el estirón definitivo con ¿Quieres hacer el favor de callarte, por favor? (1976), editado con la ayuda del mismo Gordon Lish que, cuatro años más tarde, estaría detrás -¡y cómo!- del campanazo definitivo. De qué hablamos cuando hablamos de amor, que junto a Catedral (1983) y la póstuma antología Short stories. Vidas cruzadas (1993) -llevada al cine por Robert Altman con gran acierto- son las obras más difundidas de Carver.


Pero el escritor, según cuenta Maryann, había comenzado a beber en abundancia en 1972, coincidiendo con unas jornadas de pesca con amigos y, sobre todo, con un lío de faldas con una editora. En 1974 vivía para beber. Entre 1976 -pleno éxito- y 1977 fue hospitalizado cuatro veces al borde de la muerte. Los médicos le dijeron "O lo dejas o te mueres". Carver dejó de beber en junio de 1977, dejó de escribir un año y, después, según confesión propia, su escritura -tantas veces relacionada con el alcohol, en fondo y forma- cambió.


Carver conoció a la poetisa Tess Gallagher en 1978. Su matrimonio se fue al garete, pero no se divorció de Maryann hasta 1982. Carver y Gallagher vivieron y trabajaron juntos, pero no se casaron hasta 1988. Dos meses después de la boda, Raymond Carver -gran fumador- murió de cáncer de pulmón tras 11 años sin beber. Carver supo que tenía cáncer cuando acababa de escribir Tres rosas amarillas, un cuento en el que recrea detalladamente -como él solía- la muerte de Anton Chéjov, con quien tantas veces se le ha comparado.

La editorial Anagrama publica ahora Principiantes, que es la versión original de De qué hablamos cuando hablamos de amor, libro del que Gordon Lish suprimió el 50% del texto y en el que cambió el final de 10 de los 17 cuentos que lo componen.

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