(Un texto de Raquel Vega Blanco leido en la revista Mujer de Hoy del 25 de julio de 2015)
La nutrición está en constante evolución. Por eso, no solo se permite
el consumo de alimentos que eran considerados prohibidos, sino que los
estudios científicos avalan sus virtudes y beneficios. Comer carne de
cerdo, tomar huevos, beber café o
premiarse con una onza de chocolate negro son acciones que ya pueden formar parte de tu dieta sin remordimientos. Eso sí,
en su justa medida. Es importante saber qué cantidad debemos incluir en nuestro plan alimenticio para sacarles el máximo provecho.
Carne de cerdo
Ha estado mal vista durante años debido a su elevado contenido en
grasa. Pero ahora consideramos que es una carne apreciable
nutritivamente, subraya Alfredo Martínez, catedrático en Nutrición de la
Universidad de Navarra. Además, aproximadamente el 70% de su grasa es
superficial y/o localizada, por lo que se puede retirar con facilidad y
disfrutar así de piezas magras.
Este alimento es interesante porque tiene una buena disposición de
aminoácidos esenciales. Además, nuestro organismo absorbe con facilidad
el hierro que nos aporta.
Además, en la carne de cerdo se aprecia un menor contenido de grasas
saturadas y una cantidad mayor de las consideradas saludables
(poliinsaturadas y monoinsaturadas) que ayudan a regular los niveles de
colesterol.
La carne de cerdo destaca por su alto contenido en ácido oleico, un
ácido graso muy apreciado y también presente en el aceite de oliva.
Además, contiene un alto porcentaje proteico y su proteína es de muy
buena calidad y de fácil asimilación. También posee micronutrientes
entre los que destacan el
hierro, el fósforo, el magnesio y el potasio, además de vitaminas como la B1, B2 y B12. La B1 es especialmente alta en este alimento, si lo comparamos con otras carnes.
Esta vitamina participa en el metabolismo transformando los nutrientes que ingerimos en energía y
vela por la salud de nuestro sistema nervioso.
Además, los cortes magros son especialmente interesantes durante el
embarazo porque una sola ración cubre casi el 100 % de las necesidades
en tiamina y vitamina B12.
- ¿Qué cantidad debemos tomar?
Consumir carne de cerdo una o dos veces por semana, dentro del
contexto de la dieta equilibrada, es saludable ya que permite alcanzar
los niveles de macro y micronutrientes necesarios para el correcto
funcionamiento del organismo
sin alterar parámetros como el colesterol o los triglicéridos.
Si vas a comer
jamón, escoge uno bueno.
¿Por qué? La respuesta está a la vista. El jamón de bellota a
temperatura ambiente suda y vemos que su grasa es más líquida de lo
habitual. Eso es así porque posee menos grasa saturada que el jamón de
peor calidad, cuya grasa permanece sólida a temperatura ambiente porque
es saturada... y por lo tanto aumenta el nivel de colesterol.
Huevos
Siempre se les ha acusado de tener un porcentaje de colesterol
demasiado elevado; sin embargo, los estudios apuntan a que el colesterol
de los alimentos no nos influye tanto como pensábamos. ''De hecho, el
propio huevo lleva una sustancia llamada lecitina que
impide la formación del ateroma de colesterol,
lo cual supone una ventaja con respecto a la ingesta de otros alimentos
ricos en colesterol pero que no contienen esta sustancia'', enfatiza la
nutricionista Cynthia Rodríguez.
El huevo posee colina, una proteína de altísima calidad, y mucho
sodio, potasio, fósforo y vitamina A. Según la Universidad de Michigan
(EE.UU.):
Las yemas contienen vitaminas A, D, E y K,
así como luteína y zeaxantina, que reducen el riesgo de degeneración
macular y de enfermedad cardiaca relacionada con la edad. Eso sí, si
sufrimos algún trastorno que haga que nuestro cuerpo fabrique mucho
colesterol (como hipercolesterolemia familiar), los excesos de consumo
de huevo se traducirán en cálculos biliares y problemas
cardiovasculares.
- ¿Qué cantidad podemos tomar?
Si nuestra dieta es variada y equilibrada, y hacemos ejercicio físico de forma regular, podemos
tomar hasta un huevo diario sin
riesgo de afectar negativamente a nuestra salud. La recomendación
general está entre tres y seis huevos a la semana, siempre que
restrinjamos por otro lado la ingesta de alimentos ricos en grasas
saturadas que también consiguen aumentar el colesterol en sangre como
son las carnes grasas, los lácteos enteros y los alimentos procesados.
Las personas con diabetes o el colesterol alto también deben contar
el número de huevos que consumen a la semana. En estos casos, además de
moderar las raciones de huevos, hay que
tomarlos junto a alimentos que sean ricos en fibra. Una opción sencilla es tomarlos junto con arroz o pan integral, recomienda el catedrático de la Universidad de Navarra.
Chocolate
A pesar de su mala fama, si se consume en dosis razonables el
chocolate no tiene por qué engordar. Es la conclusión de una
investigación llevada a cabo por expertos de la Universidad de Granada
dentro de un gran estudio europeo para
combatir la obesidad entre los jóvenes,
que arrojó un resultado sorprendente: los adolescentes que más
chocolate consumían tenían una menor cantidad de grasa acumulada en su
cuerpo.
El chocolate no solo
está riquísimo, sino que
aporta sustancias beneficiosas como los flavonoides, los carotenos y los
taninos, todos ellos con capacidad antioxidante. Otras sustancias muy
apreciadas del cacao son los ácidos cafeico y ferúlico.
''El cacao, que es la base del chocolate, posee muchos polifenoles con un
poder antioxidante
notable y por ello puede ayudar a regular enfermedades como la
hipertensión arterial o el colesterol elevado; aunque, claro, siempre
que se consuma en cantidades moderadas, porque ningún alimento posee un
efecto milagroso sobre nuestra salud.
Así pues, en conclusión, consumido de forma razonable, el chocolate puede ayudar a un
envejecimiento más saludable,
explica Alfredo Martínez. También aporta otros micronutrientes más
conocidos, como el potasio (que evita la retención de líquidos) y el
fósforo (bueno para los huesos).
- ¿Qué cantidad podemos tomar?
''Consumido dentro de una dieta equilibrada, y siempre que se elija
chocolate negro, tomar una onza al día es recomendable'', concluye el
catedrático de la Universidad de Navarra. Nunca debemos excedernos en su
consumo, ya que es un alimento calórico que posee sustancias que actúan
como excitantes (feniletilamina, cafeína y teobromina),
capaces de provocar insomnio y gastritis si tomamos demasiado.
El chocolate tal y como lo conocemos es un producto procesado. El
cacao en su estado natural presenta una larga lista de antioxidantes y
sustancias beneficiosas, pero es tan amargo que no se puede consumir tal
cual, por lo que la industria lo mezcla con enormes cantidades de
azúcar, harinas o leche. Un flaco favor para nuestra salud. Por eso,
desecha las opciones más edulcoradas, porque cuanto mayor sea la pureza del chocolate, mayor cantidad de antioxidantes estarás consumiendo.
Café
¿Eres incapaz de empezar el día sin tomarte una buena taza de
aromático café? Pues bien, más del 90% de lo que ingieres cada mañana,
en realidad, es agua. Por este motivo, los micronutrientes que aparecen
en tu taza matutina son escasos. Dicho esto, los tres componentes más
activos de esta bebida son el ácido clorogénico, la cafeína y los
taninos, a los que se les atribuyen beneficios para la salud.
Tomar café (incluso descafeinado)
disminuye el riesgo relativo de padecer
diabetes
o, al menos, eso afirma un estudio de la Universidad de Harvard
(EE.UU.) en el que se comparó a la población que ingería esta bebida con
la que ni la probaba. Otro de sus beneficios es que ralentiza el
envejecimiento celular y la aparición de cataratas.
Científicos de la Universidad Cornell (EE.UU.) responsabilizaron a su
ácido clorogénico de esta capacidad para prevenir el deterioro de la
vista, incluso de la ceguera causada por la degeneración macular o el
glaucoma. Por si fuera poco, gracias a la cafeína, el café ayuda a
prevenir la obesidad.
Esta sustancia moviliza los depósitos de grasa de las células,
liberándola a la sangre en forma de triglicéridos que pasan al músculo
donde se queman con la actividad muscular. En deportistas, este proceso
ayuda a retrasar la fatiga.
- ¿Qué cantidad podemos tomar?
Para los bebedores de café -especifica el nutricionista- podemos
marcar el límite en dos tazas al día, aunque cada persona debe chequear
si tolera ese tope. A la hora de incrementar la dosis, hay que tener en
cuenta que la cafeína tarda entre cinco y 10 horas en metabolizarse, por
lo que se recomienda
ingerir la última dosis al mediodía. Lo mejor, además, es consumir distintas variedades (de Colombia, de Brasil...) para disfrutar de diferentes componentes.
Si padeces insomnio, abstente de esta bebida. ''El
organismo de algunas personas es muy sensible a la cafeína y hace que su
efecto perdure, impidiéndoles dormir. Otras, en cambio, la metabolizan
muy rápido y prácticamente no sienten sus efectos'', explica el
catedrático en Nutrición. Por otra parte, el café puede ayudarnos a
mantenernos más despejados ''aunque este efecto de la cafeína sobre
nuestro sistema simpático tampoco se observa por igual en todo el
mundo'', concluye el experto.
Etiquetas: Pensando en la salud
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home