¿Es real la frase "Roma no paga traidores"?
(Un texto de José Segovia en el XLSemanal del 30 de octubre de 2016)
La
tradición cuenta que el procónsul Quinto Servilio Cepión pronunció esta
frase en el año 139 a. de C. para quitarse de encima a tres hispanos,
Audax, Ditalcos y Minuros, que habían acudido a cobrar la recompensa que
aquel les había prometido si asesinaban a su jefe Viriato. La frase ‘Roma no paga traidores’ no aparece en las
fuentes clásicas, aunque el hecho histórico sí fue narrado por algunos
cronistas romanos, como Diodoro, Orosio y Apiano, entre otros.
En esos
textos, los autores muestran su rechazo a la estrategia que siguió el
procónsul para deshacerse de Viriato, tan alejada de las virtudes
romanas de honorabilidad y hombría en el combate. «Cepión compró la
victoria», escribe Valerio Máximo. En su crónica, Apiano asegura que el
procónsul pagó a los traidores hispanos, pero que se negó a satisfacer
sus restantes exigencias. En cualquier caso, la historiografía moderna
afirma que la frase «Roma no paga traidores» podría ser una invención
para demostrar la rectitud moral de los generales patrios, que nunca
habrían aprobado el soborno a rebeldes para que dieran muerte a su jefe.
Pero ¿quién era Viriato? En el
colegio aprendimos que era un pastor lusitano que se convirtió en una
verdadera pesadilla para los romanos. Entre los años 147 y 139 a. de C.
utilizó la guerra de guerrillas contra las tropas romanas, a las que
hizo morder el polvo en varias ocasiones. Empleaba el recurso de la
huida fingida del campo de batalla, para después emboscarse y golpear a
los romanos en su retaguardia. Nunca buscó el ataque directo ni la
conquista de los territorios enemigos, sino el saqueo y el botín. Máximo
Serviliano Cepión firmó un tratado de paz con Viriato que en uno de sus
apartados otorgaba la independencia al territorio controlado por el
líder lusitano.
Pero en Roma algunos generales rechazaron el tratado de
paz por considerarlo una cesión inaceptable ante los rebeldes y
presionaron a los senadores para que sustituyeran a Serviliano Cepión
por su hermano Quinto Servilio Cepión. El nuevo procónsul reactivó la
guerra contra los lusitanos y urdió el plan para que tres de ellos
asesinaran a su líder. La figura de Viriato ha llegado deformada a
nuestros días gracias a los autores clásicos, que lo describieron como
el «Aníbal bárbaro» o el «Espartaco hispano».
Símbolo nacionalista
Viriato -el
protagonista de esta historia- ha sido considerado un héroe nacional en
Portugal. La dictadura de Salazar lo convirtió en símbolo y, desde el
s. XVI, se lo asocia a la idea de una Lusitania embrión del Portugal
primigenio.
Figura del Siglo de Oro
En su obra La Arcadia,
Lope de Vega trató a Viriato como un guerrero de carácter mixto, tanto
español como portugués. Quevedo también se inspiró en su figura para
algunos de sus poemas, y Cervantes lo menciona en distintas obras.
Etiquetas: Antigüedad clásica, Pequeñas historias de la Historia, Roma y Grecia
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