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sábado, diciembre 22

Jesuitas, la milicia de Dios


(Un texto de Luis Reyes en la revista Tiempo del 27 de abril de 2011)

Roma, 27 de septiembre de 1540 · La Compañía de Jesús es aprobada mediante la bula Regimini militantis ecclesiae del papa Pablo III.

Las órdenes religiosas de carácter militar son un instrumento de la Iglesia desde las cruzadas, pero en el siglo XVI, con el desafío de la Reforma protestante, Roma necesitaba un instrumento bélico más moderno. La nueva milicia de Dios, que se convertiría en una de las organizaciones más poderosas del mundo, surgió en 1534 en un medio intelectual, la Universidad de París. Su creador sería un miembro de la nobleza militar con pasado cortesano y guerrero, San Ignacio de Loyola.

Íñigo López de Loyola había sido paje en la corte de los Reyes Católicos y capitán en la Guerra de Navarra contra los franceses. Resultó herido por una bala de cañón en el asedio de Pamplona y la larga curación de sus destrozadas piernas le había llevado a una crisis religiosa, en la que decidió abandonar las armas y dedicarse a Dios. Sus inicios fueron erráticos: en el monasterio de Montserrat colgó sus armas y vestiduras militares ante una imagen de la Virgen y salió vestido de harapos y descalzo; estuvo aislado en una cueva, como ermitaño; peregrinó a Roma y Jerusalén. Por fin, de regreso a España, su amiga Isabel Roser le aconsejó que cuidase su educación intelectual y fue a estudiar a la Universidad de Alcalá de Henares, luego a la Sorbona.

Fue al cabo de varios años de formación universitaria en París cuando perfiló su idea de crear una nueva orden religiosa. Significativamente, su naturaleza de noble de capa y espada resurgió y concibió que la orden fuera “como una compañía de caballería ligera”, es decir, una formación poco convencional, dinámica y arrojada, capaz de dar golpes de mano y sorprender al enemigo donde menos se lo esperase. De ahí el curioso nombre que escogió: Compañía de Jesús. O la denominación del superior de la orden: General –aunque pronto sería conocido como el Papa Negro, tan poderoso era–.

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