Alhucemas, El primer desembarco moderno
(Un texto de Luis Reyes en la revista Tiempo del 30 de
noviembre de 2007)
El desembarco de Alhucemas marca el principio del fin de la
Guerra de África. Pero también es un escalón en el ascenso de Franco hacia el
poder.
“Nunca tomo nada antes de entrar en combate. Es por
las heridas en el vientre, es mejor tener el estómago vacío”. El militar que
prudentemente rechaza el tazón de sopa que le ofrece el marino es ya un
personaje conocido en España; el marino lo será.
El primero es Franquito, coronel de la Legión
al que llaman así por su juventud y por lo poquita cosa que es físicamente.
Quizá por eso se cuida tanto; por eso y porque poco antes ha sufrido una herida
gravísima, hasta el punto de que el médico de campaña diera su caso por
perdido. El segundo es un simple alférez de navío recién salido de la Academia,
que reparte ese rancho para calentar el cuerpo a los ofi ciales que van a
desembarcar bajo fuego enemigo. El escenario es uno de los más de cincuenta
barcos que participan en la operación.
El desembarco de Alhucemas es un hecho capital de la
Historia de España, pues supuso el principio del fin de la terrible Guerra de
África. Pero también porque en la anécdota del tazón de sopa se conocen
Francisco Franco, futuro dictador omnipotente, y el alférez Luis Carrero
Blanco, que se convertirá en su mano derecha, el que, si no hubiera sido
asesinado antes, habría debido garantizar que todo siguiera “atado y bien
atado” tras la muerte de Franco.
El Rif
Pero ese futuro político está aún muy lejano en
septiembre de 1925, cuando se produce el desembarco de Alhucemas bajo un
gobierno que también es una dictadura, la del general Primo de Rivera. Su golpe
de Estado ha sido propiciado entre otras cosas por los desastres de la Guerra
de África. No es extraño, pues, que el dictador quiera acabar con esa sangría
de vidas, dinero y honor.
La zona española de Marruecos se extiende por el Rif,
un terreno agreste y duro, sin comunicaciones, ideal para lo que ha venido
pasando. La rebelión de los rifeños bajo un gran caudillo como Abdel- Krim,
resulta imposible de sofocar.
El corazón de la rebelión está en el centro del
Protectorado, en Axdir, capital de la cabila de Abd-el-Krim, los Beni-
Urriagel. El intento de llegar allí por tierra se salda con el desastre de
Annual, en el que mueren 9.000 españoles. Hay que cambiar de estrategia. Axdir
está cerca de la amplia bahía de Alhucemas. Ése es el vientre desprotegido de
la República del Rif, proclamada por Abd-el-Krim.
El caudillo rifeño, crecido en su impunidad, comete un
error de cálculo, ataca la zona francesa que se extiende al sur de su
territorio. El 28 de julio de 1925 se reúnen en Tetuán el dictador Primo de
Rivera y el mariscal Petain, comandante en jefe francés en Marruecos. De la
conferencia sale un plan. El ejército español desembarcará con fuerza en
Alhucemas, y los franceses ejercerán presión desde el sur, para coger a los
rifeños en bocadillo. No será fácil, porque Abd-el-Krim sabe cuál es su punto
débil y ha fortificado Alhucemas, instalando campos de minas y emplazando
veinte baterías de artillería para defender la costa.
Aviación
La operación comienza a las 6.30 de la mañana del 8 de
septiembre, con el bombardeo naval. La flota española comprende dos acorazados,
cuatro cruceros y hasta un portaaviones, además de muchos buques pequeños y 27
transportes. Una flota francesa colabora en el desembarco. Algunos biógrafos de
Franco pretenden que fue él quien trazó el plan de operaciones, lo cierto es que
el Estado Mayor español ha estudiado el único precedente importante que hay, el
desembarco británico en la península turca de Gallípoli en 1915, que se saldó
con un desastre. Incluso se han comprado 24 barcazas de desembarco tipo K21
y K23, utilizadas allí por los ingleses.
Hay una novedad, sin embargo, respecto a Gallípoli, y
es el empleo de la aviación para apoyar un desembarco por primera vez en la
Historia. Intervienen tres escuadrillas de bombarderos y dos de hidroaviones,
además de una escuadrilla francesa.
Hacia las 11 comienza el desembarco propiamente dicho.
La primera oleada está formada por dos Banderas (batallones) de la Legión y
diez tanques, al mando de Franco. La artillería rifeña bombardea duramente y
las barcazas no pueden llegar hasta la playa, por lo que no pueden desembarcar
los tanques.
Los legionarios de la 6ª Bandera saltan y, con el agua
por el pecho, alcanzan la orilla bajo el fuego de las ametralladoras.
Inmediatamente después llega la 7ª Bandera, con Franquito al frente.
Luego desembarcan las fuerzas indígenas que, curiosamente, están mandadas por
un primo de Abd-el-Krim y por el comandante Muñoz Grandes. Los legionarios
asaltan las elevaciones a bayoneta calada, cubiertos por sus propias
ametralladoras. A las 3 de la tarde se han hecho dueños de la línea defensiva
rifeña, incluidas dos baterías de artillería. “A los que se resistieron mucho,
los pasamos a cuchillo”, contará Franco.
La primera fase del desembarco ha tenido éxito: las
playas están aseguradas y los invasores se hacen fuertes en las colinas que
antes tenían los de Abd-el-Krim. Han desembarcado 8.000 hombres y sólo ha
habido 124 bajas, una cifra muy pequeña para las habituales carnicerías que
sufre el ejército español en la Guerra de África. En los días siguientes continúa
el avance, a la vez que el desembarco de tropas. La operación de desembarco,
más de 15.000 hombres, se considera concluida el 30 de septiembre. El 2 de
octubre los españoles toman Axdir. La resistencia del Rif tiene sus días
contados. Franquito recibe como recompensa el fajín de general.
En Alhucemas se ha convertido en el general más joven
de Europa, un prestigio militar que le permitirá llegar a dictador de España.
Modelo del Día D
Etiquetas: Pequeñas historias de la Historia, s.XX
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