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sábado, mayo 9

Dile adiós al dolor de forma natural

(Un texto de Alberto Bravo en la revista Mujer de Hoy del 7 de septiembre de 2019)

Si algo nos duele, estamos acostumbrados a recurrir al botiquín. Pero a veces la solución puede estar a nuestro alcance, sin necesidad de tomar ni una sola pastilla.

El dolor forma parte de la vida (concretamente, es su parte más desagradable) y nos hemos acostumbrado a recurrir a los analgésicos de forma inmediata cada vez que hace su aparición. Cuatro de los 10 medicamentos más vendidos en nuestro país el año pasado tienen precisamente esa función. Y la Agencia del Medicamento advierte de que el uso de opioides, con mayores riesgos para la salud por su carácter adictivo, se ha duplicado en la última década. Es cierto que los dolores crónicos requieren una terapia médica, pero los leves puedes afrontarlos de otra forma. No tienes que lanzarte directamente a un fármaco, porque existen alternativas eficaces y naturales a tu alcance. Masajes, alimentos y naturopatía pueden ayudarte con los problemas más comunes que alteran tu día a día: del cuello bloqueado a las cefaleas, pasando por los gases. Te proponemos remedios útiles y sencillos para lidiar con los achaques molestos y dolorosos. Porque a veces la solución está en casa.

“Me he despertado sin poder mover el cuello”

Se calcula que, a lo largo del año, más de tres millones de españoles padecen al menos un episodio de rigidez en el cuello que les impide moverlo con soltura y causa espasmos dolorosos. Las causas de una tortícolis pueden ser diversas: desde haber descansado o permanecido mucho tiempo en una mala postura hasta haber hecho un gesto brusco o, incluso, padecer estrés, que provoca una tensión exagerada en esta zona tan delicada.

Primeros auxilios. Aplica una compresa caliente en el cuello durante las 24-48 horas siguientes a la aparición de la molestia. “También es efectivo darte una ducha de agua caliente sobre la zona afectada, hacer movimientos circulares en la parte posterior del cuello y después, con los dedos pulgares, presionar suavemente durante tres minutos”, apunta la fisioterapeuta Beatriz Marcos Alarcón, de la Clínica Espacioterapia de Madrid.

El remedio casero. Los aceites de jengibre y lavanda forman un equipo perfecto para aliviar y curar los síntomas. El jengibre ayuda a reducir la inflamación y la lavanda relaja los músculos. “Cualquier fuente de calor es buena para el cuello y los aceites lo proporcionan. La pimienta de cayena también es muy efectiva por sus propiedades antiinflamatorias. Basta con añadir una pequeña cucharada de polvo a otras dos de aceite de oliva templado, mezclarlo y aplicarlo después en los músculos doloridos”, explica Manuel Navarro, presidente de la Organización Colegial Neuropática.

Truco casero. Si tienes que salir o estás fuera de casa, protégete con un pañuelo o bufanda. Es muy perjudicial someter el cuello a corrientes de aire. ¡Y mucho cuidado con el aire acondicionado!

“Tengo la tripa como un globo”

Los médicos lo llaman distensión abdominal y nosotros, simplemente, gases. Comer mucho o muy rápido, sufrir problemas digestivos o tener unos malos hábitos de vida (de nuevo, el estrés) favorece la aparición de esta molestia, que puede convertirse en auténtico dolor.

Primeros auxilios. Un masaje en el vientre viene muy bien. “Mueve tus dedos alrededor del ombligo, siguiendo las agujas del reloj con una ligera presión”, relata Beatriz Marcos Alarcón.
El remedio casero. Si te sucede a menudo, el carbón vegetal activado debe ser tu referencia. Esta sustancia se encuentra en los carbones vegetales de cáscara de coco, de madera, lignitos o turba. Se instala en el tubo digestivo y es capaz de absorber los gases intestinales.

Truco casero. Entre las numerosas propiedades que tienen las semillas de hinojo está su alta capacidad para aliviar los gases. De hecho, la Agencia Europea del Medicamento aprueba su uso. Y con un extra: también lo puedes usar para las malas digestiones y los gases de tu bebé. Y si sabes de antemano que vas a tener una digestión pesada, al inicio de la comida intenta tomar manzanilla. Contribuirá a que no se acumulen gases en el estómago y te ayudará a aliviar la pesadez.

“Vivo con la nariz totalmente taponada”

Llevas días con la nariz cargada con un atasco que te impide respirar bien y te levantas cada mañana con dolor de cabeza y los ojos hinchados. Factores externos, como las variaciones climáticas, la contaminación o la exposición al tabaco pueden propiciar estos síntomas.

Primeros auxilios. Presiona con tus dedos justo entre las cejas, encima del puente de la nariz. Reducirás tus secreciones nasales y tus senos paranasales no se inflamarán. Después, aprieta justo al lado de tus fosas nasales. Eso aliviará el dolor de tus mejillas. Y, por último, presiona hacia dentro y arriba, justo debajo de la nariz por encima de la pequeña ranura del labio superior. Si lo haces durante unos minutos, comprobarás cómo tus senos se drenan por la garganta.

Remedio natural. El tomillo es dinamita para la sinusitis. La aplicación externa de aceite esencial posee un efecto antimicrobiano y antiinflamatorio, que inhibe el crecimiento de bacterias y calma la irritación de los senos paranasales. Combínalo con un aceite portador, como aceite de coco o de oliva, y frótalo con un suave masaje en áreas como el pecho. También puedes utilizarlo para hacer inhalaciones.

Truco casero. Aplica unas gotas del jugo de ajo en tus fosas nasales porque es un antibiótico natural. Para conseguirlo, tritura bien un diente de ajo y luego colócalo en un gotero con cuatro cucharadas de agua. Vierte 10 gotas en cada fosa nasal, dos o tres veces al día, y nota sus efectos. ¿Y has probado con la cebolla? “Es un excelente mucolítico. Si tienes mucha mucosidad, puedes partir una por la mitad y ponerla en tu mesita de noche”, recomienda Manuel Navarro.

“Tengo un martillo en la cabeza”

Si llegas a casa con fuertes dolores de cabeza tras una jornada agotadora, quizá formes parte del amplio grupo de cinco millones de españoles que, según la Sociedad Española de Neurología, padecen episodios de cefalea a lo largo del año. Su incidencia se dispara en las mujeres en edad fértil con las oscilaciones hormonales que produce el ciclo menstrual.

Primeros auxilios. Los masajes circulares en las sienes suelen ser muy efectivos contra este tipo de cefalea, pero no son el único punto a relajar. “El esternocleidomastoideo (situado en ambos lados del cuello, desde la clavícula a la zona que se encuentra justo debajo del lóbulo de las orejas) es un músculo clave cuando se trata de aliviar este dolor. En este punto detrás de las orejas es donde hay que ejercer una presión suave sujetándolo con los dedos en forma de pinza”, explica Beatriz Marcos Alarcón.

Remedio natural. La matricaria posee acción antiespasmódica y antiinflamatoria, lo que la convierte en el remedio ideal. Tomando 500 mg diarios de extracto seco de esta planta, podrás comprobar cómo se reduce la frecuencia e intensidad de tus cefaleas. Pero precaución: no debe combinarse con anticoagulantes ni aspirinas.

Truco casero. Toma una taza (y solo una) de café bien cargado. La cafeína atraviesa rápidamente la barrera circulatoria del cerebro y se activa en apenas seis minutos para alcanzar su máxima acción a la media hora. Gracias a su propiedad vasoconstrictora, su consumo proporciona alivio de una forma casi inmediata.

“Se me hinchan y me duelen las manos”

El síntoma más frecuente de la inflamación articular es el dolor. Las articulaciones inflamadas suelen estar calientes y parecer hinchadas. También, aunque con menos frecuencia, la piel que las cubre puede estar enrojecida. Todos estos síntomas, si se presentan juntos, se asocian comúnmente con procesos artríticos, mucho más frecuentes en las mujeres que en los hombres debido, entre otras cosas, a la menopausia y la pérdida de estrógenos, protectores del sistema articular, que conlleva.
Primeros auxilios. Extiende la mano y dobla el dedo pulgar hacia adentro, contra la palma. Después, estira la parte inferior del dedo meñique hacia el pulgar y mantén esta posición un par de segundos. A continuación, regresa a la posición inicial y haz 10 repeticiones de este ejercicio con el pulgar de cada mano.

Remedio natural. La esencia de gaulteria es muy eficaz para calmar dolores inflamatorios. Es toda una “aspirina natural”. Aplica dos gotas diluidas con otras dos de aceite vegetal (como el de almendras), de cuatro a cinco veces por día, para comprobar una mejoría notable de tus síntomas.
Truco casero. Haz baños de contraste. “Coge dos barreños, uno de agua fría y otro de caliente. Sumerge en uno y otro tus manos, de manera alterna, durante dos minutos”, aconseja la fisioterapeuta Beatriz Marcos Alonso. De esta forma, se estimula la circulación de los vasos sanguíneos y se alivia el dolor. Es una solución económica, eficaz y fácil.

“Me despiertan los calambres musculares”

Es una de las peores sensaciones que nos pueden asaltar durante la noche y las causas que la producen son múltiples: realizar un ejercicio exigente antes de dormir, tener niveles bajos de potasio o calcio, estar mucho tiempo de pie o sentado en una superficie dura, el embarazo… Más de un tercio de las personas mayores de 60 años presenta calambres nocturnos y es uno de los motivos más frecuentes de consulta médica.

Primeros auxilios. Lo inmediato es estirar los músculos en la dirección inversa a la procedencia del dolor. Frota suavemente el músculo contraído para relajarlo. “Si el calambre es en la pantorrilla, túmbate y estira la pierna hacia arriba con el pie apuntando a tu cara. También puedes hacerlo de pie: pon las manos sobre una pared e inclínate levemente hacia adelante, siempre con las piernas rectas”, aconseja Beatriz Marcos. Y no desdeñes la posibilidad de una ducha: dirige una fuerte corriente de agua hacia el área afectada para obtener los beneficios de un masaje.

Remedio natural. El cuprum metallicum trata y previene esos dolorosos calambres nocturnos. Se suelen prescribir en tomas de cinco gránulos que se deshacen debajo de la lengua. “La magnesia phosphorica también te ayudará, porque permite la distensión del músculo. Y si tienes comprobado que el estrés es el causante de tus calambres, prueba con tomar una infusión de lavanda, azahar o pasiflora antes de acostarte”, aconseja Manuel Navarro.

Truco casero. Si el problema se repite a menudo, puedes tener carencia de magnesio, un mineral que nos ayuda a relajar los músculos. Incorpóralo a la dieta comiendo arroz integral, plátanos, espinacas, quinoa y legumbres. E hidrátate. Un déficit de agua puede generar estos espasmos.

Aprende a respirar

Una forma de lidiar con el dolor consiste en modificar la percepción mental del mismo, y esto se puede conseguir usando adecuadamente técnicas de respiración. Así lo sugiere el doctor Yann Rougier, especialista en nutrición saludable y psico-neuro-inmunología, quien propone “tomarse unos pocos minutos para neutralizar un dolor temporal”, gracias a un simple ejercicio respiratorio muy efectivo. Para hacerlo, sigue estos pasos:

1. Siéntate en una silla, con los pies en el suelo, la espalda recta y pon tus manos juntas sobre tus muslos con los hombros relajados.
2. Cierra los ojos o mantén tu mirada fija en un punto. Concéntrate en lo que sucede dentro de ti y aíslate del resto.
3. Inspira suavemente, mientras cuentas hasta tres o cuatro muy despacio. Luego espira y cuenta entre seis y ocho. Adapta la duración a tu ritmo de respiración, pero ten en cuenta que la espiración siempre debe durar el doble que la inspiración.
4. Concéntrate en tu respiración. Siente cómo el aire roza tus fosas nasales al entrar y salir de tu cuerpo.
5. Continúa haciendo respiraciones durante tres minutos. Después, regresa a tu respiración normal y abre los ojos de nuevo.
6. Practica el ejercicio cada vez que notes dolor para “olvidarte” de él.

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