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viernes, agosto 11

El arte del baño

(Un artículo de Laura Requejo en la revista Mujer de Hoy del 23 de mayo de 2020)

Del estrés al agotamiento físico, no hay nada que una inmersión en agua caliente (con los activos y los aromas adecuados) no pueda resolver.

Ha demostrado su capacidad terapéutica desde tiempos ancestrales. Deja que un buen baño de agua caliente juegue ahora a tu favor. Tanto si necesitas desconectar como si quieres recuperar el dinamismo, te damos las claves para convertirlo en tu arma beauty definitiva.

Relajación total

¿Te cuesta conciliar el sueño en estos tiempos complejos? Bienvenida al club. Ahora haznos caso: llena la bañera con agua caliente y mucha espuma con aroma a lavanda, salvia o ylang ylang (aléjate de cítricos, tienen un efecto estimulante que no necesitas ahora mismo). Métete dentro durante no más de 12 minutos y trata de liberar tu mente de todo lo que la ofusca. Si no estás entrenada en el mindfulness, imagina que estás descendiendo poco a poco los 10 pisos de un edificio y que te paras a respirar profundamente en cada rellano. Mientras, el agua caliente va a elevar tu temperatura corporal, lo que ayudará a sincronizar tus ritmos circadianos naturales.

Energía al máximo

Si lo que necesitas es recargar la pilas (físicas y mentales), también hay una forma acuática de conseguirlo. Porque un baño de agua caliente (con un toque revitalizante de menta, romero o eucaplipto) hasta el escote y con la cabeza fuera, consigue dos cosas importantes: la temperatura y la presión estimulan la actividad de tus pulmones. Pero, además, el vapor de agua libera los senos de tu nariz y amplía tu capacidad respiratoria. A más oxígeno fluyendo por tu cuerpo, mayor energía para tus tejidos.

Controla el estrés

Ese cuello duro como una piedra, esas mandíbulas tensas, esa miríada de pequeñas contracturas en la espalda y hasta esas piernas cosquilleantes que elevan tu nivel de nerviosismo tienen un denominador común: la tensión muscular producto del estrés. Un baño caliente de 20 minutos con la temperatura a más de 40 ºC consigue reducir de forma efectiva los niveles de cortisol en sangre, la hormona que generamos cuando estamos estresados. Lo ha demostrado un estudio publicado en el North American Journal of Medical Sciences. Y también confirma que disminuye la frecuencia cardiaca, mejora el flujo de la circulación linfática (que se libra de las toxinas), activa la sanguínea y suelta la rigidez muscular.

Levanta el ánimo

Sí, tu bañera también te puede ayudar a recuperar el optimismo cuando la utilizas sabiamente. Agua a no más de 38 ºC, toques de limón, naranja y pomelo, y un objetivo claro: alejar los pensamientos negativos de tu mente. La clave reside en que, para desconectar de angustias y tristezas, tienes que centrarte en revitalizar tu cuerpo. ¿Lo mejor? Que está demostrado científicamente que tu organismo libera endorfinas cuando está metido 15 minutos en agua caliente.

Completa el ritual

1. Antes: Dry Brushing. De origen ayurvédico, esta exfoliación, con efectos muy positivos sobre circulación y celulitis, consiste en un cepillado en seco con movimientos rectos y ascendentes que parten de los tobillos hasta llegar a los hombros.

2. Durante: hedonismo. Privilegio de reinas en la Antigüedad, los aceites perfumados elevan su potencial por mediación de las altas temperaturas. Lo puedes añadir al agua o, como en este caso, aplicarlo sobre la piel mientras sigue húmeda para sellar la hidratación con aromas de lujo.

3. Después: nutrición con un plus. Con la circulación a pleno rendimiento y la piel preparada para recibir los activos, no te conformes con una mera crema corporal. Aprovecha para reafirmar y tonificar con un cóctel de polifenoles antioxidantes.

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