De un obispo anglicano en el año 1100
(Leído en la columna de Claudio Coelho en el XLSemanal del 8 de mayo de 2006. Parece la versión medieval del "Piensa globalmente y actua localmente")
Cuando era joven y libre, soñaba con cambiar el mundo. Al alcanzar la madurez, descubrí que el mundo no cambiaría y decidí transformar mi país. Después de muchos esfuerzos, acabé dándome cuenta de que también esto era imposible. En los últimos años de mi vida, intenté cambiar a mi
familia, pero ellos siguieron siendo como eran.
Ahora, en mi lecho de muerte, descubro que mi verdadera misión consistía en cambiarme a mí mismo. Si lo hubiera hecho, sería capaz de haber cambiado a mi familia. Entonces, con un poco de suerte, este cambio habría afectado a mi país y, quién sabe, quizá al mundo entero.
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