Astronomía forense
(Aunque a primera vista el concepto pueda parecer extraño, el 3 de junio lei esta nota sobre el tema en Fogonazos. Sencillamente alucinante la variedad de intereses y actividades que pueden atraer a las personas)
Desde hace más de diez años, el físico de la Universidad Estatal de Texas, Donald Olson, se dedica a practicar lo que él denomina como "astronomía forense", una disciplina que consiste en investigar los cielos que aparecen en distintas obras literarias o pinturas y tratar de identificar qué astros son los que en ellos aparecen.
Su última investigación partió de unos maravillosos versos de Walt Whitman, pertenecientes a su poema "Año de Meteoros", incluido en "Hojas de Hierba" en los que el poeta describe un "cometa que surgió repentinamente y ardiendo por el norte" y una "extraña y gigante procesión de meteoritos que pasaba, deslumbrante, por encima de nuestras cabezas".
Intrigado por el fenómeno, Olson comenzó a investigar y llegó a determinar que se trataba de un meteorito de pastoreo (que atraviesa la atmósfera de forma horizontal y se vuelve a marchar) y a establecer con precisión la fecha en que Whitman pudo contemplarlo desde las costas de
Nueva York: el 20 de julio de 1860. Ese mismo día, un pintor local llamado Federich Church contempló la escena que después reflejaría en el cuadro que encabeza esta entrada y en el que se aprecia con claridad las mismas bolas de fuego que Whitman describe en su poema.
Una larga procesión de bolas de fuego atravesó el cielo la noche del 20 de julio de 1860, la imagen se quedó grabada en la retina de varios artistas, entre ellos la de Walt Whitman que le dedicó un poema titulado "Año de Meteoros 1859-1860", publicado en su famosa colección Hojas de
hierba.
Ésta es la teoría que sostiene el físico de la Universidad Estatal de Texas, Donald Olson, quien ha dedicado parte de su carrera a examinar obras de arte que contengan referencias a fenómenos celestes. Su último trabajo, dedicado a la "musa" de Whitman, acaban de ser publicados en Sky & Telescope.
En el poema, Whitman describe una "extraña y gigante procesión de meteoritos que pasaba, deslumbrante, por encima de nuestras cabezas". Fueron muchos los fenómenos que barajaron los investigadores hasta dar con la verdadera fuente de inspiración del escritor. En un primer
momento pensaron que podía haber sido la tormenta de meteoros Leónidas de 1833 o las Leónidas de 1858 o la bola de fuego de 1859. Sin embargo, las fechas en los dos primeros casos no cuadraban con la obra del poeta y en el caso de la bola de fuego el fenómeno sucedió durante el día, mientras que el escritor describe el momento en la noche.
Hallaron la respuesta gracias a otro artista, en este caso un pintor: Federic Church, de la Escuela de Hudson River en Nueva York. El autor cuenta con una obra titulada "El Meteoro 1860" que recoge con gran exactitud la escena descrita por Whitman: una procesión de bolas de fuego viajando en sentido horizontal. Tras una investigación, el equipo de Olson descubrió que la pintura recoge un fenómeno que se produjo el 20 de julio de 1860 al que se denominó un 'meteorito de pastoreo'.
Ésta no es la primera vez que Olson descubre el fenómenos celeste que ha inspirado a un artista. El científico ha puesto sus conocimientos al servicio del arte para desvelar qué había detrás de 'la luna llena' de Vincent van Gogh, de las fotografías de Ansel Adams o de los cielos de Edvard Munch.
Extracto del poema "Año de Meteoros 1859-1860" de Walt Whitman:
"No me olvido de cantar acerca de cómo se movía [el barco] rápidamente y rodeada de decenas de miles de pequeñas naves, / Ni del cometa que surgió repentinamente y ardiendo por el norte, / Ni de la extraña y gigante procesión de meteoritos que pasaba, deslumbrante, por encima de nuestras cabezas, / Sólo por un momento, sólo por un momento guió a sus bolas de luz extraterrestre sobre nuestras cabezas, y después se fue / De ello, e irregular como lo eran ellas, canto, con sus destellos, que iluminarían estos cantos. / ¡Oh año salpicado del mal y del bien – año de profecías! / ¡Año de extraños y pasajeros cometas y meteoritos! / Y mientras me muevo rápidamente entre vosotros, destinado a caer y a ser olvidado rápidamente, ¿qué es este canto? / ¿Qué soy yo sino uno más de tus meteoritos?"
Pero no es la primera vez que Olson sorprende con sus incursiones histórico-astronómicas. En un estudio anterior, por ejemplo, se interesó por la misteriosa estrella que aparece en un cuadro de Van Gogh, "Casa blanca de noche". Después de una larga investigación, su equipo consiguió localizar la casa original en la localidad de Auvers, establecer la fecha en que el pintor contempló el astro y determinar que se trataba del planeta Venus, que el 16 de junio de 1890 brillaba
justamente en la misma posición.
En otro estudio publicado en la revista Sky & Telescope, Olson y sus colegas publicaron que, en su famoso cuadro de El Grito, el pintor noruego Edvard Munch se inspiró en las nubes de polvo y gas que la brutal erupción del volcán Krakatoa lanzó a la atmósfera en 1883. Algún tiempo después también describió el enigma de otro cuadro de Munch en el que el reflejo de la luna no aparecía y estableció el fenómeno óptico que podía estar detrás del cuadro.
En un trabajo de 1998 se atrevió a aventurar que la estrella mencionada en el primer acto de la obra "Hamlet" es una supernova que pudo verse durante 1572 y que Shakespeare debió de contemplar durante su infancia.
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