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sábado, noviembre 26

De Nantes a Angers en bicicleta

(Leído en Mujer de Hoy del 29 de agosto de 2009)

Coger la bici y perderse a golpe de pedales es una forma original de conocer el oeste de Francia. Los caminos de la ruta "Loire à vèlo" ponen en bandeja disfrutar de Nantes y Angers sin perderse nada a lo largo de los 100 kms que las separan.

Punto de partida: Nantes.
Es una de las ciudades más culturales y noctámbulas de Francia, además de ser la cuna de Julio Verne. En homenaje a su ilustre vecino, decenas de constructores de animales articulados han instalado su taller en las naves de los antiguos astilleros, una fábrica llamada Las máquinas de la isla, donde el Gran Elefante y otras criaturas de ciencia ficción muestran sus encantos. En el centro de la ciudad se pueden visitar las galerías comerciales del Passage de Pommeraye, la Place Royale o el teatro Graslin, pero sobre todo merecen la pena los alrededores peatonales de la Place du Bouffay, animados con docenas de restaurantes, terrazas y tiendas.

A unos minutos a pie se encuentra el castillo de los Duques de Bretaña, hoy un moderno museo. Antes de iniciar la ruta hacia Angers, puedes recorrer el proyecto Estuario, un recorrido de 60 kilómetros que toma como museo el propio estuario, desde Nantes a Saint-Nazaire. En el canal La Martienière, los altos en el camino sirven para contemplar obras integradas en la naturaleza.

En ruta.
Paradas con encanto son los castillos de Oudon y Serrant, donde se alojaron Napoleón y Josefina. Pero también los viñedos de localidades como Savennières merecen una visita. Incluso se puede realizar un crucero por una parte del Loira que riega los viñedos de la zona de Champtoceaux.

Llegada: Angers
Entrando en Angers, la fortaleza real que preside la ciudad marca el fin del itinerario para quienes no dispongan de tiempo (la ruta continúa hacia el este otros 700 kilómetros, hasta llegar a Nevers). Esa fortaleza fue residencia de los duques de Anjou en los siglos XIV y XV, y una española, Blanca de Castilla, dio la orden de construirla. Allí está el tapiz del Apocalipsis, el más grande del mundo, con 130 metros de escenas. El centro de la ciudad parece detenido en el tiempo, la mayoría de sus calles son peatonales y está delimitado por un rectángulo formado entre el río La Maine y los tres bulevares principales de Angers: el de Ayrault, el del mariscal Foch y el del rey René.

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