El avispado inventor de las rebajas
(Un texto de Antonio Corbillón en el Heraldo de Aragón del
11 de enero de 2015)
Se llamaba Fred Lazarus y su modelo fue copiado por Galerías
Preciados y El Corte Inglés. «El que quiera picar, que pique», fue su reclamo en
España hace 75 años.
Los rostros pegados al escaparate esperando el 'pistoletazo'
de apertura. Las carreras por llegar primero a las escaleras mecánicas… El
ritual de las rebajas debe mucho a Fred Lazarus Jr., que cambió la forma en que
los humanos se acercaron a gastarse su dinero a las tiendas tras entender que
el 'crack' de 1929 había trastocado la economía para siempre.
Todas las grandes cadenas de ropa del mundo tienen un origen
humilde. También los Lazarus, una familia de emigrantes prusianos, que
convirtieron al planeta en un gran centro comercial desde unos minúsculos
almacenes en Columbus (Ohio, EE. UU.). Pero sus mejores alumnos fueron españoles.
No se entendería el rito de las rebajas sin unos y otros. En el caso nacional, coinciden
con sus bodas de platino. En enero de 1940, Galerías Preciados lanzaba su
primera campaña en su tienda con vistas a las calles Carretas, Preciados, Carmen
y Rompelanzas de Madrid. 'El que quiera picar, que pique', decía su reclamo.
Pero a pesar del protagonismo que se atribuye a Fred
Lazarus, la intrahistoria del concepto 'rebajas' se parece al debate sobre si primero
fue el huevo o la gallina. Los americanos tienen la 'patente' pero los
franceses reivindican el 'invento'. Aristide Boucicaut fundó en París en 1852
Le Bon Marché con la venta de saldos en junio y octubre y unas promociones en
enero, que todavía llaman en Francia el 'mes blanco'. El dinamismo de Boucicaut
cruzo el Atlántico y enraizó en Nueva York. Cuando la Gran Depresión atrancó
los almacenes de todas las tiendas, cuatro empresarios encabezados y presididos
por Fred Lazarus Jr. crearon la Federal Department Stores Inc. (algo así como la
Sociedad de Tiendas del Estado). No fue suficiente porque nadie tenía un triste
dólar para gastar. Así que, entrados los años treinta, Fred lanzó un primer mensaje
que ahora parece conde- nado a la eternidad: «Compre ahora y ya pagará más
adelante».
La idea fue un exitazo pero los almacenes no acababan de
renovarse, por lo que ideó unas fechas concretas de precios bajos. Así nacieron
las rebajas. El encantamiento comercial de Lazarus le llevó incluso a cambiar
la fecha al corazoncito americano en el almanaque. Convenció al presidente Roosevelt
de que estableciera el Día de Acción de Gracias siempre en el cuarto jueves de
noviembre para ganarle días a la Navidad. Es el día antes del Black Friday (viernes
negro), otra treta comercial de Lazarus que ahora se impone en España. Cuando
este pionero falleció en 1973, acumulaba méritos suficientes para un honorífico
Nobel del Comercio. Creó las primeras líneas de crédito al consumo, las
rebajas, el viernes negro y la campaña navideña. Y lo ofrecía en su cadena de
tiendas, las primeras dotadas de escaleras mecánicas y aire acondicionado. Todo
para que el cliente pasara más tiempo dentro con lo que aumentaba la
probabilidad de que gastara más.
ESPAÑA, LA MÁS
APLICADA
«La entrada en tropel de los posibles compradores tiene
características de invasión», resumía el Nodo aquella primera campaña de
rebajas de Galerías Preciados en enero de 1940. Pero aquella España posbélica
vivía de espaldas al mundo. ¿Cómo estaba tan al día en marketing comercial? La
respuesta llegó desde La Habana. Medio siglo antes tres asturianos crearon los almacenes
El Encanto. En la etapa previa al castrismo, supieron copiar y mejorar las
técnicas americanas hasta el punto de que en los años cincuenta El Encanto
competía con los grandes almacenes yanquis (sobre todo los de Lazarus) en toda
América. Crearon los departamentos por secciones, el escaparatismo, las
comisiones a los vendedores. John Wayne o María Félix eran clientes de El
Encanto. Tyrone Power protagonizó sus anuncios. Albert Einstein quiso comprar
allí su primer sombrero Panamá.
Esa ascensión imparable la promovió la segunda generación de
asturianos al mando de los almacenes. Allí estaban Pepín Fernández y su primo
César Rodríguez. El modelo iniciático parisino y la efectividad neoyorquina
fueron completadas con el 'guante de seda' de aquellos indianos. Pepín regresó a
España en 1934 y creó en Madrid Sederías Carretas. Nueve años después llamó a
aquella esquina Galerías Preciados. César hizo lo mismo y compró junto a su
sobrino, también retomado de Cuba, Ramón Areces, la sastrería madrileña El
Corte Inglés.
Fue Pepín el que lanzó aquella primera campaña en enero de 1940.
Los años venideros contemplaron la rivalidad en España de los antiguos socios
en Cuba. Competían por los mejores eslóganes o los rostros de los famosos
anunciando la campaña. Galerías parecía más ágil pero El Corte Inglés se quedó
con todo al comprar a su vecino en 1995. De aquel Encanto cubano solo queda una
asociación de exempleados con sede en Miami. «Las rebajas ya no son como antes,
ahora es todo más normal», asegura Ana Zalba, clienta que protagonizó un
anunció después de hacerse tres años seguidos (2002 a 2004) con la primera prenda
rebajada en El Corte Inglés. Quizás quiso decir que ahora todo el año parecen
rebajas.
Etiquetas: Culturilla general
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