Antibióticos a examen
(Un texto de A. Paris en la revista Mujer de Hoy del 7 de enero de 2017)
En cuanto llega el frío, los catarros y las toses, les reservamos un hueco en el botiquín. ¿Pero qué sabes realmente de ellos?
Mejor, sin alcohol. Las familias de antibióticos que normalmente se usan en infecciones respiratorias, urinarias y de garganta (macrólidos y quinolonas) disminuyen su efecto si bebemos alcohol. Y si estamos tomando cefalosporinas (para infecciones de la piel) o metronizadol (para las de la boca o vaginales), las consecuencias son más desagradables: náuseas, vómitos, ansiedad e incluso taquicardia e insuficiencia respiratoria.
No los pidas:
El 46% de las personas
ingresadas en un hospital español reciben un tratamiento antibiótico,
así como la tercera parte de los pacientes que acuden a su médico de
atención primaria, según los datos de la Agencia Española del
Medicamento, que además advierte de que el 50% de esos tratamientos son
inadecuados. Este uso inapropiadoes peligroso, porque incrementa la
morbilidad y la mortalidad de los procesos infecciosos.Etiquetas: Pensando en la salud
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