Berlín, una inoportuna (¿y revanchista?) cruz
(Un texto de Gema Lozano en uno de los números de 2017 de la
revista Ling. Y seguimos pensando en tierras más o menos lejanas.)
Admirarla desde su base debía suponer una torsión de cuello
que rayase la tortícolis. Y su imagen tenía que ser perceptible desde
prácticamente cualquier punto de la ciudad. Con sus 365 metros (que se
convertirían en 368 tras la instalación de una nueva antena en los 9o), la
torre de televisión de Berlín iba a convertirse en el edificio más alto de
Alemania y en uno de los más elevados de Europa y del mundo en aquel momento.
El 3 de octubre de 1969 se procedía a su inauguración. Ni el
jefe del estado, Walter Ulbricht, ni ninguno de los más altos funcionarios de
la RDA faltaron a la cita. No era para menos. Aquel día suponía el comienzo de
la televisión en color en Alemania con la primera señal del segundo canal
estatal: la DFF2. La Berliner Fernsehturm se consolidaba como el
símbolo de la eficiencia y el avance del sistema socialista con el que las
autoridades de la Alemania oriental la habían concebido.
Atrás quedaban los algo más de cuatro años que se emplearon
para la construcción de la esbelta torre. Cerca de 53 meses en los que las
mayores dificultades giraron en torno a su esfera. Montarla a más de 200 metros
de altura supuso más de un quebradero de cabeza para los instaladores, que
tuvieron que tirar de ingenio y maestría.
Pero todo aquello era agua pasada. Ahora tocaba disfrutar de
aquella torre y su inmensa bola cuyas placas de acero pulido permitían que la
luz del sol se reflejase dando lugar a la imagen de ¡una enoooorme cruz!
No, aquel no era un efecto deseado. ¿Cómo podría serlo para
el icono de un estado ateo? Aunque no ser bienvenida no parecía importarle a aquella
cruz. Desde entonces sigue apareciendo en lo alto de la céntrica torre
berlinesa en los días de sol. Los habitantes de la ciudad se han acostumbrado a
ella y siguen utilizando el irónico apelativo con la que se la comenzó a
conocer pocos días después de aquel 3 de octubre del 69: Rache des Papstes
(la revancha del Papa).
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