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lunes, noviembre 16

El efecto Coandá

(Escrito por Dani Jiménez en el Muy interesante de julio de 2017)

El efecto Coandá [es] un principio físico que interviene en el vuelo de los aviones.

El principio que abordamos en esta ocasión fue producto de una serendipia, es decir, se puso de manifiesto mientras se estaba buscando otra cosa. Cuando esto ocurre, siempre hay presente una pequeña dosis de casualidad, pero para reconocer la coincidencia inesperada resulta fundamental la pericia del investigador. Este fue el caso de Henri Coandá, un inventor rumano nacido en 1886 en Bucarest al que su padre, matemático en una facultad de Ingeniería, encaminó hacia la carrera militar. El joven Coandá se graduó como oficial en 1903.

Sus ansias de volar –literalmente- lo llevaron en 1909 a viajar a París, donde formó parte de la primera promoción de la Escuela Superior de Aeronáutica. Un año después, fue el primero de su promoción.

Coandá no buscaba hallar la interesante propiedad de los fluidos que hoy nos ocupa, sino construir un avión sin hélices -el prototipo sería conocido como Coandá-1910-. La serendipia se presentó mientras trabajaba en el reactor que iba a mover dicho aparato. Parece que hubo un problema y salió un montón de humo del mismo. El ingeniero rumano observó cómo los gases seguían la forma del fuselaje; era como si se enganchasen a él. Así, se percató de que los fluidos tienden a seguir el contorno de la superficie que tocan si su ángulo de incidencia con la misma es suave. Acababa de descubrir el efecto que lleva su apellido.

CUESTIÓN DE FLUIDEZ. A diferencia de lo que ocurre con los sólidos pequeños, como la arena y el arroz, que al tocar otro salen despedidos hacia afuera, la viscosidad del fluido hace que las moléculas se adhieran de manera temporal sobre el cuerpo rígido, lo que crea una lámina uniforme y continua sobre el objeto.

Esta peculiaridad se aprovecha en los coches de Fórmula 1, para conseguir que se agarren mejor al suelo; en los aparatos de climatización, para que el flujo de aire frío siga el techo y llegue más lejos; y en los aviones, para conseguir que vuelen. […]

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