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miércoles, diciembre 30

Romanche, el misterioso cuarto idioma de Suiza

 (Un texto de E. Zamorano en elconfidencial.com del 4 de julio de 2018)

En los Grisones todavía se habla una lengua que el tiempo aún no ha logrado sepultar: el romanche, una fusión entre el latín y el rético de la zona.

¿Cuánto sabes sobre Suiza? Este país, situado en el ojo del huracán europeo (justo encima de Italia, por debajo de Francia y Alemania y al oeste de Austria), aparece en los telediarios día sí día también, por lo que todos ya conocemos: es el territorio más cercano al que las élites trasladan sus cuentas bancarias, ya que posee muchísimas ventajas fiscales. Al margen de ello, lo más reconocible de toda su cultura son sus altas y empinadas cordilleras, el chocolate y, cómo no, los quesos, en especial el Emmental. A pesar de nuestra cercanía, seguramente haya muchas cosas que se nos escapan de este bello territorio de montañas, valles y fortunas millonarias.

Su situación geográfica hace que sea una zona de plena confluencia europea. Englobada en medio de tres de las más grandes potencias de Europa y del mundo, su idioma tenía que ser a la fuerza uno con el que se entendieran todos sus países vecinos. Además, su superficie de territorio no es muy grande (41.277 kilómetros cuadrados, casi 400 kilómetros cuadrados menos que la comunidad de Extremadura). Por ello, las tres lenguas oficiales del país son el alemán, el francés y el italiano. Sin embargo, todavía perdura una más antigua y remota: el Romantchs o romanche.

"Discurras ti rumantsch?". Menos del 0,5% de los suizos pueden responder a esta pregunta. Su significado: "¿hablas romanche?". Originaria del cantón más al sureste del país, la cantidad de personas que hablan romanche ha disminuido en los últimos años un 50%. La causa de su rápida y funesta desaparición es la búsqueda de oportunidades laborales en otros lugares más prósperos del país, como Zúrich. Es bastante curioso pensar que en un país tan pequeño todavía queden hablantes de esta lengua tan remota: alrededor del año 15 antes de Cristo, época en la cual los romanos conquistaron Raetia, lo que ahora es el Graubünden.

El romanche es el resultado de la combinación del latín vulgar que hablaban los soldados y colonos romanos, y el rético, el idioma de los nativos. Este nuevo idioma híbrido se convirtió en el principal hasta el siglo XV, cuando el cantón se unió por primera vez en una confedereción conocida como el Estado Libre de las Tres Ligas. Las ligas usaban el alemán como idioma principal, y debido a que las aldeas locales estaban aisladas en los 150 valles del área montañosa, el romanche se fragmentó en cinco dialectos diferentes, cada uno con su propio lenguaje escrito. 

Cabría pensar que ante el número tan bajo de personas que lo hablan estamos a las puertas de su desaparición; sin embargo, los suizos presumen de estar orgullosos de su cultura y en 1938 más del 90% del país lo votó para que se constituyera como idioma nacional oficial. Actualmente, el gobierno suizo gasta cerca de 7,6 millones de francos suizos para promover y preservar el romanche. Algo bastante llamativo si lo extrapolamos a las largas y tediosas discusiones que se dan en nuestro país en torno a los nacionalismos de Cataluña, Galicia o País Vasco, cuyos idiomas están siempre en pugna con el español.

"El lenguaje existe para transmitir la cultura de un pueblo a la próxima generación. Cuando el mundo pierde un idioma, como ocurre cada dos semanas, perdemos de forma colectiva el conocimiento de las generaciones pasadas", analiza acertadamente la periodista Dena Roché para 'BBC'. "Sin el romanche, ¿quién asegura que costumbres como el Chalandamarz, un antiguo festival celebrado cada 1 de marzo en el Valle de Engadina para celebrar el fin del invierno y el comienzo de la primavera, perdurarán?"

Pero el número de personas que lo hablan sigue disminuyendo a medida que los residentes prestan más atención a otros lenguajes. En muchas escuelas de Graubünden, el alemán es el principal idioma que se enseña. En la mayoría de colegios, el romanche es una asignatura optativa. Sin embargo, hay esperanza: en los últimos años, ha habido un ligero repunte del interés por el romanche que podría ayudar a revivirlo. Irónicamente, la globalización podría estar impulsando esta tendencia.

"Hace años, nadie sentía apego por lo tradicional en Suiza, pero ahora la gente está cansada de que todo sea igual en todas partes", asegura Maja Gartmann, relaciones públicas. "Ahora, la gente se enorgullece de hablar romanche porque es diferente y raro, y todo lo que es raro y exclusivo hoy es interesante". Con esto, ¿podríamos decir que el italiano, alemán y francés en Suiza son en cierto sentido algo 'mainstream'? Hay una estación de radio, un canal de televisión y un periódico en romanche. Incluso, un grupo de hip-hop llamado Liricas Analas.

"Todos los miembros de la banda crecimos en la capital", asegura Johannes Just, líder de Liricas Analas. "El lenguaje del rap es una herramienta para expresarte. Estoy más fascinado con el uso del romanche que con la libre expresión de pensamientos e ideas. Nunca fue nuestro propósito inicial, vino solo, pero si podemos promover de alguna forma el romanche, estamos contentos".

La tecnología también pone de su parte. El idioma vive en blogs y sitios web, existen apps como Memrise que ayudan a aprenderlo y traductores online como el Romansh English Translator APK que ayudan a comunicarse en romanche. ¿Estamos a punto de un nuevo resurgir de esta lengua tan remota? ¿El auge de los nacionalismos en Centroeuropa favorece a esta recuperación de la tradición? ¿El romanche sobrevivirá y aguantará los próximos cincuenta años, cuando toda la gente que todavía lo habla, en su mayoría personas mayores, desaparezca? Es imposible saberlo y solo el tiempo lo dirá. 

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