Cuéntame un cuento...

...o una historia, o una anécdota... Simplemente algo que me haga reir, pensar, soñar o todo a la vez, si cabe ..Si quereis mandarme alguna de estas, hacedlo a pues80@hotmail.com..

sábado, diciembre 31

Tradiciones para despedir el año

(Extraído de varias fuentes, incluido “El País” del 1 de enero y del 6 de diciembre de 2019)

[…] No en todos los países del mundo se celebra la Nochevieja el 31 de diciembre, en algunos solo es un día más en sus vidas por su cultura y religión, que los hace regirse por otro calendario. Algunos de ellos son, por ejemplo, India, que tiene más de 30 calendarios diferentes; Irán, donde coincide con el inicio de la primavera en el calendario persa; Arabia Saudí, que prohibió en 2013 celebrar la Nochevieja porque el país se guía por el calendario musulmán y no el gregoriano; Sri Lanka, que lo celebra el 14 de abril con el Aluth Ayurudda; Bali, que celebra el Nyepi, o Festival del Silencio de Año Nuevo el 22 de marzo; Etiopía, que celebra su Enkutatahs o año nuevo el 11 de febrero; o China, entre otros, que empezará su año nuevo el 5 de febrero y será el año del cerdo…

[…] todas las celebraciones de este día se basan en eso: desechar lo malo, recordar lo bueno, mitigar el dolor de los que nos han dejado y, sobre todo, brindar por lo bueno que esté por llegar y desear lo mejor, empezando por la salud, a nuestros seres queridos. Las tradiciones, los ritos, los conjuros, las supersticiones y la magia hacen el resto para que así creamos que ocurrirá…

Entre los que lo celebramos el 1 de enero, hay distintas costumbres:

En España, además de las uvas, hay algunas fiestas distintas; los rituales paganos del solsticio de invierno son el origen de muchas de las fiestas de las últimas semanas del año. En España se reflejan en las mascaradas de invierno, como las que se celebran el 26 de diciembre en varios pueblos de la provincia de Zamora; fiestas como Els Enfarinats de Ibi (Alicante), el 28 de diciembre, inspirada en las saturnales de la antigua Roma, o el Guirria de Beleño, cada 1 de enero en el concejo asturiano de Ponga.

En Francia, durante la Nochevieja, los parisinos se concentran en los Campos Elíseos para despedir el año, llenando la avenida que va desde el Arco de Triunfo a la plaza de la Concordia botella de champán en mano. Para quienes se quedan en casa la tradición manda el conocido como ‘Réveillon de la SaintSylvestre’ en la mesa y también que hay que besarse y abrazarse bajo una rama de muérdago para tener buena suerte en el nuevo año.

En Portugal despiden el año con el pavo como plato estrella de la mesa y con pasas. Los espectáculos pirotécnicos, como en tantos otros países, son los protagonistas de la fiesta, y desde 2006 Madeira está en el ‘Libro Guinness de los Records’ por este motivo.

En Italia no puede faltar en la cena de Nochevieja un buen plato de lentejas como símbolo de riqueza y dinero. La tradición, que data del Imperio Romano, llevó a utilizar estas legumbres como símbolo de las monedas, y así cuantas más lentejas se coman, más riqueza se tendrá. También viene de Italia la simbología de llevar la ropa interior de color rojo en esta noche.

En Reino Unido no podían fallar a su famosa puntualidad británica, así que se preparan la noche de fin de año para una carrera que les otorgará ser el portador de la buena suerte durante el resto del año. Es lo que se conoce como el ‘first footing’, que significa que una vez que dan las doce corren para ser los primeros en visitar a sus familiares o amigos.

En Irlanda ponen en Nochevieja una baya o muérdago debajo de la almohada, especialmente los solteros, buscando buena suerte y, sobre todo, amor.

En Escocia, las familias tratan de asegurarse de que la primera persona que entre en casa después de la medianoche sea un hombre apuesto, alto y de pelo negro, ya que los hombres con estas características son considerados los más que más suerte tienen, así que el primer hombre que entra en la casa determinará la suerte de la familia en el nuevo año, que en cualquier caso estará garantizada si trae de regalo whisky. Además, cuatro días y cuatro frenéticas noches de juerga necesita la capital escocesa para despedir el año. El Hogmanay de Edimburgo comienza el 30 de diciembre con la procesión de las antorchas y el festival del fuego, y se prolonga hasta el 2 de enero con tradiciones peculiares, como la de cantar el poema de Robert Burns Auld Lang Syne (Por los buenos tiempos, en gaélico) o darse un chapuzón matutino y gélido en el río Forth.

En Dinamarca. Al estilo de los griegos en las bodas, los daneses reciben el año rompiendo los platos después de la cena a la puerta de los vecinos. Completan este ritual con la obligatoriedad de subirse a una silla al inicio de las campanadas de medianoche y saltando desde lo alto de ella con la última.

En Chequia, desde hace más de 600 años, los autómatas del reloj astronómico del Ayuntamiento de Praga señalan el cambio de año en la plaza de la Ciudad Vieja (Staromestské Námesti), escenario junto a la de Wenceslao de las celebraciones de Nochevieja en la capital checa.

En Alemania y Austria existe la costumbre de fundir un trocito de plomo en la medianoche del día 31 y derramarlo en un recipiente con agua fría para augurar, según la forma que adopte, cómo irá el nuevo año, un ritual conocido como Bleigiessen.

Para los niños rusos, el Año Nuevo es como la Navidad para la mayoría de los niños europeos. Y es que ese día pasa por sus casas el Abuelo del Hielo (Ded Moroz), un personaje de luengas barbas que viaja en trineo y recorre el país repartiendo dulces, juguetes y las típicas muñecas matriuskas asistido por la bella y fría Snegúrochka, la Doncella de las Nieves. Los adultos, por su parte, escriben un deseo en un papel que tienen que quemar y arrojar a la copa de la bebida con la que se brinda antes del primer minuto del nuevo año para que se cumpla.

En Israel y otros lugares, la fiesta judía de la Janucá comienza al anochecer del 22 de diciembre y se extiende a lo largo de ocho días, hasta la noche del 30 de diciembre. En las casas, cada día se enciende una vela de la menorá, el candelabro judío de ocho brazos, y también se suele jugar al dreidel, una especie de pirindola que se hace girar sobre su eje.

En Asia y América las tradiciones para este día son de lo más variadas debido a la influencia de innumerables culturas:

En Filipinas, por ejemplo, la tradición de este día tiene mucho que ver la ropa y así, los filipinos lucen prendas con lunares durante todo el último día del año. Esta prenda debe tener al menos un bolsillo para guardar algunas monedas que se harán sonar a medianoche.

En Turquía el nuevo año es sinónimo de arrojar por las ventanas y balcones frutas como la granada. Cuanto más se abra la fruta el año será más positivo.

Otro país curioso en su fin de año es Japón, donde no hay 12 campanadas, sino que hasta en 108 ocasiones tañen las campanas de los templos japoneses para conmemorar la llegada del nuevo año. La tradición se llama ‘joya no kane’ y simboliza que con cada tañido desaparece uno de los pecados innatos del ser humano. Además, antes de entrar en el nuevo año también se realiza una limpieza de la casa a fondo, denominada ‘osoji’, para echar fuera la mala suerte, y es una tradición que se también se traslada a las oficinas e incluso a la universidad para deshacerse de lo que no sirve y recibir el año nuevo limpio y renovado por dentro y por fuera. La sopa de fideos (soba) como cena complementan este día para significar una larga vida, y empezar el año riendo también es fundamental para atraer la buena suerte.

En Estados Unidos, la Nochevieja típicamente norteamericana, y la más popular, es la que se celebra en Times Square, en Nueva York. Los neoyorquinos se concentran en esa céntrica plaza varias horas antes de la medianoche. La bajada de la famosa bola de cristal desde lo alto de uno de los emblemáticos edificios marca el comienzo de los fuegos artificiales, los juegos de luces y los gritos de alegría. Los conciertos de celebridades también son una nota característica de este día junto a los besos como garantía de amor para el nuevo año.

Pero la tradición española de las 12 uvas está muy extendida entre la comunidad hispanohablante. Los mexicanos la siguen al son de las campanadas de la Catedral Metropolitana de Ciudad de México, pero la complementan, antes o después, barriendo la casa desde dentro hacia fuera para limpiarla de impurezas. En Perú, Honduras y Ecuador son más radicales con la purificación. En esos países se escribe en papelitos lo indeseable y se introduce en un muñeco al que se prende fuego, como también hacen los campesinos de Colombia, si bien en otros lugares también se queman muebles viejos.

En Cuba esta fiesta se celebra ante un menú criollo, y al coincidir el Año Nuevo con el aniversario del triunfo de la Revolución, hay fiestas populares en todo el país organizadas por el Gobierno.

En Chile es una tradición comer una cucharada de lentejas, y también está muy extendido el uso de ropa interior de color amarillo para atraer el amor.

En El Salvador hay una práctica adivinatoria del año nuevo que consiste en cascar un huevo en un vaso de agua la medianoche de hoy e interpretar su forma el primer día del año. Si se parece a una iglesia es que habrá boda y si hay círculos, dinero o cambios en lo personal.

En Brasil se toman uvas la noche del ‘Reveillón’, pero la cantidad corresponde al número de la suerte de cada cual. Tras el carnaval, el Reveillon o fiesta de Nochevieja en la playa de Copacabana es la celebración más importante de Río de Janeiro. Fuegos artificiales, música y sensualidad en una noche que tiene como protagonista a Yemayá, la diosa marina de los orixás. Los brasileños de la costa se visten de blanco y se van a la playa. Allí se salta sobre siete olas y se dejan pequeños barcos con velas y flores en el mar con la intención de que éste se lo lleve como señal de buena suerte para el año recién estrenado.

En el último día del año los uruguayos tiran por la ventana los calendarios del año viejo. También arrojan agua a la calle para así arrastrar todo lo malo, como la envidia. Para librarse de ese pecado capital, las mujeres uruguayas visten este día alguna prenda roja. Otra tradición curiosa se produce en Ecuador, donde hombres y mujeres piden fortuna y les llueven literalmente las monedas que lanzan al aire a medianoche para que sea así durante todo el año, y por si esto no fuera suficiente, también guardan billetes en sus zapatos.

Quien encuentra en esos días en Costa Rica una pequeña flor silvestre de color morado llamada Santa Lucía está de suerte. Si se mete en el monedero la tradición dice que no faltará dinero en todo el año.

En Puerto Rico, por su parte, toman las 12 uvas y también arrojan agua a la puerta de las casas. Y todavía hay quien dispara al aire al son de las campanadas, una costumbre por fortuna en extinción, pero muy generalizada hasta hace unos años, y que se saldaba con numerosos muertos por las balas perdidas.

En otros países de Sudamérica, como Colombia, Panamá, Paraguay y Perú, entre otros, pasear o correr con maletas en Nochevieja es un ritual para que el año nuevo traiga muchos viajes, pero con la condición de dar un portazo al salir de casa porque significará que también se alejarán los malos espíritus.

En Argentina también todos corren, pero a abrir sus regalos después del brindis con champán o sidra en la medianoche del 31 de diciembre, y en este país la ropa interior rosa es la que significa prosperidad en el nuevo año.

En África el colorido de las vestimentas y, sobre todo, los cantos y los bailes a ritmo de tambores están muy presentes en el cambio de año. Los sudafricanos, por ejemplo, reciben el nuevo año junto al carnaval el 2 de enero con grupos de danza y coros que recorren las calles de Ciudad del Cabo con disfraces multicolores. El desfile recuerda el Día de la Emancipación y congrega a más de 100.000 personas. En muchos países de África subsahariana es una tradición comer pollo en la noche de fin de año, muy valorado y un lujo para muchos, más acostumbrados al cerdo o al cordero el resto del año.

En las Antípodas, Australia es el país en el que el ruido se convierte en el elemento clave y diferenciador para recibir el año. Cuando el reloj marca la medianoche, los silbidos, el claxon de los coches, los gritos… y, por supuesto, los fuegos artificiales marcan el momento. Todas las miradas apuntan por la noche a Sidney, donde tiene lugar un espectáculo pirotécnico en un escenario de lujo, envolviendo la famosa ópera y el Puente de la Bahía de la metrópolis australiana.

Etiquetas: