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sábado, abril 8

Zaragoza desconocida: Archivo de la Sangre de Cristo

(Un texto de Raúl Lahoz en el Heraldo de Aragón del 12 de octubre de 2013)

El registro de la Hermandad de la Sangre de Cristo, en la plaza del Pilar de Zaragoza, cobija documentos de una de las más antiguas instituciones de Aragón. Sus estanterías reúnen uno de los mayores catálogos de seres y estares de los últimos siglos en la capital aragonesa.

El Ayuntamiento de Zaragoza [nombró en 2013] hija predilecta de la ciudad a una de las instituciones más longevas de la capital aragonesa, la Hermandad de la Sangre de Cristo. Nació con ese escueto nombre en el medievo. Existen referencias escritas desde 1268. El documento más antiguo en poder de la hermandad data de 1554. Su sede administrativa, sita en el número 16 de la plaza del Pilar, cobija las actas capitulares desde 1635 hasta nuestros días. Sin duda, uno de los mayores catálogos de seres y estares de los últimos siglos de la vida y la muerte en Zaragoza.

Es conocida como Hermandad de la Sangre de Cristo, pero su nombre completo es Muy Ilustre, Antiquísima y Real Hermandad de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo y Madre de Dios de Misericordia. Los primeros estatutos datan de 1556. Nació como Hermandad de la Sangre de Cristo, pero, con el paso del tiempo le fueron concediendo títulos. A la misma velocidad se fue añadiendo literatura a su, en un principio, liviano nombre. El de Muy Ilustre proviene de 1617; el de Antiquísima, de 1677; y el de Real, de 1828 por concesión del rey Fernando VII.

La sede canónica de la hermandad está censada en la real capilla de Santa Isabel de Portugal, donde se encuentra la capilla del Santo Sepulcro con la imagen del Santísimo Cristo de la Cama. Allí se halla la sala capitular. El domicilio administrativo apenas ocupa 30 metros cuadrados en un bloque de oficinas de la plaza del Pilar, enfrente del Ayuntamiento de la Inmortal Ciudad. La oficina está repleta de archivos, anaqueles que guardan la historia zaragozana. Historia emanada de la fe católica, generosa con todos los credos: además de organizar la procesión del Santo Entierro en la Semana Santa zaragozana, la labor de la hermandad es recoger y trasladar por orden judicial al Instituto de Medicina Legal de Aragón a las personas que han muerto en situación violenta o natural pertenecientes al término municipal de Zaragoza. El Juzgado notifica el deceso y la hermandad procede a su recogida y traslado del cadáver. Un hermano receptor (por estatutos son 50), acompañado de un camillero y un conductor, se encarga de desarrollar esta labor. También constan en las actas las rogativas que con motivo de calamidades se realizaban por iniciativa propia o a petición de autoridades militares o eclesiásticas.

Hasta la abolición de la pena de muerte en España en los albores de la Democracia, los hermanos receptores asistían al ajusticiamiento de los reos en el término municipal de Zaragoza. Uno o varios hermanos de la Sangre de Cristo pasaban la última noche con el condenado antes de ser conducido al patíbulo. La última cena del ajusticiado siempre fue a cuenta de la hermandad. Hasta el siglo XVIII se pedía limosna para cubrir los actos del sepelio. En los archivos de la oficinita constan todas las ejecuciones.

Alrededor de 1,5 metros por 2,5 metros, esto es, casi cuatro metros cuadrados de la oficina, los cubre el paño de los muertos. Es decir, la sede administrativa de la Hermandad de la Sangre de Cristo también es sede de un cementerio. ¿Por qué? Según la bula papal de Alejandro VII, ese trocito de tela es un campo santo. Se trata de una creación medieval. Durante la epidemia de la peste no se podían trasladar los cadáveres para evitar contagios. Cuando la hermandad los recogía, los cubría con el paño santo y los enterraba en el mismo lugar. Actualmente, el paño está disponible para cubrir cualquier cadáver.

La hermandad también es depositaria de los restos del Justicia de Aragón Juan de Lanuza. La llave de la urna y el acta de entrega por parte del Ayuntamiento de Zaragoza duerme en la sala capitular de San Cayetano. También se encuentran en la sala capitular el estandarte real, regalo en 1860 de la reina Isabel II, y el guión de la ciudad, donado el 17 de febrero de 1959. En la plaza del Pilar quedan trozos de la historia zaragozana desde la Edad Media: el archivo de la Hermandad de la Sangre de Cristo.

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