La importancia de tener un bonito nombre
Conforme escribía el título, pensaba en la famosa obra de Oscar Wilde "La importancia de llamarse Ernesto", y es que el nombre de las cosas tiene su importancia...al menos a la hora de venderlas.
Escribía Carlos Salas en el períodico de hace unos domingos (el seis de julio, sin ir más léjos) un extracto de una parodia de entrevista en la que dos humoristas británicos sacan punta a la crisis financiera internacional.
Ambos humoristas simulan una entrevista. Uno de ellos es un banquero experto en inversiones y el otro es el supuesto entrevistador. El segundo pregunta cuáles han sido las causas de la crisis financiera en EEUU por la cual ha habido tantas familias que no han podido pagar sus hipotecas, y el supuesto banquero responde lo siguiente:
-Imagínese a un negro desempleado con camiseta sin mangas sentado en el portal derruido de una casa en algún lugar de Alabama, y entonces llega un tipo y le pregunta: ¿Te gustaría comprar esta casa antes de que se derrumbe? Si quieres, yo te presto el dinero.
-¿Y ese tipo es un banquero? -pregunta el entrevistador.
-Oh, no, es un vendedor de hipotecas. Su sueldo depende de cuantas venda.
-O sea que su forma de valorar el precio de la casa es algo dudosa.
-Oh, sí. Completamente.
-¿Y qué pasa luego?
-Bueno, un banco compra esa hipoteca, la empaqueta con otras deudas similares, y las vende en Wall Street. Y aquí ocurre algo extraordinario -cuenta el banquero-, pues este paquete de deudas de riesgo deja de llamarse así y pasa a ser un vehículo de deuda estructurada.
-¿Un SIV? (en inglés)
-Eso es. Un SIV.
-Y entonces usted lo compra.
-Sí. Y luego llamo a alguien en Tokio y le digo: Hey, tengo aquí un paquete, ¿lo quieres comprar? Y el de Tokio me pregunta: ¿qué hay en él? Y yo le respondo que no tengo la más mínima idea.Me pregunta cuánto pido y yo le digo que 100 millones de dólares.Entonces me dice: «Vale». Y ya está. Eso es el mercado.
El entrevistador pone cara de circunstancia, mira al techo y vuelve a preguntar:
-E imagino que luego ese paquete pasa por varias manos y cada vez que sucede eso alguien como usted gana dinero, ¿no?
-Sí, claro -responde el banquero-, no vaya usted a pensar que eso se hace solo. Es un trabajo duro.
-Y dado que esos paquetes son arriesgados, ¿Por qué atraen a los inversores?
-Porque esos fondos de inversión libre tienen unos nombres muy bonitos.
-¿Quiere decir que son de compañías respetables?
-No, no. No tienen nada que ver con la reputación. Tienen nombres bonitos, me refiero a que son muy creativos. Por ejemplo, hay una conocida firma americana que tiene dos fondos con alguno de esos nombres. Por ejemplo, uno de ellos se llama Fondo de estrategias de crédito estructuradas de alta gama. Y el otro es Fondo de apalancamiento mejorado de crédito estructurado de alta gama.
-Uf, suena muy bien. Es fiable.
-Sí. La magia del mercado. De modo que lo que empezó con algunos miles de dólares para un negro desempleado en camiseta sin mangas se convierte en Fondo de apalancamiento mejorado de crédito estructurado de alta gama.
-Me gusta como suena.
-Sí. Es bueno. Es fiable. Tiene bonitas palabras. En primer lugar usa «alta» que es muy bueno, es mejor que «baja». Y estructurado, ¿No es una buena palabra?
-Oh, sí, desde luego.
-¿Y «mejorado»?
-Ya lo creo. Me encanta -dice el entrevistador, totalmente convencido-; compraría cualquier cosa que tuviese la palabra «mejorado».
-Claro. Sería diferente si se llamara «fondo de inversión del negro desempleado en la calle» -dice el banquero.
-¡Causaría alarma con ese nombre!
-Por supuesto.
Al final del sketch, el entrevistador se pregunta, dado que mucha gente habla de una crisis financiera, si no se podría evitar de algún modo.
-Oh, sí, -dice el banquero-, se puede evitar si los gobiernos y los bancos centrales nos devuelven a los especuladores financieros todo lo que perdimos.
-¿Pero eso no sería recompensar la avaricia y la estupidez?
-En absoluto. Eso sería retribuir la ingenuidad del mercado.
-Y si no les dan el dinero, ¿qué pasaría?
-Habría una crisis financiera y entonces diríamos lo que solemos decir los banqueros en estos casos: no vamos a sufrir nosotros, sino ustedes y sus planes de pensiones.
Comentaba el periodista que ese video es una de las mejores críticas a los excesos del sistema financiero mundial. "A lo largo de mi experiencia profesional como periodista de información económica, he asistido al nacimiento, eclosión y muerte de un montón de mecanismos financieros, bautizados con nombres olímpicos, detrás de los cuales sólo hay especulación, es decir, vender miles de veces lo mismo. Es el timo de la estampita de alta gama."
"En los años ochenta fueron los junk bonds, bonos de alto riesgo.Eran fondos de alta remuneración que se usaban para comprar empresas: luego, el comprador desmembraba la empresa, la vendía por partes, y hacía caja. Una buena parte para él, y la otra para los poseedores de los bonos. Una de estas operaciones llevó a Michael Milken a la cárcel. Oliver Stone se basó en este personaje y en Ivan Boesky, otro especulador, para realizar su película Wall Street protagonizada por Michael Douglas.
Pero el sistema tiene que sobrevivir. Cada cierto tiempo nacen nuevos mecanismos financieros con nombres bonitos para atraer el exceso de dinero de los bancos e invertirlo en junk bonds, hedge funds, fondos estructurados o lo que sea. Y cada cierto tiempo nos sumirán en una crisis de la cual al final nadie es responsable, sino la estupidez humana."
El artículo original en http://www.elmundo.es/papel/2008/07/06/mercados/2444576.html
Y el video de la parodia en http://www.youtube.com/watch?v=TD5JTPhBhJw, con subtítulos en alemán, eso sí. Sorry mil, no he podido encontrarlo con subtítulos en español, pero merece la pena.
Etiquetas: Economía para curiosos
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