Post-Thebussem
(La columna de Martin Ferrand en el XLSemanal del 1 de noviembre de 2009) Cuando Dionisio Pérez de Ayala ganó, en 1920, el primero de los premios Mariano de Cavia instituidos por ABC, utilizaba como periodista pseudónimos diversos –Minino Español, Pedro Recio de Tirteafuera...– y lo hacía casi siempre en Diario de Cádiz. Su obsesión eran las causas perdidas y, como periodista o en su condición de diputado por El Puerto de Santa María, hizo cruzada contra los caciques andaluces, la usura, la escasez educativa y, en general, se esforzó en combatir los mismos males que hoy siguen presentes entre nosotros. Ya al final de sus días decidió abandonar la catilinaria para entregarse al panegírico y, firmándose Post-Thebussem en homenaje a su paisano Mariano Pardo de Figueroa, el auténtico Dr. Thebussem, escribió brillantes páginas gastronómicas. Su edición del Libro de guisados de Ruperto de Nola, bajo la dirección de Pedro Sainz Rodríguez, es antológica y su Guía del buen comer español resulta imprescindible. A lo que iba. Dionisio Pérez tenía enmarcado en su gabinete de trabajo una sentencia de Alfonso X de León y de Castilla que les aconsejo como guía del buen vivir: «Comer, beber é dormir son cosas naturales, sin que los hombres no pueden vivir. Pero de éstas deben usar de tres maneras: la una con tiempo; la otra con mesura; la otra apuestamente». Por algo lo llamaban Sabio al rey Alfonso X y por algo lo era don Dionisio. Dejando al margen, en aras de la especialización, lo de dormir; está claro que el sosiego y la calma son el primero de los supuestos para el disfrute en la mesa y la mesura, la mejor de todas las añadas.
Etiquetas: Con las manos en la masa
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