Cien lugares que visitar... antes de que desaparezcan (Europa)
73.- Cahors, Francia.
Desde la época del imperio romano, se ha producido vino en la región de Cahors. Más de 4.200 hectáreas están destinadas al cultivo de la vid y cualquier cambio en el régimen de lluvias y temperaturas de la zona puede suponer el fin para la fuente de trabajo y vida de muchas personas.
74.- París, Francia.
Casi 12 millones de personas viven en el área metropolitana de París, una de las ciudades más afectadas por la ola de calor que en 2003 causó la muerte de más de 35.000 personas. Es probable que, en las próximas décadas, se produzcan cada vez más situaciones similares.
75.- Copenague, Dinamarca.
Centro comercial durante el siglo XII, hoy la crecida de las aguas crea periódicos estragos en los lugares más importantes de la capital danesa. Se estima que el incremento del nivel del mar y de las precipitaciones causarán daños en breve a edificios levantados en el siglo XIX.
76.- Mar de Wadden, Dinamarca.
Miles de turistas acuden al país para contemplar una fauna única y caminar, literalmente, sobre las aguas de uno de los mares menos profundos del mundo (no supera los dos metros). Esta particularidad hace que esté muy amenazado por el incremento del nivel del mar.
77.- County Meath, Irlanda.
Es el principal productor de patatas de Irlanda, un producto básico para la dieta y la exportación del país, y especialmente sensible al aumento de las temperaturas y la disminución de las lluvias. Se prevé que, en 50 años, las temperaturas en esta isla crezcan 3ºC de media.
78.- Dalarna, Suecia.
En esta zona del centro del país, se ha descubierto el árbol vivo más antiguo del mundo. Los abetos son la base de la industria maderera y del papel en Suecia, pero el calentamiento global, que origina temperaturas más altas y menos lluvias, podría acabar con estos bosques milenarios.
79.- Islas Halligen, Alemania.
Estos 10 pequeños islotes, ubicados en la costa norte germana, han sufrido históricamente inundaciones ocasionales de agua marina que han originado un ecosistema característico. Su idílica imagen podría desaparecer si el nivel del mar siguiera subiendo, acabando por engullirlas.
80.- Kitzbuhel, Alpes, Austria.
Los glaciares de una de las mecas del mundo para los deportes de invierno (sede de los Juegos Olímpicos de 1964 y 1976) han perdido el 20% de su tamaño desde 1980. Antes de final de siglo, podría desaparecer casi en su totalidad si la temperatura aumentará los 3º previstos.
81.- Lago Balatón, Hungría.
Conocido como la playa de Europa Central, este lago natural, cuyas aguas no suelen superar los tres metros de profundidad, está perdiendo volumen por los efectos del cambio climático. Si las olas de calor aumentan un 50%, como se espera, gran parte del lago podría secarse.
82.- Mar Archipiélago, Finlandia.
Los más de 40.000 islotes que salpican esta zona del Báltico están en peligro por la contaminación, culpable del crecimiento de algas dañinas para la biodiversidad de la zona. Además, los cambios climáticos pueden desequilibrar esta estructura en un siglo.
83.- Mar Egeo, Grecia.
Apenas quedan 400 ejemplares de la foca monje del Mediterráneo. Habitan en las cuevas de los acantilados de la costa griega y su supervivencia depende de que el nivel del mar no ascienda hasta anegarlas. La contaminación y los excesos pesqueros también causan estragos en su sustento.
84.- Olimpia, Grecia.
Las ruinas de Olimpia, el lugar donde nacieron los juegos olímpicos, se encuentran en la península del Peloponeso, al sur de Grecia. Sometida a veranos cada vez más secos y con temperaturas más elevadas, la zona ha sido cercada en varias ocasiones por devastadores incendios forestales.
85.- Principado de Lucedio, Italia.
Esta zona, famosa por una abadía fundada por los monjes cistercienses en el siglo XII, es la cuna de la producción del arroz italiano. Desde hace unos años, está en peligro por la disminución de las precipitaciones y del agua proveniente de los glaciares alpinos.
86.- Venecia, Italia.
Construida sobre postes de madera que se asientan en un fondo lodoso, la ciudad de los canales siempre ha sido vulnerable a las inundaciones. Permanentemente alerta por la llamada acqua alta -subidas de la marea- y la presión sobre sus cimientos, cada año se hunde un poco más.
87.- Rótterdam, Holanda.
Más de la mitad de la ciudad holandesa está por debajo del nivel del mar y para mantenerse a la salvo de las aguas depende de los diques y presas que la circundan. A pesar de los esfuerzos urbanísticos, los cambios climáticos pueden dejarla totalmente expuesta a la fuerza de la naturaleza.
88.- Támesis, Londres, Inglaterra.
La principal arteria londinense, atracción turística y emblema de la ciudad es también su mayor amenaza. Si el clima continúa cambiando, las crecidas de su caudal afectarán a más de un millón y medio de ciudadanos que viven en los barrios construidos en sus orillas.
89.- Zahara de la Sierra, España.
Rodeado de campos de olivos, éste, como otros famosos pueblos blancos andaluces, afronta el futuro mirando al clima: las previsiones más pesimistas auguran una caída del 40% de las precipitaciones y un aumento de las temperaturas de 4ºC antes de final de siglo.
Desde la época del imperio romano, se ha producido vino en la región de Cahors. Más de 4.200 hectáreas están destinadas al cultivo de la vid y cualquier cambio en el régimen de lluvias y temperaturas de la zona puede suponer el fin para la fuente de trabajo y vida de muchas personas.
74.- París, Francia.
Casi 12 millones de personas viven en el área metropolitana de París, una de las ciudades más afectadas por la ola de calor que en 2003 causó la muerte de más de 35.000 personas. Es probable que, en las próximas décadas, se produzcan cada vez más situaciones similares.
75.- Copenague, Dinamarca.
Centro comercial durante el siglo XII, hoy la crecida de las aguas crea periódicos estragos en los lugares más importantes de la capital danesa. Se estima que el incremento del nivel del mar y de las precipitaciones causarán daños en breve a edificios levantados en el siglo XIX.
76.- Mar de Wadden, Dinamarca.
Miles de turistas acuden al país para contemplar una fauna única y caminar, literalmente, sobre las aguas de uno de los mares menos profundos del mundo (no supera los dos metros). Esta particularidad hace que esté muy amenazado por el incremento del nivel del mar.
77.- County Meath, Irlanda.
Es el principal productor de patatas de Irlanda, un producto básico para la dieta y la exportación del país, y especialmente sensible al aumento de las temperaturas y la disminución de las lluvias. Se prevé que, en 50 años, las temperaturas en esta isla crezcan 3ºC de media.
78.- Dalarna, Suecia.
En esta zona del centro del país, se ha descubierto el árbol vivo más antiguo del mundo. Los abetos son la base de la industria maderera y del papel en Suecia, pero el calentamiento global, que origina temperaturas más altas y menos lluvias, podría acabar con estos bosques milenarios.
79.- Islas Halligen, Alemania.
Estos 10 pequeños islotes, ubicados en la costa norte germana, han sufrido históricamente inundaciones ocasionales de agua marina que han originado un ecosistema característico. Su idílica imagen podría desaparecer si el nivel del mar siguiera subiendo, acabando por engullirlas.
80.- Kitzbuhel, Alpes, Austria.
Los glaciares de una de las mecas del mundo para los deportes de invierno (sede de los Juegos Olímpicos de 1964 y 1976) han perdido el 20% de su tamaño desde 1980. Antes de final de siglo, podría desaparecer casi en su totalidad si la temperatura aumentará los 3º previstos.
81.- Lago Balatón, Hungría.
Conocido como la playa de Europa Central, este lago natural, cuyas aguas no suelen superar los tres metros de profundidad, está perdiendo volumen por los efectos del cambio climático. Si las olas de calor aumentan un 50%, como se espera, gran parte del lago podría secarse.
82.- Mar Archipiélago, Finlandia.
Los más de 40.000 islotes que salpican esta zona del Báltico están en peligro por la contaminación, culpable del crecimiento de algas dañinas para la biodiversidad de la zona. Además, los cambios climáticos pueden desequilibrar esta estructura en un siglo.
83.- Mar Egeo, Grecia.
Apenas quedan 400 ejemplares de la foca monje del Mediterráneo. Habitan en las cuevas de los acantilados de la costa griega y su supervivencia depende de que el nivel del mar no ascienda hasta anegarlas. La contaminación y los excesos pesqueros también causan estragos en su sustento.
84.- Olimpia, Grecia.
Las ruinas de Olimpia, el lugar donde nacieron los juegos olímpicos, se encuentran en la península del Peloponeso, al sur de Grecia. Sometida a veranos cada vez más secos y con temperaturas más elevadas, la zona ha sido cercada en varias ocasiones por devastadores incendios forestales.
85.- Principado de Lucedio, Italia.
Esta zona, famosa por una abadía fundada por los monjes cistercienses en el siglo XII, es la cuna de la producción del arroz italiano. Desde hace unos años, está en peligro por la disminución de las precipitaciones y del agua proveniente de los glaciares alpinos.
86.- Venecia, Italia.
Construida sobre postes de madera que se asientan en un fondo lodoso, la ciudad de los canales siempre ha sido vulnerable a las inundaciones. Permanentemente alerta por la llamada acqua alta -subidas de la marea- y la presión sobre sus cimientos, cada año se hunde un poco más.
87.- Rótterdam, Holanda.
Más de la mitad de la ciudad holandesa está por debajo del nivel del mar y para mantenerse a la salvo de las aguas depende de los diques y presas que la circundan. A pesar de los esfuerzos urbanísticos, los cambios climáticos pueden dejarla totalmente expuesta a la fuerza de la naturaleza.
88.- Támesis, Londres, Inglaterra.
La principal arteria londinense, atracción turística y emblema de la ciudad es también su mayor amenaza. Si el clima continúa cambiando, las crecidas de su caudal afectarán a más de un millón y medio de ciudadanos que viven en los barrios construidos en sus orillas.
89.- Zahara de la Sierra, España.
Rodeado de campos de olivos, éste, como otros famosos pueblos blancos andaluces, afronta el futuro mirando al clima: las previsiones más pesimistas auguran una caída del 40% de las precipitaciones y un aumento de las temperaturas de 4ºC antes de final de siglo.
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