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jueves, septiembre 15

Guerra y economía



(La columna de Pablo Rodríguez Suanzes en el suplemento económico del Mundo del 4 de enero de 2009)

[...] un tema clásico en la ciencia económica: la relación existente entre guerra y crecimiento. ¿Es buena o mala la guerra para la economía? El historiador de Yale Donald Kagan, en su libro On the origins of war and the preservation of peace recuperó la clásica sentencia de Tucídides de que en la antigüedad las guerras se hacían por "honor, miedo e interés". El interés ha movido durante siglos a las naciones y a los grupos hacia el enfrentamiento. Tanto para obtener territorio o materias primas como para forzar la apertura al comercio exterior. En 1854, por ejemplo, el Comodoro Perry abrió por la fuerza Japón al exterior: www.history.navy.mil/branches/teach/ends/opening.html.

Los economistas keynesianos o postkeynesianos, como Paul Krugman, defienden que la guerra "en general es expansiva para la economía, al menos en el corto plazo", pues actúa "como una especie de Programa Público de Trabajo, que genera empleo" y sirve para relanzar las economías nacionales (http://krugman.blogs.nytimes.com/). La tesis, sin embargo, es refutada virulentamente desde los postulados del liberalismo, que considera a las guerras como destructoras de riqueza. Uno de los grandes debates académicos gira en torno a en que grado ayudó la Segunda Guerra Mundial a acabar con la gran depresión en EEUU (http://www.oppapers.com/essays/Great-Depression-World-War-Ii/120841).




Mike Moffat es de los que creen que la guerra no puede ser positiva (http://economics.about.com/od/warandtheeconomy/a/warsandeconomy.htm). Más duro es el premio Nobel norteamericano Joseph Stiglitz, que califica la mera idea como una auténtica tontería (http://www.guardian.co.uk/politics/2003/jan/22/iraq.economy). Según él, los mercados odian la volatilidad y la falta de certeza, justo lo que traen los conflictos. En 2006, el Nobel recayó de forma compartida en el poco conocido israelí Robert Aumann, que reconoce "no saber qué es la inflación", pero que ha desarrollado trabajos de teoría de juegos. En especial, aplicados al conflicto judeopalestino, para cuya solución ofrece tesis controvertidas.

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