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domingo, marzo 24

Lady Smith, una extremeña en Sudáfrica

(La columna de Cristina Morató en Mujer de Hoy del 26 de junio de 2010)

Estos días [...] son un buen momento para recordar a una extremeña cuyo destino quedó para siempre unido a la historia de este país. Se llamaba Juana María de los Dolores de León y fue la esposa del general sir Harry Smith, nombrado gobernador de la colonia de El Cabo en 1847. En honor a su valor -y al amor que sentía hacia Juana-, el militar bautizó como Ladysmith una ciudad de la región de KwaZulu. La suya fue una de las historias de amor más románticas vividas en aquellos tiempos de guerra y conquistas.

En abril de 1812, el ejército de Wellington tomó la ciudad de Badajoz tras un duro combate contra las tropas napoleónicas. En este escenario de muerte y destrucción un apuesto oficial británico, Harry Smith, dio refugio en su campamento a una muchacha que había perdido a sus padres en el asalto. Juana tenía sólo 14 años y pertenecía a una familia de ilustre abolengo, los Ponce de León.

Su belleza, temperamento y valor cautivaron al militar. Pese a su diferencia de edad -era 11 años mayor que ella-, días más tarde la pareja contrajo matrimonio. Juanita, como la llamaba Harry en la intimidad, decidió seguir a su esposo por los campos de batalla sin importarle el riesgo ni las privaciones. Se adaptó a las marchas agotadoras a lomos de caballo, a la comida escasa y a dormir a la intemperie o en incómodas tiendas de campaña. El olor a pólvora y a sangre la acompañarían a lo largo de toda su vida, desde Waterloo a la India, pasando, por supuesto, por Sudáfrica. Juana, ya convertida en lady Smith, viviría dos décadas en la región más austral del continente africano, mientras su esposo libraba batallas contra las tribus nativas.

A esta española de rompe y rasga todavía se la recuerda con admiración en la ciudad de Ladysmith. En su museo se conserva un retrato suyo, así como un par de pendientes y una peineta. A Juanita Smith, que nunca renunció a sus orígenes, le gustaba, en las recepciones oficiales, vestir con mantilla, bailar fandangos e improvisar canciones populares. El duque de Wellington, al conocer la vida de sacrificios que había llevado junto a su esposo, dijo de ella: Era una auténtica heroína, la digna sucesora de Agustina de Aragón.

P. D.: Juana no sólo dejó su nombre a la histórica ciudad de Ladysmith, sino que en su honor se bautizó una variedad sudafricana de melón dulce y anaranjado, el spanspek (desayuno español), que era su fruta preferida. En Badajoz, su ciudad natal, una avenida recuerda a la intrépida aventurera.