El movimiento ‘Beat’
(Extraído de un artículo de Juan Manuel Bellver en El Mundo
del 2 de junio a propósito de una exposición sobre este movimiento celebrada en
el centro Pompidou-Metz, en París)
«He visto las
mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, histéricos famélicos
muertos de hambre arrastrándose por las calles, negros al amanecer buscando una
dosis furiosa, cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión celestial al
dínamo estrellado de la maquinaria de la noche, quienes pobres y andrajosos y
con ojos cavernosos y altos se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural de
los departamentos con agua fría flotando a través de las alturas de las ciudades
contemplando el jazz», escribía Allen Ginsberg en Aullido, el poema más icónico de la literatura beatnik.
Aquellos versos de
1956, que las autoridades bienpensantes quisieron prohibir en
EEUU hasta que el juez republicano Clayton W. Horn sentenció que
el texto poseía «importancia social redentora», reviven a través de la
exposición Beat Generation / Allen
Ginsberg que el Centre Pompidou- Metz acoge hasta septiembre.
[…] un vasto
movimiento transcultural nacido durante la Segunda Guerra Mundial en Nueva York
y que a partir de 1955 se extendió al resto del mundo». […]
«Charlie Parker,
reza por mi», le implora Jack Kerouac en un poema recitado al rey del saxo bebop, que descubrió en 1940 cuando él, Allen
Ginsberg, William S. Burroughs y otras futuras luminarias de su generación vagaban
por el Greenwich Village neoyorquino y el campus universitario de Columbia. Por
aquel entonces, los beats soñaban con
liberarse de las asfixiantes convenciones sociales de la América de la posguerra.
Y, en su reivindicación de la vida bohemia, el sexo libre, el jazz sincopado,
el consumo de drogas, la filosofía zen y las extenuantes travesías en coche
costa-a-costa en pos de experiencias vitales, hallaron un nuevo lenguaje
expresivo que influiría en autores venideros y dio en llamarse literatura
espontánea.
Tan libre y
desprejuiciado […] fue aquel movimiento […] que se halla este año de rabiosa actualidad
a través de la versión cinematográfica que el realizador brasileño Walter
Salles ha hecho de la novela En el camino
(1957) […]. Escrita febrilmente por Kerouac en sólo tres semanas de desmedido
consumo de café e inhalaciones de bencedrina, en una máquina de escribir
portátil marca Underwood, mientras vivía con su segunda esposa Jane Haverty en
un apartamento de la calle 20 neoyorquina. Mecanografiado sin márgenes ni párrafos diferenciados, en un larguísimo rollo de papel amarillento
del cual no hizo ni una copia y que hoy es propiedad de James Isray, el dueño
del equipo de fútbol americano Indianapolis Colts.
Un relato
semi-autobiográfico que anticipa el género de las road movies y que comparte honores de piedra angular del fenómeno
literario con el citado Aullido de
Ginsberg y El almuerzo desnudo (1959)
de Burroughs. Fue precisamente en Paris donde este último terminó de escribir y
publicó en Nova Express su controvertida obra maestra, del mismo modo que
Gregory Corso acabó en la capital francesa su largo poema satírico Bomb (1957), dedicado a la bomba atómica
[…].
A mediados de los
50, Allen Ginsberg viajó a Tánger con
Peter Orlovsky para visitar a un Burroughs destrozado por la heroína que no
lograba dar coherencia a sus escritos, y luego los tres se fueron a reunir con
Corso y Kerouac en París. Allí vivieron juntos y revueltos durante una larga
temporada en el piso superior de un bar sito en el 9 de la rue Git-le-Coeur, en
la rive gauche, que Ginsberg bautizó
como The Beat Hotel. Y fue por aquel entonces cuando Jean-Jacques Lebel les conoció
a todos.
Artista visual
pionero del happening en Europa, escritor, promotor de festivales de poesía y
comisario de exposiciones, Lebel (1936) se prestó inmediatamente a traducir al francés
las estrofas vitriólicas de Aullido y
luego mantuvo el contacto con el autor, que le ayudó a recopilar su Antología de la poesía beat, publicada en 1965 en Francia por
Denoël: uno de los más serios estudios de la lírica beatnik. Fundador del Festival Internacional de Poesía, Performance
y Video Polyphonix, en 1990 invitó a participar en el mismo a Ginsberg y aprovechó
para hacerle una larga entrevista de seis horas filmada por Alain Jaubert […].
«Con la Generación
Beat nació un poderoso movimiento contracultural mundial cuya bandera ha sido recogida
en nuestros días por los indignados y que sin duda inspirará a los visionarios
y utopistas del futuro», comenta Lebel. «Y el poeta Allen Ginsberg, que es el padre y principal catalizador,
nos sirve aquí como una guía y cartógrafo, presentándonos a sus amigos y sus
obras, a través de lecturas públicas, grabaciones, documentos nunca vistos, textos,
performances, obras visuales, entrevistas, fotografías y obras de todo tipo. […]».
Aquel levantamiento juvenil […] proponía, no sólo una renovación de la escritura,
sino una visión poética del mundo y una nueva forma de vida.
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