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jueves, junio 20

El movimiento ‘Beat’



(Extraído de un artículo de Juan Manuel Bellver en El Mundo del 2 de junio a propósito de una exposición sobre este movimiento celebrada en el centro Pompidou-Metz, en París)

«He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, histéricos famélicos muertos de hambre arrastrándose por las calles, negros al amanecer buscando una dosis furiosa, cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión celestial al dínamo estrellado de la maquinaria de la noche, quienes pobres y andrajosos y con ojos cavernosos y altos se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural de los departamentos con agua fría flotando a través de las alturas de las ciudades contemplando el jazz», escribía Allen Ginsberg en Aullido, el poema más icónico de la literatura beatnik. 

Aquellos versos de 1956, que las autoridades bienpensantes quisieron prohibir en EEUU hasta que el juez republicano Clayton W. Horn sentenció que el texto poseía «importancia social redentora», reviven a través de la exposición Beat Generation / Allen Ginsberg que el Centre Pompidou- Metz acoge hasta septiembre. 

[…] un vasto movimiento transcultural nacido durante la Segunda Guerra Mundial en Nueva York y que a partir de 1955 se extendió al resto del mundo». […]

«Charlie Parker, reza por mi», le implora Jack Kerouac en un poema recitado al rey del saxo bebop, que descubrió en 1940 cuando él, Allen Ginsberg, William S. Burroughs y otras futuras luminarias de su generación vagaban por el Greenwich Village neoyorquino y el campus universitario de Columbia. Por aquel entonces, los beats soñaban con liberarse de las asfixiantes convenciones sociales de la América de la posguerra. Y, en su reivindicación de la vida bohemia, el sexo libre, el jazz sincopado, el consumo de drogas, la filosofía zen y las extenuantes travesías en coche costa-a-costa en pos de experiencias vitales, hallaron un nuevo lenguaje expresivo que influiría en autores venideros y dio en llamarse literatura espontánea.
Tan libre y desprejuiciado […] fue aquel movimiento […] que se halla este año de rabiosa actualidad a través de la versión cinematográfica que el realizador brasileño Walter Salles ha hecho de la novela En el camino (1957) […]. Escrita febrilmente por Kerouac en sólo tres semanas de desmedido consumo de café e inhalaciones de bencedrina, en una máquina de escribir portátil marca Underwood, mientras vivía con su segunda esposa Jane Haverty en un apartamento de la calle 20 neoyorquina. Mecanografiado sin márgenes ni párrafos diferenciados, en un larguísimo rollo de papel amarillento del cual no hizo ni una copia y que hoy es propiedad de James Isray, el dueño del equipo de fútbol americano Indianapolis Colts.  

Un relato semi-autobiográfico que anticipa el género de las road movies y que comparte honores de piedra angular del fenómeno literario con el citado Aullido de Ginsberg y El almuerzo desnudo (1959) de Burroughs. Fue precisamente en Paris donde este último terminó de escribir y publicó en Nova Express su controvertida obra maestra, del mismo modo que Gregory Corso acabó en la capital francesa su largo poema satírico Bomb (1957), dedicado a la bomba atómica […].
A mediados de los 50,  Allen Ginsberg viajó a Tánger con Peter Orlovsky para visitar a un Burroughs destrozado por la heroína que no lograba dar coherencia a sus escritos, y luego los tres se fueron a reunir con Corso y Kerouac en París. Allí vivieron juntos y revueltos durante una larga temporada en el piso superior de un bar sito en el 9 de la rue Git-le-Coeur, en la rive gauche, que Ginsberg bautizó como The Beat Hotel. Y fue por aquel entonces cuando Jean-Jacques Lebel les conoció a todos. 

Artista visual pionero del happening en Europa, escritor, promotor de festivales de poesía y comisario de exposiciones, Lebel (1936) se prestó inmediatamente a traducir al francés las estrofas vitriólicas de Aullido y luego mantuvo el contacto con el autor, que le ayudó a recopilar su Antología de la poesía beat, publicada en 1965 en Francia por Denoël: uno de los más serios estudios de la lírica beatnik. Fundador del Festival Internacional de Poesía, Performance y Video Polyphonix, en 1990 invitó a participar en el mismo a Ginsberg y aprovechó para hacerle una larga entrevista de seis horas filmada por Alain Jaubert […]. 

«Con la Generación Beat nació un poderoso movimiento contracultural mundial cuya bandera ha sido recogida en nuestros días por los indignados y que sin duda inspirará a los visionarios y utopistas del futuro», comenta Lebel. «Y el poeta  Allen Ginsberg, que es el padre y principal catalizador, nos sirve aquí como una guía y cartógrafo, presentándonos a sus amigos y sus obras, a través de lecturas públicas, grabaciones, documentos nunca vistos, textos, performances, obras visuales, entrevistas, fotografías y obras de todo tipo. […]». Aquel levantamiento juvenil […] proponía, no sólo una renovación de la escritura, sino una visión poética del mundo y una nueva forma de vida.