Dios crea a la madre
(Extraído de la columna de Paulo Coelho en el XLSemanal del 26 de enero de 2014)
Dios llamó a su ángel más querido y le mostró el modelo de madre que había preparado. Al ángel no le gustó lo que vio:
-Señor: has trabajado demasiadas horas extras y ya no sabes lo que haces -le dijo el ángel-. ¡Mira! Beso especial que cura cualquier enfermedad, seis pares de manos para cocinar, lavar, planchar, acariciar, sostener, limpiar. ¡Esto no puede funcionar!
El problema no son las manos -respondió Dios-, sino los tres pares de ojos que he tenido que ponerle: uno que permita ver a los hijos a través de puertas cerradas y protegerlos de ventanas abiertas; otro para aparentar severidad cuando sea necesario tomar medidas para dar una educación sólida; y uno más para estar constantemente transmitiendo amor y ternura, ¡a pesar de todo el trabajo que tendrá!
El ángel examinó el modelo de madre con más cuidado:
-Y esto de aquí, ¿qué es?
-Un dispositivo de autocuración. Ella no va a tener tiempo para estar enferma, porque va a tener que cuidar del marido, de los hijos, de la casa...
-Me parece, Señor, que lo mejor es que descanses un poco dijo el ángel y que después recuperes el modelo normal: con dos brazos, un par de ojos, etcétera.
Dios le dio la razón al ángel. Después de descansar, transformó a la madre en una mujer normal. Pero le advirtió al ángel:
-He tenido que dotarla de una voluntad tan grande que se sentirá con seis brazos, tres pares de ojos y sistema de autocuración. En caso contrario no conseguiría cumplir su tarea.
El ángel la examinó de cerca. En esta ocasión, a su entender, Dios había acertado. De repente notó un fallo:
-Aquí tiene una filtración: se le está saliendo un líquido. Me parece que aún tiene demasiadas cosas dentro.
-No es una filtración. Eso se llama lágrima.
-¿Y para qué sirve?
-Para la alegría, la tristeza, la decepción, el dolor, el orgullo, el entusiasmo.
-Mi Señor es un genio -dijo el ángel-. Eso era justamente lo que le faltaba al modelo para estar completo.
Dios, con aire sombrío, comentó:
-No he sido yo quien la ha puesto ahí. Cuando junté todas las piezas, la lágrima apareció.
De todas maneras, el ángel le dio la enhorabuena al Todopoderoso, y las madres fueron creadas.
Etiquetas: Cuentos y leyendas
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