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domingo, julio 3

'Carmina Burana'. La genialidad, el éxito y la sombra de Carl Orff

(Un texto de Fátima Uribarri en el XLSemanal del 8 de marzo de 2015)

La cantata ‘Carmina Burana’, un superventas absoluto de la música clásica, continúa abarrotando auditorios y encendiendo entusiasmos. Su creador, Carl Orff, fue el inventor de un estilo propio, un renovador de la pedagogía musical y -según cuentan sus discípulos- un sabio dedicado a un único sacerdocio: el ritmo. Cuando se cumplen 120 años de su nacimiento, no se han disipado aún del todo las sombras de este genio que triunfó en la Alemania nazi.

La Gestapo se llevó a Kurt Huber el 27 de marzo de 1943. Había redactado un manifiesto contra las ansias bélicas de Hitler. Su amigo Carl Orff se enteró de la detención al día siguiente, cuando fue a visitarlo a su casa. Clara, la mujer de Huber, le suplicó ayuda. Orff tenía buenos contactos, era un músico de cierto prestigio, le rogó que intercediera por Kurt. La respuesta de Orff fue un hachazo que ni Clara Huber ni la Historia le han perdonado al compositor de la célebre cantata Carmina Burana. si trascendía su amistad con Huber (miembro de la organización antinazi La Rosa Blanca), él quedaría arruinado.

Tenía razón Orff, los disidentes contagiaban su desgracia. A Huber primero le prohibieron impartir clases en la universidad porque se había negado a componer canciones para la Agrupación de Estudiantes Nacionalsocialistas, después lo detuvieron por el manifiesto antinazi y el 13 de julio de 1943 lo ejecutaron. Al estudiante de química Hans Conrad Leipelt lo detuvieron y decapitaron por recaudar dinero para Clara Huber. La viuda de su colega en investigaciones sobre pedagogía musical quedó aislada. Orff puso distancia para no verse arrastrado en su caída, pero después le envió una carta para pedirle perdón.

¿Fue Carl Orff un oportunista sin escrúpulos? ¿Fue un hombre sin alma que siempre se arrimó a quien convenía? Cuando se cumplen 120 años de su nacimiento, las dudas y las sombras no se han disipado de su biografía, aunque Orff salió exculpado tras el examen al que fue sometido por investigadores de los Estados Unidos. Según algunos de sus discípulos y varios expertos, Orff fue un genio concentrado tan solo en la música, un hombre tan inmerso en su arte que no prestó atención ni a la política... ni a su única hija.

Música para marionetas
Nació en 1895 en una familia acomodada y culta. Se crió rodeado de libros y de música. Su madre era profesora de piano y él comenzó a teclearlo a los cinco años. Era un niño taciturno que componía temas para animar las representaciones de su teatro de marionetas. A los 17 años se zambulló de lleno en sus estudios de composición, hasta entonces sus creaciones fueron autodidactas. Fue director de la orquesta de varios teatros hasta que le tocó lanzarse al barro de la Primera Guerra Mundial. Estuvo en Polonia y casi muere enterrado en una trinchera. A su regreso del campo de batalla se dedicó a la música en cuerpo y alma. estudiaba, componía e impartía clases.

Era un apasionado de lo antiguo, de los ecos medievales, las leyendas y la música popular. Comenzó a gestar un estilo propio, ecléctico, donde convivían lo contemporáneo y lo arcaico, un tono reconocible en su célebre cantata Carmina Burana. es moderna y medieval. Hitler llevaba cuatro años en el poder cuando, en 1937, Orff estrenó esta obra cumbre, una composición que continúa, hoy en día, abarrotando auditorios y sonando en anuncios televisivos y bandas sonoras de películas como Saló o los 120 días de Sodoma, de Pier Paolo Passolini; y The Doors, de Oliver Stone.

No fue Orff un hombre político. No militó en ningún partido, solo le interesaba la música, y que sus composiciones se interpretaran. De ahí su pánico a caer en desgracia. ¿Se involucró con el nazismo? Había participado en la composición de música para los Juegos Olímpicos de Berlín de 1936, como muchos otros. Pero entonces el nazismo todavía se molestaba en disimular sus intenciones criminales. Más grave fue el compromiso del autor de Carmina Burana en crear nueva música para el Sueño de una noche de verano, de Shakespeare, y reemplazar la compuesta por el judío Felix Mendelssohn. Pero sus razones para aceptar el encargo "fueron estéticas, no políticas; la música de Mendelssohn no le parecía apropiada, era demasiado dulce", argumenta el profesor de Historia Hans Maier.

Ritmo contagioso
Para Orff, la música trascendía a todo, incluso a lo sonoro. En 1920 comenzó a formular un nuevo concepto de música en la que involucraba a otras artes como la poesía, la danza y el gesto teatral. la música debía afectar a todos los sentidos. Desde 1925 desarrolló sus teorías en educación musical en la Escuela Guenther para gimnasia, música y danza, en Múnich, y publicó un manual titulado Schulwerk. Era partidario de incluir los instrumentos de percusión en la enseñanza escolar, utilizaba canciones populares y fomentó la prosodia. Por eso afirmaba que su cantata Carmina Burana había que verla, además de escucharla, y contemplar al coro como se observa a la orquesta en un concierto.

De hecho, el coro funciona como un instrumento con todos los registros, "desde las voces blancas de los niños hasta la gravedad de los bajos, staccatos, legatos, falsetes", explica José Peris, compositor y discípulo de Orff. El coro recuerda a los monjes cantando en el el monasterio de Benedikbeuren, que es donde se encontraron los textos de estos cantos del siglo XIII.

Quien escucha Carmina Burana se pone a bailar o a utilizar una batuta invisible. La clave está en el ritmo, tan importante para él, y en la naturalidad. "Carl Orff lo hace tan bien como Wagner o Richard Strauss, pero la suya es una música asequible. Orff llega a toda la gente y lo hace, además, de una manera estricta, condensada, expresando lo máximo con el mínimo material rítmico", explica su alumno José Peris.

Estatus de estrella
Orff se concentró en su música mientras Europa se bañaba en sangre.
Los norteamericanos lo exculparon. Y Orff continuó con la cabeza metida en las partituras. compuso Antígona, El triunfo de Afrodita, Edipo rey, Prometeo... No le fue mal. Incluso alcanzó estatus de estrella, impartió clases magistrales, nació el Instituto Orff, sus ideas sobre la enseñanza de la música y sus obras se expandieron por el mundo, su casa en Diessen (Baviera) -preciosa, decorada con gongs chinos y javaneses y antiguos cimbales, campanas y tambores- se convirtió en destino de peregrinaje musical.

Carl Orff murió en 1982, a los 87 años, escuchando su Carmina Burana en anuncios televisivos comprobando cómo su ritmo seguía contagiando a gentes de todo el mundo.

VIDA Y OBRA DE UN MÚSICO
- Éxito mundial. La cantata Carmina Burana es una de las piezas musicales más reproducidas del mundo. Carmen significa 'poesía', 'canto' en latín. Burana alude a 'Bura', nombre latino del pueblo de Benediktbeuern donde se encontraron los cantos medievales que inspiraron a Carl Off.


-Música visual. Decía Orff que Carmina Burana había que escucharla y mirarla.

-Un estilo propio. En 1920 comenzó a formular un nuevo concepto de música en la que involucraba a otras artes como la danza y el teatro.

-Componer durante el nazismo. Carmina Burana se estrenó en 1937 y no gustó a los críticos. Pero a Orff, que no se pronunció en política, los nazis no le pusieron trabas.

-Su hija, Godela. Se casó cuatro veces y solo tuvo una hija, con la que no se entendió. no se hablaron durante años. Para Orff, la música fue su prioridad absoluta.

Versos medievales
Es la colección más antigua y más grande de versos de caracter laico de la Edad Media. Orff se basó en ellos para componer la trilogía Los triunfos, compuesta además por Catulli Carmina y El triunfo de Afrodita. En los cantos se celebra el gozo de vivir, el amor, el vino, el juego y se hace una crítica satírica de la curia romana con un ritmo que imita las letanías del evangelio.

QUE SUENEN LOS TAMBORES
"Si no atendemos al jardín de infancia, no tendremos público el día de mañana", decía Orff. Con los niños aplicó su concepto de la música elemental, en el canto sencillo, en ayudarlos a descubrir el movimiento, el sentimiento y la razón a través del ritmo, la armonía y la melodía. Quería que todos participaran, no solo los que tenían buenas condiciones, y que se prestara más atención a la percusión. Su método pedagógico es menos técnico que el de los conservatorios. Se imparte en muchas escuelas. Orff decía que se puede conducir al niño con buenos maestros. Él lo fue.

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