Las frases que nadie dijo y todos repiten
(Un texto de José Segovia en el XLSemanal del 9 de agosto de 2015)
Tras la caída del Muro de
Berlín el 10 de noviembre de 1989, algunos políticos pensaron que la
unificación de Alemania volvía a resucitar el fantasma de la Segunda
Guerra Mundial. Otros temieron que iba a costarle mucho dinero a la
Unión Europea. En aquellos momentos de incertidumbre prosperó una irónica frase que
decía: «Me gusta tanto Alemania que prefiero que haya dos». La sentencia
ha sido atribuida al presidente francés Françoise Mitterrand, al siete
veces primer ministro italiano Giulio Andreotti y al premio Nobel
francés Françoise Mauriac, que falleció años antes de la desaparición de
la República Democrática Alemana.
A estas citas de múltiple paternidad se añaden otras que nunca fueron
dichas por sus supuestos autores. Entre ellas, figura una muy famosa que
se adjudica a Maquiavelo: «El fin justifica los medios». Lo que
realmente escribió el filósofo y diplomático florentino en su obra El príncipe
fue lo siguiente: «Si el monarca lleva cuidado de conservar el Estado,
los medios serán siempre estimados, honorables y aplaudidos por todo el
mundo».
En 1633, la Inquisición acusó a Galileo Galilei
de defender la teoría copernicana de que la Tierra era la que se movía
alrededor del Sol. Y siempre se afirmó que tras oír su condena Galileo
murmuró: «¡Eppur si muove!» (“Y, sin embargo, se mueve”). Lo cierto es
que un comentario como ese, aun cuando fuese un murmullo apenas audible,
le habría costado la cabeza al matemático italiano.
Tampoco es de Voltaire una
sentencia que siempre se le atribuye: «No estoy de acuerdo con lo que
decís, pero defenderé hasta la muerte vuestro derecho a decirlo». La
cita fue utilizada por primera vez por Evelyn Beatrice Hall, que
escribió un libro titulado Los amigos de Voltaire (1906), bajo un seudónimo masculino, Stephen G. Tallentyre.
Las diferencias ideológicas
constituyen otro factor que favorece la falsa adjudicación de citas
históricas. «Cuando oigo la palabra ‘cultura’, saco mi revólver», es una
frase que los anglosajones han atribuido a los dirigentes nazis Hermann
Göring y Joseph Goebbels. En España, la misma sentencia, con pequeñas
variaciones, se ha adjudicado a los generales Emilio Mola y Millán
Astray. En realidad, la frase dice así: «Cuando oigo la palabra
‘cultura’, ¡le quito el seguro a mi Browning!», y su origen es la obra
teatral Schlageter, escrita por Haans Johst, un poeta y dramaturgo nazi que le dedicó este panfleto teatral a Hitler como regalo de cumpleaños.
Sentencias inventadas
En la literatura también aparecen
algunas citas apócrifas. Por ejemplo, Sherlock Holmes, el genial
detective ideado por Arthur Conan Doyle, jamás pronunció la famosa
coletilla: “Elemental, querido Watson”.
Cita anónima
“Se puede engañar a todo el mundo
alguna vez, y a alguna persona todo el tiempo, pero no se puede engañar a
todo el mundo todo el tiempo”. La frase se atribuye a Abraham Lincoln,
pero no consta en ningún periódico ni documento de la época.
Etiquetas: Citas y frases más o menos inspiradas, Culturilla general
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