Theodor Fontane, la delicadeza de un realista
(Un texto de Manuel Hidalgo, en su ‘Galería de
imprescindibles’ de El Mundo del 5 de noviembre de 2017)
La editorial PreTextos publica ‘Antes de la tormenta', la primera de las grandes novelas del escritor alemán.
En los últimos 30 años se han traducido en España 12
novelas de Theodor Fontane. No puede decirse, sin embargo, que el más
importante de los escritores realistas alemanes -prusiano, para ser exactos-
goce de la acogida dispensada a sus colegas ingleses, franceses, rusos e,
incluso, españoles del XIX.
El
realismo alemán no tuvo en Europa, después del brillante Romanticismo, la
debida relevancia. Fontane, además, practicó un realismo delicado, de corte
poético, más atento a la construcción de ambientes intimistas y del interior psicológico de sus personajes que a la narración
de hechos trepidantes.
Nacido
en 1819 en Neuruppin, un pueblo de Brandeburgo cercano a Berlín, de familia de emigrantes
franceses y protestantes (hugonotes), hijo de farmacéutico y farmacéutico él
mismo en varias ciudades hasta los 30 años, Fontane fue poeta y periodista
antes de novelista, dentro de una juventud radical y revolucionaria -estuvo en
las barricadas de 1848- que luego derivó en una madurez más conservadora y
sosegada, que se tradujo, sobre todo, en observar en sus tardías, aunque
numerosas novelas, a la aristocracia y a la burguesía preferentemente rurales
en sus paisajes y en sus casas con benévolo
espíritu crítico. Y a las mujeres. Fontane estuvo casado desde 1850, tras largo
noviazgo y sin sobresaltos, y tuvo dos hijos con Emilie Rouanet-Kummer, a quien
conoció a los 16 años.
No
obstante, el adulterio femenino fue una de las vetas temáticas de su novelística,
y ello, aunque le emparenta, no le coloca necesariamente en la misma e idéntica
onda de otros ilustres realistas como Flaubert (Madame Bovary) y Tolstói (Anna Karenina), que, como él mismo, se sirvieron
de tal asunto, con variantes significativas, para describir el carácter opresivo
de los valores familiares y patriarcales de su época.
Es el
caso de la novela más conocida y quizás mejor de Theodor Fontane, Effie Briest (1895), cinco veces llevada al
cine sólo en Alemania. La versión de 1974, en blanco y
negro, de Rainer Werner Fassbinder, con Hanna Schygulla -ambos en la cumbre de
su fama y prestigio-, bien podría ser en parte responsable de las constantes
reediciones de esta novela, que contempla el desgraciado final de una joven
después de que su estricto marido conozca, seis años después, una pasajera aventura
de su esposa. Fontane, que escribió Effie Briest tres años antes de morir y después de haber padecido un
severo episodio de isquemia cerebral, había dedicado otras dos novelas, al menos,
al adulterio femenino, La adúltera (1882) y Cécile
(1887), ambas
publicadas hace años en castellano.
Crítico
teatral durante más de dos décadas, memorialista y autor de literatura de
viajes, además de baladista y poeta (como ya hemos dicho),
Fontane fue sensible a la influencia de su origen francés y, especialmente, a
la cultura inglesa.
Fontane,
forjado en los círculos culturales berlineses durante su juventud, fue encarcelado
en Paris en 1870, en plena guerra franco-prusiana, acusado de espionaje. Tal vez
se supiera que el escritor había colaborado, años atrás, con los servicios de
inteligencia prusianos. El mismísimo Bismarck, promotor de uno de los
periódicos en los que Fontane había trabajado, consiguió sacarlo de la trena.
Antes, en los 50, Fontane había vivido con su familia en Londres,
donde fue corresponsal durante tres años, se impregnó de la poesía inglesa y
atesoró material para varios de sus libros sobre la ciudad y el país que lo
acogió.
Al
tiempo que Escolar y Mayo ha publicado Los Poggenpuhl (1896) -novela sobre la
decadencia de una familia-, PreTextos acaba de editar por primera vez en
castellano Antes de la tormenta (1878), con traducción, introducción
y abundantes notas de la germanista Helena Cortés Gabaudan. En Antes de la
tormenta, su
primera gran narración novelesca, Fontane, a los 59 años, abordó, a lo largo de
casi 1.400 páginas divididas en cuatro libros, la guerra entre Prusia y los
ejércitos napoleónicos. La acción transcurre en escenarios,
incluido Berlín, de la Marca de Brandeburgo durante las Navidades de 1812 y, aunque
muy coral, se concentra en las relaciones entre dos jóvenes, Lewin y Marie, y sus próximos. ¿Acción? Las novelas históricas de Fontane
no eran pródigas en lances y acontecimientos. Con la guerra como telón de
fondo, el novelista, con variada textura, prefería centrarse en las extensas
conversaciones de sus personajes y en la intimidad de sus ambientes familiares
y personales, desplegando sobre ellos el tono minucioso y cadencioso de su
escritura. Admirado por Thomas Mann, Fontane murió en Berlín en 1898.
Etiquetas: libros y escritores
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