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viernes, marzo 15

Crujir o no crujir (los dedos)


(Un texto de Picos Laguna en el Heraldo de Aragón del 13 de mayo de 2018)

Es un crujido seco, vacío y repetitivo. Libertador para quien lo hace y denteroso para quien lo escucha. Es el chasquido de los nudillos. Ese 'clac' que se escucha al apretar las articulaciones. Hay quien entrelaza las manos y estira los dedos hacia atrás, una escena muy repetida en el cine; también los que presionan con una mano los dedos de la otra, apretándolos hacia el interior, un gesto que en ciertas culturas se considera amenazador antes de iniciar una pelea; y otros optan por coger uno de los dedos y estirarlo hasta que escuchan el 'clac'. Algunos tienen el hábito tan interiorizado que no pueden parar.

Un grupo de científicos ha aplicado las simulaciones y las matemáticas que describen el comportamiento de los fluidos para tratar de desvelar la misteriosa causa del crujido. En un artículo recientemente publicado en 'Scientific Reports', investigadores de la Escuela Politécnica de París (Francia) y de la Universidad de Stanford (EE. UU.) concluyen que se produce por el aplastamiento parcial de burbujas microscópicas en las cápsulas articulares de los nudillos.

Su teoría contradice otra investigación publicada en 2015 por la Universidad de Alberta (Canadá), que sostiene que el chasquido tiene lugar cuando se forman las burbujas, no cuando explotan. «Hasta ahora, todos los trabajos previos estaban basados en técnicas de observación y de toma de imágenes, por eso hemos intentado construir un modelo matemático para describir el fenómeno físico que rige todo esto», destacan los canadienses.

¿Qué ese crujido? (el 'clac’)
Las articulaciones sinoviales, como las que nos encontramos en los dedos, contienen un líquido llamado líquido sinovial que es un fluido viscoso que sirve de lubricante y amortiguador entre los tejidos del Interior de la articulación, explica María Yolanda Marcén Román, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Aragón. «Si estiras o doblas una articulación la presión en el líquido desciende, por lo que se forman unas burbujas de gas, según estudios recientes. El chasquido que se oye es por el colapso (aplastamiento) parcial de estas burbujas microscópicas presentes. Este proceso de las burbujas de gas se llama cavitación, y una vez que se produce el 'clac', hay que esperar 15-30 minutos para que se haga de nuevo».

Miguel Villafaína, presidente del Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas de España, dice que lo que se ve en la práctica clínica es quien lo hace pierde fuerza y tiene una tendencia a la Inflamación, lo que reduce la eficacia de sus movimientos.

Cómo afecta a nuestros huesos
Hay disparidad de criterios respecto a los efectos que puede producir, como lesiones, artrosis, pérdida de fuerza. «Si se hace de forma continua, no hay estudios que postulen que pueda provocar artrosis, artritis...», indica la fisio María Yolanda Marcén. «En lo que estamos de acuerdo los especialistas es que el problema que puede aparecer en la articulación no lo da el fenómeno de cavitación, sino el propio impulso, manipulación, fuerza con la que vamos a realizar el gesto de 'crujir' los dedos, ya que se suele usar demasiada fuerza al manipular una articulación que ya tiene mucho movimiento, y puede provocar inflamación, distensión ligamentosa (esguinces), pérdida de fuerza, lesión en cartílago... y facilitaría un desgaste precoz de la articulación y de lo que la rodea».

El científico DonaId Urger se crujió durante 60 años los nudillos de una sola mano y concluyó que no provocaba artrosis: le dieron el premio IG Nobel por lo absurdo del estudio.

¿Puede vitarse el impulso?
Se desconoce la razón exacta para hacer 'crujir' las articulaciones. Algunas personas que lo hacen frecuentemente buscan alivio de la tensión en la articulación y como consecuencia puede acabar como un hábito de carácter nervioso, Indica María Yolanda Marcen. Los estudios muestran que no hay efecto terapéutico ni maniobras de corrección, sino que solo se lleva la articulación a parámetros forzados.

Respecto a los niños, se desaconseja que lo hagan porque «los cartílagos de crecimiento no están osificados totalmente al hueso hasta que acaba el crecimiento. «Una de las lesiones más frecuente son las fracturas del cartílago de crecimiento que pueden ser resultado de un traumatismo, caída..., por el uso excesivo o por someter a la articulación a fenómenos de estrés. Generalmente el 'crujir' se hace de forma brusca, con demasiada fuerza... por lo que los niños son más vulnerables ante las fracturas del cartílago de crecimiento.

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