Exploradores españoles en el olvido
(Un texto de Fátima Uribarri en el XLSemanal del 16 de septiembre de 2018)
La Antártida, Ceilán o Senegal han sido la meta de intrépidos expedicionarios españoles hoy arrinconados por la Historia. Un libro rescata sus impresionantes gestas.
Desde Egeria -la hispanorromana que recorrió Egipto, Jerusalén y Constantinopla en el siglo IV- hasta Nil Bohigas -quien viajó solo al Polo Norte-, muchos españoles han protagonizado grandes proezas exploradoras. Pero algunos de aquellos expedicionarios han caído hoy en el olvido. Ahora, los rescata El atlas de los exploradores españoles (Geoplaneta y Sociedad Geográfica Española).
El libro destaca, entre otras gestas, las realizadas en la Antártida -descubierta por Gabriel de Castilla en el siglo XVII-, en Tombuctú -conquistada por el morisco almeriense Yuder Pachá en el siglo XVI-, en el salvaje Oeste americano -adonde José de Escandón llevó en el s. XVIII grandes partidas de ganado vacuno- o en las islas Bermudas, descubiertas por Juan Bermúdez; que a él deben su nombre.
Pero hay más: la isla de Pascua, Persia, Ceilán, Senegal, los mares del Sur, las cataratas de Iguazú, Guinea Ecuatorial o las islas Filipinas son solo algunos de los otros territorios ignotos recorridos por aventureros españoles. «Durante más de dos siglos -dice Diego de Azqueta, vicepresidente de la Sociedad Geográfica Española- hemos protagonizado la gran exploración de América del Norte y del Sur y del Pacífico».
Colonizar las islas de los mares del sur
En el siglo XVI, Álvaro de Mendaña descubrió las islas Salomón, Marshall, Marquesas y de Santa Cruz, donde murió. Dejó al mando a su mujer, Isabel Barreto, que había viajado con otras mujeres para colonizar las islas.
Aventurera travestida
Catalina de Erauso, ‘la monja Alférez’, huyó del convento y se embarcó a América (vestida de hombre), participó en guerras, fue condenada a muerte, regresó a España como monja, fue mendiga, viajó a Italia, volvió a América… Un personaje.
La tierra está achatada por los polos
El marino, científico y explorador Jorge Juan y Santacilla realizó en Ecuador -junto con Antonio de Ulloa- las mediciones que confirmaron lo dicho por Isaac Newton. Y lo hizo en condiciones muy difíciles.
La catarata del Salto Ángel, en Venezuela, debe primero su nombre al piloto americano Jimmy Angel, que llegó allí en 1937. Pero fueron Félix Cardona y Joan Mundó quienes, diez años antes, descubrieron el salto.
Etiquetas: Culturilla general, Pequeñas historias de la Historia
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